Los partidos nacionales de la oposici¨®n salen pulverizados de las elecciones en la India
La India ha depositado su total confianza en el joven primer ministro, Rajiv Gandhi, y le ha confirmado como sucesor indiscutible e indiscutido de su madre, Indira, en la m¨¢s contundente victoria moral de la historia pol¨ªtica del pa¨ªs, que le ha reportado el 80% de los esca?os. Los partidos de oposici¨®n nacionales han quedado pulverizados hasta tal extremo que un partido regional, el Telugu Desam, del actor convertido en pol¨ªtico Rama Rao, primer ministro del Estado de Andra Pradesh, ser¨¢ en, la Lok Sabha, la poderosa C¨¢mara Baja del Parlamento indio, la principal formaci¨®n opositora al Gobierno del Congreso.
Los l¨ªderes de los partidos opositores no se han repuesto todav¨ªa de la sorpresa que les han producido los resultados electorales. El veterano ex primer ministro Charan Singh, ¨²nico dirigente nacional de la oposici¨®n elegido, ha resumido el estado de ¨¢nimo de los adversarios del Partido del Congreso (I) con esta frase: "Los resultados constituyen un desaf¨ªo a la l¨®gica y a la imaginaci¨®n. El Parlamento ser¨¢ un chiste a partir de ahora .La frase no es exagerada si se tiene en cuenta que de los 508 esca?os en litigio en estas elecciones generales, octavas que se celebran en la India desde la independencia en 1947, el Partido del Congreso (1) tiene una mayor¨ªa superior al 80% de los esca?os, sin contar con la ayuda de sus aliados del Anna Dravida Munetra, el partido regional de Tamil Nadu (Madras), cuyo ministro principal, el tambi¨¦n actor M. G. Ramachandran, gan¨® su esca?o desde Nueva York, donde fue operado del ri?¨®n.
S¨®lo en dos Estados, Andra Pradesh y Bengala occidental, el partido del Gobierno ha sufrido reveses. En el primero, por el prestigio de su ministro principal, Rama Rao, destituido por Indira Gandhi y restituido por la presi¨®n popular, y en el segundo, donde el prosovi¨¦tico Partido Comunista Indio gobierna con efectividad desde 1977. Curiosamente, el Gobierno, regional de Tamil Nadu estaba haciendo aguas hasta la decisi¨®n de Indira Gandhi de cesar a Rama Rao, convirti¨¦ndole, de la noche a la ma?ana, en un h¨¦roe regional perseguido.
En la misma l¨ªnea y por las mismas razones que en Andra Pradesh, el partido del Gobierno ha perdido posiciones en el Estado septentrional de Jammu-Cachemira, donde el primer ministro, Farug Abdullah, fue tambi¨¦n destituido por orden de Indira Gandhi. El Partido del Congreso (I) ha logrado el triunfo en todos los dem¨¢s Estados. Incluso en el de Madhya Pradesh, en cuya capital, Bhopal, se produjo el pasado d¨ªa 3 la cat¨¢strofe industrial m¨¢s importante de la historia, cuando un escape de gas, procedente de la f¨¢brica de la multinacional Union Carbide, produjo la muerte de m¨¢s de 2.500 personas y afect¨® a otras 200.000 m¨¢s. Como si nada hubiera ocurrido, la mayor¨ªa de los 40 esca?os en litigio en ese Estado han ido a parar a manos de candidatos del partido del Gobierno.
Se esperaba que el hindi belt o cintur¨®n hind¨², que rodea el subcontinente, fuera la clave de la victoria del partido del Gobierno. Pero la votaci¨®n indica que no s¨®lo los hind¨²es, sino tambi¨¦n las minor¨ªas musulmana y sij -esta ¨²ltima, s¨®lo en parte- y las mujeres se han inclinado por Rajiv.
El electorado, en una de las crisis de identidad mas graves que han afectado a la India desde la partici¨®n e independencia en 1947, se ha volcado en el partido que liber¨® al pa¨ªs del dominio brit¨¢nico y ha dado su confianza al joven Rajiv Gandhi, un piloto e ingeniero electr¨®nico que fue forzado por su madre a entrar en pol¨ªtica hace tres a?os, tras la muerte de su hermano Sanjay en un accidente a¨¦reo. Realmente los electores han, cre¨ªdo, como dec¨ªa Indira y como ha repetido su hijo hasta la saciedad en la campa?a electoral, que la unidad e integridad de la India estaban en peligro ante los brotes separatistas en algunos Estados, principalmente en el Punjab, y decidieron una vez m¨¢s votar por un partido que ayer cumpli¨® sus 101 a?os de historia.
Ha sido una curiosa mezcla de continuismo y reforma lo que se ha producido en estas elecciones generales. Una especie de "vino nuevo en odres viejos".
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