La esterilizaci¨®n voluntaria

He de confesar que la primera impresi¨®n que tuve cuando me enter¨¦ que la comisi¨®n de deontolog¨ªa del Consejo de Colegios M¨¦dicos hab¨ªa condenado la esterilizaci¨®n voluntaria como "grave mutilaci¨®n", fue que este a?o las inocentadas se hab¨ªan adelantado unos d¨ªas. ?C¨®mo calificar as¨ª lo que no es perceptible externamente ni modifica la actividad sexual, excluyendo s¨®lo la procreaci¨®n no deseada? Hasta su pretendida irreversibilidad es cada vez m¨¢s rara y superable de ra¨ªz al poder conservar los espermas. De ah¨ª que sea hoy el m¨¦todo anticonceptivo que est¨¢ siendo m¨¢s adoptado en todo el mundo, en el que s¨®lo quedan cuatro pa¨ªses que a¨²n le ponen objeciones, como Espa?a durante el franquismo.No hay que suponer que esos m¨¦dicos sean tan ignorantes como para desconocer esos hechos. Tampoco desconocemos nosotros a qu¨¦ intereses sirve el colectivo antecitado, que propugna, entre otras cosas, un natalismo que agrava casi todos nuestros males, desde los sanitarios hasta el paro, aunque comprendamos que el rechazo de la esterilizaci¨®n disminuya el paro de quienes prosperan aplicando anticonceptivos menos sanos y eficaces.

Si de verdad quieren moralizar, empiecen, por ejemplo, a modificar el p¨¦simo y car¨ªsimo trato que no pocos de ellos dan a sus pacientes conciudadanos.-