Como el ¨¢rbol de Buda
La casi segura elecci¨®n de Rajiv Gandhi se ha visto favorecida por el asesinato de su madre
Cuando Indira Gandhi cay¨® acribillada a balazos en Nueva Delhi, el 31 de octubre del a?o pasado, sus asesinos no s¨®lo consiguieron vengar el asalto al templo sagrado de los sijs en la ciudad punjab¨ª de Amritsar por tropas del Ej¨¦rcito indio, sino que, sin propon¨¦rselo, privaron a la oposici¨®n de su mejor arma electoral, al tiempo que pr¨¢cticamente aseguraban a Rajiv Gandhi la sucesi¨®n de su madre en la jefatura del Gobierno en las elecciones que comienzan ma?ana y que continuar¨¢n a lo largo de los pr¨®ximos d¨ªas 27 y 28.
El sistema de gobierno autoritario de Indira Gandhi en sus ¨²ltimos tiempos, el continuo deterioro de las relaciones entre el poder central y los Estados, el alza de los precios y la inseguridad ciudadana hab¨ªan hecho descender hasta niveles insospechados el ¨ªndice de popularidad de la en un tiempo indiscutible l¨ªder pol¨ªtica de la India. Indira era como el ¨¢rbol de Buda, comenta un veterano observador de la escena india; no dejaba crecer nada bajo su sombra.El magnicidio hizo olvidar todos los defectos de la primera ministra y proyect¨® de golpe todas sus virtudes. El grito de batalla de la oposici¨®n, "?Indira, hatao!" ("Indira, fuera"), perdi¨® toda su vigencia, mientras que los lemas acu?ados en el c¨¦nit de su popularidad, "?Indira es la India y la India es Indira!", volv¨ªan a recobrar todo su vigor. Como Rodrigo D¨ªaz de Vivar, Indira Gandhi puede ganar la batalla despu¨¦s de muerta. Nadie en un pa¨ªs donde el culto al m¨¢s all¨¢ forma parte del alma nacional se atreve a atacar a un muerto, aunque en este caso el muerto sea una figura pol¨ªtica.
Por eso la figura de Indira Gandhi es la principal protagonista de estas elecciones generales y en las que cerca de 380 millones de indios tienen derecho al voto. Los carteles electorales con la figura familiar de la dirigente compiten en n¨²mero con los de su hijo Rajiv, mientras casetes con sus discursos y documentales sobre su vida son proyectados y radiados en todos los actos electorales del Partido del Congreso (1). Los expertos electorales explotan al m¨¢ximo el tema del martirio de la l¨ªcier en aras de la unidad nacional.
Pero el Partido del Congreso (I) tiene otros activos importantes a su favor en estos comicios. En primer lugar, su nombre. La gente no olvida el papel jugado por el India National Congress del mahatma Gandhi en la lucha por la independencia india y su papel en el desarrollo del pa¨ªs, hasta tal punto que, de una forma u otra, casi todos los pol¨ªticos de los partidos de la oposici¨®n actual han militado en alg¨²n tiempo en el Partido del Congreso. En segundo lugar est¨¢ la figura de Rajiv Gandhi, un joven piloto de 40 a?os convertido en pol¨ªtico por su madre tras la muerte de su hermano Sanjay hace tres a?os, que ha sabido demostrar, primero, su temple y su firmeza en unos momentos de grave crisis y, segundo, que aporta juventud, honradez y nuevos modos en un pa¨ªs donde la corrupci¨®n campa a sus anchas. En tercero, el estado de desuni¨®n que la oposici¨®n ofrece al pa¨ªs.
Una oposici¨®n divididad
Ninguno de los grandes partidos que se oponen al del Congreso (I) presenta candidatos en las 511 circunscripciones electorales en litigio. S¨®lo lo hace el partido del Gobierno, con lo que le resulta mucho m¨¢s f¨¢cil vender la imagen de ¨²nico partido realmente nacional en la contienda. En un principio, las principales formaciones de la oposici¨®n -el BJP, centrista; el agrario DMKP, de Charan Singh; el Janata, de centro izquierda, y el Partido Comunista Indio (marxista)- pensaron en presentar un frente unido, parecido al que en 1977 derrot¨® a Indira Gandhi. Pero todas las tentativas fracasaron ante la intransigencia demostrada por el ex primer ministro Charan Singh, de 82 a?os, que rechaz¨® toda f¨®rmula que no representara su designaci¨®n como jefe de la coalici¨®n y candidato a primer ministro.
Abandonada la idea de una candidatura ¨²nica para la jefatura del Gobierno, se intent¨® entonces la presentaci¨®n de listas conjuntas en todos los distritos electorales. Nuevo fracaso. La oposici¨®n s¨®lo ha conseguido presentarse unida en menos de la mitad de las circunscripciones, lo que, dado el sistema electoral vigente en la India, copia exacta del sistema mayoritario brit¨¢nico, supone que todas las ventajas est¨¢n en manos del partido del Gobierno.
La desuni¨®n de la oposici¨®n es utilizada una y otra vez por Rajiv Gandhi en sus m¨ªtines electorales, donde copia a la perfecci¨®n el estilo persuasivo en tono moderado de su madre, con preguntas al auditorio tales como: "Si son incapaces de ponerse de acuerdo ahora, ?c¨®mo van a serio para formar un Gobierno?". Pregunta a la que, por cierto, un pol¨ªtico de la oposici¨®n contest¨® agudamente esta semana con otra: "Si son incapaces de proteger la vida de un primer ministro, ?como van a poder proteger al pueblo?".
Pero, sobre todo, la oposici¨®n est¨¢ desgastada principalmente por su p¨¦sima actuaci¨®n de gobierno en el per¨ªodo 1977-1980, ¨²nica etapa en la que no gobern¨® en la India el Partido del Congreso (I). Desde que Indira Gandhi volvi¨® al
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poder tras las elecciones de 1980, la tasa de crecimiento se ha mantenido desde 1981 en un 5,4% en comparaci¨®n con un crecimiento negativo del 1,4% en el ¨²ltimo a?o de gobierno del partido Janata. Al mismo tiempo, la inflaci¨®n se ha reducido de un 21,6% al 6,5%; la producci¨®n de cereales ha aumentado de 109 millones de toneladas a 150; la de crudos, en un 300%, y as¨ª sucesivamente.La oposici¨®n realmente tiene poco sobre lo que capitalizar tras la muerte de Indira Gandhi, porque, como escrib¨ªa esta semana un comentarista pol¨ªtico, aun suponiendo que ganase, la pol¨ªtica india cambiar¨ªa muy poco. En el frente dom¨¦stico, y como consecuencia de un corrimiento cada vez m¨¢s al centro del socialismo del Partido del Congreso, los programas son pr¨¢cticamente id¨¦nticos de contenido entre todos los grandes partidos, con excepci¨®n del Partido Comunista Indio (marxista) y el de algunos candidatos independientes. Ning¨²n partido de la oposici¨®n se iba a atrever a borrar de un plumazo las conquistas sociales obtenidas desde la independencia. En cuanto a pol¨ªtica exterior, no ser¨ªa previsible que la India abandonase su pol¨ªtica de neutralismo, que la ha convertido en el l¨ªder de no alineados.
Victoria casi segura
Quiz¨¢ ante estas realidades no sea extra?a la predicci¨®n hecha por la organizaci¨®n m¨¢s seria de sondeos del pa¨ªs, el Market and Research Grotip (MARG), que aventura una victoria arrolladora para Rajiv Gandhi y el Partido del Congreso (I). Seg¨²n el MARG, Gandhi obtendr¨¢ 366 esca?os de los 511 en litigio, lo que, de confirmarse, ser¨ªa la m¨¢s importante victoria electoral de la historia pol¨ªtica india, mayor que la de su abuelo, Jawaharlal Nehru, en 1967, y su madre en 1980.
Pero aunque esta avalancha prevista no se confirmase, nadie duda, ni siquiera los partidos de la oposici¨®n, que la victoria ser¨ªa: para el Partido del Congreso (I), que, en el caso de no conseguir la mayor¨ªa absoluta, podr¨ªa gobernar mediante coaliciones con los peque?os partidos que tambi¨¦n utilizan las siglas del Congreso con distintas vocales o con alg¨²n partido auton¨®mico.
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