La parte vieja de la hist¨®rica Tordesillas se hunde lentamente
La parte vieja de Tordesillas, una de las localidades castellano-leonesas con m¨¢s historia y mayores legados art¨ªsticos, se hunde paulatinamente, sin que hasta el momento se hayan descubierto las causas y el origen de un mal que se remonta varios siglos atr¨¢s. Algunos vecinos hablan de la amenaza de La Pe?a -roca arenisca sobre la que se levanta el casco antiguo-, y otros, m¨¢s supersticiosos, califican el fen¨®meno como "venganza de La Pe?a", que pasar¨ªa as¨ª la l¨®gica y natural factuira a los cientos de bodegas y t¨²neles de misteriosa trayectoria que jalonan el subsuelo de la ciudad. Y abajo, el padre Duero, posible responsable del agua que inunda las galer¨ªas y los s¨®tanos y reblandece los cimientos, parece haberle dado la espalda a una de sus hijas predilectas para convertirse en un moderno Saturno y recordar que, pese a todos los avances t¨¦cnicos y a los progresos de la civilizaci¨®n, quien manda en vidas y haciendas, negocios y moradas, es ¨¦l.La lluvia de millones (m¨¢s de 2.300) que el gordo verti¨® el 21 de diciembre en Tordesillas no ha hecho olvidar el problema secular que se cierne sobre la villa y que volvi¨® a la palestra d¨ªas antes de que el 50.076 hinchara los bolsillos de muchos tordesillanos: el progresivo hundimiento de su casco viejo. Y si alguien ha enviado el tema al desv¨¢n de los recuerdos y al fondo m¨¢s oscuro de sus temores, ah¨ª est¨¢n las viviendas hundidas, excavadas en La Pe?a y que miran al r¨ªo; ah¨ª los sensibles deterioros de la deliciosa hospeder¨ªa El Sol, ¨²ltima casa de postas que se conservaba como tal en la regi¨®n, y ah¨ª tambi¨¦n las roturas del asfaltado, las grietas en las calles, las resquebrajaduras en algunas viviendas o los hachazos visibles que el enigm¨¢tico mal ha causado en cimientos y tabiques.
El 11 de diciembre sonaba la pen¨²ltima y quiz¨¢ m¨¢s ruidosa de las alarmas: se hundieron dos viviendas deshabitadas en la calle del Empecinado y los desperfectos habidos obligaron a desalojar la citada hospeder¨ªa. Petra y Mar¨ªa Rivero, dos ancianas que regentan el establecimiento por herencia familiar y que han luchado hasta casi arruinarse para evitar que se convierta lo que ha sido siempre casa de postas en mes¨®n impersonal o restaurante de carretera, lloraron de rabia y desesperaci¨®n.
Corrientes subterr¨¢neas
Algo parecido sienten cientos de tordesillanos, que temen que el desmoronamiento de La Pe?a pueda alcanzar cualquier d¨ªa a algunas de las joyas que conserva la villa: el edificio donde a finales del siglo XV Espa?a y Portugal firmaron el tratado por el que se repartieron el Nuevo Mundo, la iglesia museo de San Antol¨ªn y, sobre todo, el impresionante convento de las Claras, construido como palacio por Alfonso XI y donde Juana la Loca pas¨® a?os y a?os de reclusi¨®n-encierro para curar sus males amorosos, y lugar que guarda un patio mud¨¦jar ¨²nico y sobrecogedor.Los tres edificios miran al Duero, se levantan sobre La Pe?a y se yerguen sobre la zona donde se han derrumbado varias casas. El socialista El¨ªas P¨¦rez Barrag¨¢n, alcalde de Tordesillas, asegura que "el asunto es grave y algo hay que hacer; pero ?que?, ?c¨®mo podemos defendernos?". Hace a?os que el Ayuntamiento dio orden a los propietarios de bodegas de que vigilasen su estado, reforzaran los cimientos y llegasen, si era preciso, a entonarlas. Pero el agua contin¨²a manando y mordiendo piedras, sobre todo las endebles, y ladrillos. Algunos vecinos culpan de la situaci¨®n al Ayuntamiento, por considerar que el agua procede de la red de suministro de Tordesillas, que, seg¨²n ellos, tiene fugas y no ha sido convenientemente reparada desde su construcci¨®n, all¨¢ por 1925.
Otros, sin embargo, creen que las filtraciones proceden del Duero y que llegan al subsuelo de la villa por t¨²neles y pasadizos construidos en tiempos remotos para escapar por el r¨ªo o refugiarse en caso de que vinieran mal dadas. Sea como fuera, el caso es que los terrenos en los que se apoya la parte vieja de Tordesillas son un intrincado laberinto de bodegas y t¨²neles cuyo principio y fin se desconoce y que hoy est¨¢n llenos de un agua cuyo nivel asciende o baja seg¨²n sus propios caprichos.
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