Rajiv Gandhi logra la mayor victoria electoral en la historia de la India
Las urnas han ratificado clamorosamente a un nuevo Gandhi, Rajiv, hijo de Indira, al frente de la democracia parlamentaria m¨¢s poblada de la Tierra. La victoria del l¨ªder del Partido del Congreso (1) es la m¨¢s aplastante en la historia del pa¨ªs, con un total probable de cerca de 400 esca?os sobre los 508 que estaban en juego en las presentes elecciones. Ese resultado supera los 353 obtenidos por Indira Gandhi en las ¨²ltimas legislativas, celebradas en febrero de 1980, lo que ya supon¨ªa m¨¢s de los dos tercios de los puestos parlamentarios.
Las estimaciones de la televisi¨®n estatal a ¨²ltima hora de ayer daban un m¨ªnimo de 360 esca?os al partido de Rajiv, con un m¨¢ximo de hasta 400 en la Lok Sabha, o c¨¢mara baja. El Parlamento indio cuenta con 544 esca?os, pero la consulta electoral ha quedado suspendida en algunos Estados, a consecuencia de lo cual tan s¨®lo 508 estaban en juego.Sobre los 157 distritos parlamentarios en los que el escrutinio hab¨ªa terminado, 123 eran para el Congreso (1), lo que, junto con los avances en el recuento de las restantes circunscripciones, permite anticipar una victoria de semejantes proporciones. El propio Rajiv Gandhi hizo m¨¢s que bueno el pron¨®stico con una victoria con m¨¢s del 90% del voto en el distrito rural de Amethi, en el que el primer ministro se enfrentaba a su cu?ada, Maneka Gandhi, viuda de su hermano menor, Sanjay, fallecido hace cuatro a?os en accidente de aviaci¨®n. El caso de mayor¨ªas abrumadoras en favor de los candidatos del Congreso (I) se ha repetido una y otra vez, como ha ocurrido con la victoria del ministro de Informaci¨®n, H. K. L. Bhagat, que derrot¨® a sus oponentes por la diferencia r¨¦cord en la historia de la democracia india de 312.000 votos, obtenida en un distrito de Nueva Delhi.
El triunfo de Rajiv Gandhi, que muchos atribuyen al menos en parte a la ola de pasi¨®n popular desencadenada por el asesinato de su madre, la primera ministra Indira Gandhi, el 31 de octubre pasado, se ha producido de forma aplastante, no s¨®lo en el llamado cintur¨®n hind¨², la parte norte del pa¨ªs, donde la inmensa mayor¨ªa de la poblaci¨®n es hind¨² sino que se ha extendido a los Estados con fuertes partidos regionales, como en Calcuta, capital de Bengala Oriental; en Bombay capital de Maharashtra, o en el Estado de Kerala, hist¨®rico feudo del partido comunista.
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