El cargo de nuevo ministro de Defensa de la URSS recay¨® en el mariscal Sokolov, en vez de en el civil Romanov
El cargo de ministro de Defensa de la URSS recay¨® ayer en un militar, el mariscal Sergei Sokolov, de 73 a?os, hasta ahora primer viceministro de Defensa, y no en el civil, aparentemente mejor situado, Grigori Romanov, de 61 a?os, miembro del Politbur¨® del Partido Comunista de la Uni¨®n Sovi¨¦tica (PCUS) y presidente de la comisi¨®n organizadora de los funerales del fallecido Dimitri Ustinov. El control del PCUS sobre el Ej¨¦rcito parece, no obstante, quedar asegurado, ya que Sokolov comenz¨® sus actividades pol¨ªticas como dirigente del Komsomol (juventudes comunistas) un par de a?os antes de iniciar su carrera militar.
La decisi¨®n del Presidium del Soviet Supremo de la URSS (organismo colegiado de la Jefatura del Estado que preside el l¨ªder Konstant¨ªn Chernenko) ha constituido una sorpresa para muchos observadores pol¨ªticos en Mosc¨² y ha dado lugar a nuevas conjeturas sobre la correlaci¨®n de fuerzas y las expectativas personales en el v¨¦rtice del poder sovi¨¦tico: el Politbur¨® del partido comunista, reducido a 11 miembros tras sucesivas defunciones sin reemplazo.Para algunos analistas pol¨ªticos la adjudicaci¨®n de la cartera de Defensa pone de manifiesto que Grigori Romanov, de 61 a?os, no ha perdido la esperanza de convertirse un d¨ªa en el sucesor de Chernenko. Otra posibilidad apuntada, en el marco de incertidumbre y escasez de datos que rodean los mecanismos de decisi¨®n pol¨ªtica en la URSS, es que el futuro, tras el mandato de Chernenko, no est¨¢ plenamente decidido a favor de Mijail Gorbachov, aunque ¨¦ste parece seguir siendo el n¨²mero dos y sucesor del actual secretario general.
De haber aceptado el cargo de ministro de Defensa, en el supuesto de que ¨¦ste le hubiera sido ofrecido, Romanov, que vino a Mosc¨² de la mano de Andropov, hubiera quedado neutralizado para pasar de ah¨ª al puesto de secretario general.
Desde ayer a las once de la ma?ana, el cad¨¢ver de Ustinov qued¨® expuesto al p¨²blico en la Sala de las Columnas de la Casa de los Sindicatos de Mosc¨², como lo fueron en su d¨ªa los restos mortales de Breznev o Andropov, en espera de su entierro solemne el lunes, a la una de la tarde, en la muralla del Kremlin que da a la plaza Roja.
Sobre las dos de la tarde la cola para visitar la Sala de las Columnas se extend¨ªa a lo largo de unos 800 metros y era vigilada por fuerzas del Ministerio del Interior que acordonaban la zona. A diferencia de cuando muri¨® Andropov, el tr¨¢fico en el centro de la ciudad estaba s¨®lo parcialmente cortado, no hab¨ªa banderas de luto a media asta y las tiendas, decoradas para el A?o Nuevo con guirnaldas y bolas metalizadas, estaban abiertas. Los teatros y cines manten¨ªan su programa normal, e incluso los grandes almacenes moscovitas estaban abiertos y rebosantes de compradores.
A mediod¨ªa, poco despu¨¦s de que desfilaran ante el cad¨¢ver los miembros de la comisi¨®n funeraria, hicieron acto de presencia ante el cad¨¢ver en la sala los miembros del Politbur¨®. Encabezaba la marcha el secretario general, Chernenko, y a su lado iba Gorbachov, quien regres¨® ayer precipitadamente del Reino Unido.
Para algunos observadores pol¨ªticos en Mosc¨², la elecci¨®n de Sokolov es la menos problem¨¢tica entre las opciones militares posibles, que afectaban en principio a los tres primeros viceministros de Defensa: Sokolov, Sergei Ajromeiev y Victor Kulikov.
La decisi¨®n de nombrar a Sokolov podr¨ªa haber sido tomada hace ya alg¨²n tiempo, cuando se hizo patente la gravedad de Ustinov. Sokolov asumi¨® la representaci¨®n de su superior durante la agon¨ªa de ¨¦ste y se entrevist¨® con varios visitantes extranjeros.
El pasado 7 de noviembre, el entonces primer viceministro pronunci¨® el discurso que le hubiera correspondido a Ustinov durante las fiestas de aniversario de la Revoluci¨®n de Octubre en la plaza Roja. En aquel entonces, el nuevo ministro de Defensa atac¨® la pol¨ªtica de EE UU y la OTAN.
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