El vag¨®n de Franco, de la chatarra al museo
La Renfe ha iniciado la restauraci¨®n del hist¨®rico furg¨®n donde el Caudillo se entrevist¨® con Hitler
Una chapa casi ilegible por el ¨®xido acumulado constituye la partida de nacimiento del vag¨®n: serie SS3 de la Sociedad Espa?ola de Construcci¨®n Naval, forjado en los astilleros del Nervi¨®n, en Bilbao, en 1929. Otra chapa con la inscripci¨®n "TATO 1953 GR" se?ala que en el a?o citado fue sometido a una gran revisi¨®n, u operaci¨®n de rejuvenecimiento, en la que posiblemente se le sustituye ron los elementos de tracci¨®n. Una serie de fotos recuperadas por los t¨¦cnicos de Renfe muestran c¨®mo era el vag¨®n hace 10 a?os, cuando abandon¨® su familiar posici¨®n sobre los carriles de alguna v¨ªa muerta, y fue trasladado a una gran finca de Ciudad Real, propiedad de un terrateniente de la zona muy aficionado a las antig¨¹edades, Vicente de Gregorio.No se sabe exactamente por qu¨¦ un vag¨®n con la carga hist¨®rica y sentimental para un determinado sector de la poblaci¨®n, fue vendido en p¨²blica subasta. Posiblemente, seg¨²n afirma el director del Museo Nacional del Ferrocarril, Julio ?lvarez, quien ha seguido muy de cerca todos los tr¨¢mites de su readquisici¨®n, sucediera as¨ª por una simple inercia de la burocracia: los vagones fuera de servicio por vejez o cualquier otra circunstancia se venden en p¨²blica subasta o a alg¨²n particular de los que, con cierta frecuencia, hacen pedidos a Renfe en este sentido.
El caso es que durante vario a?os, el SS3 qued¨® plantado como un extra?o elemento ex¨®tico en un paisaje campestre, hu¨¦rfano de ra¨ªles y del trasiego de las estaciones que le arroparon durante toda su vida activa, y pas¨® a ser un lugar de descanso, donde los invita dos a las cacer¨ªas organizadas por su comprador reposaban mientras tornaban un caf¨¦ para combatir el fr¨ªo, o se comentaban las incidencias de la jornada. En aquel tiempo, seg¨²n muestra una colecci¨®n de fotos tambi¨¦n recuperadas por los t¨¦cnicos de Renfe, el vag¨®n presentaba un aspecto saludable posiblemente muy similar a su fisonom¨ªa cuando su inquilino era el propio Franco. Todav¨ªa conservaba, fundidas a su costado de hierro, el escudo de Espa?a con el yugo y las flechas, a un extremo, y el emblema del Ministerio de Obras P¨²blicas, al otro.
150 toneladas de chatarra
Julio ?lvarez quer¨ªa que el vag¨®n ocupara un lugar destacado en el museo. En julio de este a?o se le present¨® por fin la oportunidad. Un industrial chatarrero se puso en contacto con ¨¦l y le dijo que hab¨ªa localizado el vag¨®n, ahora propiedad de un terrateniente que hab¨ªa decidido vender la finca de Navalcaballo. De nuevo la r¨ªgida normativa burocr¨¢tica oblig¨® a una operaci¨®n peculiar: Renfe no ten¨ªa liquidez para la compra del vag¨®n, as¨ª que se decidi¨® pagar al chatarrero con chatarra f¨¦rrica: 150 toneladas, valoradas, aproximadamente, en algo m¨¢s de dos millones de pesetas. El industrial adquiri¨®, no se sabe por cu¨¢nto, el vag¨®n a Vicente de Gregorio y lo entreg¨® a Renfe.
T¨¦cnicos de la compa?¨ªa examinaron el vag¨®n, separaron la parte m¨®vil de la caja y, en dos enormes camiones gr¨²as lo trasladaron a la estaci¨®n m¨¢s pr¨®xima, la de Valdepe?as, a unos 50 kil¨®metros de distancia. El SS3 volv¨ªa por sus fueros, aunque su vejez recomend¨® que, en su trayecto a la estaci¨®n de Soria, no circulara nunca a velocidad superior a los 50 kil¨®metros por hora.
El vag¨®n se convirti¨® en la ni?a bonita del numeroso equipo de carpinteros y ebanistas que trabajan en el servicio de Explotaci¨®n Forestal de la estaci¨®n de Soria, encabezados por Antonio Ayala. Este servicio se encarga de restaurar viejas unidades ya en desuso, que Renfe quiere recuperar para su exhibici¨®n en el museo o para que cumplan servicios tur¨ªsticos especiales.
Aqu¨ª se realiz¨® una r¨¦plica exacta del convoy que cubri¨® por primera vez, hace 100 a?os, el trayecto de Le¨®n a Gij¨®n, que un¨ªa la meseta con Asturias, viaje conmemorativo que fue presidido por los Reyes de Espa?a el pasado 17 de octubre. Ahora tienen en cartera la restauraci¨®n del popular tren de la fresa, que hizo durante muchos a?os el trayecto Madrid-Aranjuez.
Aguardando su turno se encuentran hoy el vag¨®n de Franco, como se le conoce, y otros dos que cuentan tambi¨¦n con su propia historia; uno de ellos fue utilizado en d¨¦cadas anteriores para trasladar a los enfermos que confiaban su curaci¨®n en la Virgen de Lourdes, y esa finalidad le confer¨ªa un ordenamiento interior poco usual, habilitado para la instalaci¨®n de camillas y la atenci¨®n a personas impedidas. El otro prest¨® servicio durante muchos a?os en el conocido popularmente como tren de la plata, que un¨ªa Burgos con Sevilla por Extremadura, atravesando regiones en las que hab¨ªa, o hab¨ªa habido, importantes minas de plata, itinerario que Franco cubri¨® en plena guerra civil, cuando Madrid era todav¨ªa territorio republicano.
A ojos de un profano, el SS3 presenta un aspecto destartalado, pero su deterioro es m¨¢s aparente que real. No hay nada en tan mal estado como para que no permita vislumbrar huellas de su pasado esplendor, y servir de gu¨ªa para su rehabilitaci¨®n.
El interior del vag¨®n est¨¢ compartimentado en seis habit¨¢culos, un lavabo con retrete, tres dormitorios -uno de los cuales, el ocupado por Francisco Franco, dispone de otro servicio propio-, un sal¨®n comedor y una peque?a cocina. Dispon¨ªa de calefacci¨®n aut¨®noma, para que el fr¨ªo no lo invadiera en las paradas.
Una cama de lat¨®n forjado
Los modelos de grifer¨ªa, las gruesas ca?er¨ªas de plomo, los conmutadores de la luz, los portaequipajes de red, las chapas desgarradas de maderas nobles que recubr¨ªan la armaz¨®n s¨®lida del vag¨®n, todo est¨¢ sucio y polvoriento, pero en su sitio. El mobiliario ha sido trasladado a una de las naves de la estaci¨®n, y aguarda su momento entre pilas de tablones y herramientas.
El vag¨®n no presenta ning¨²n signo de lujo especial. El compartimento dormitorio de Franco, de aproximadamente 1,85 por 2,5 metros, contaba con una cama estrecha, de lat¨®n forjado, bajo la cual, sujetos al suelo y ahora al descubierto, asomaban tres gruesas ca?er¨ªas de agua caliente. En las paredes del compartimento a¨²n se aprecian varias l¨¢minas de marqueter¨ªa, cuidadosamente trabajadas en maderas de distintos tonos, representando sendos jarrones con flores. En el propio departamento, un lavabo excatamente igual que el resto de los vagones de la ¨¦poca, con un espejo cuadrado, sin marco ni ning¨²n detalle especial. Los otros dos departamentos dormitorios no estaban provistos de cama, sino de dos literas cada uno, abatibles para transformarse
El vag¨®n de Franco, de la chatarra al museo
en c¨®modos asientos durante el d¨ªa. Se conservan tambi¨¦n las tres mesillas de noche y los posapi¨¦s, provistos de gruesos cojines tapizados adornados con grandes borlas de flecos en sus esquinas.El suelo del sal¨®n comedor, la pieza m¨¢s espaciosa del vag¨®n, estaba originariamente cubierto por una gruesa alfombra de color beis, hoy desaparecida. El mobiliario se conserva en bastante buen estado. Constaba de una mesa rectangular, un sof¨¢, seis sillones, un aparador y un espejo cuadrado. En opini¨®n de Antonio Ayala, el armaz¨®n de madera de los muebles est¨¢ en buenas condiciones. Adem¨¢s de la alfombra, han desaparecido dos b¨²caros de cristal tallado que en su tiempo flanqueaban el espejo, encima del aparador. El sal¨®n est¨¢ separado de la zona de dormitorios por una puerta de cristalera, corredera.
Seis peque?os escudos, de los ocho que adornaban el sal¨®n comedor, se conservan a¨²n, resguardados de las inclemencias del tiempo soriano en las oficinas de la nave de carpinter¨ªa. Est¨¢n hechos de escayola policromada sobre su soporte de madera. Uno de ellos representa el escudo de la villa de Bilbao, rodeado por la inscripci¨®n "MNML" -"muy noble y muy leal"- e "Invicta Villa Bilbao". Otro parece representar la figura de Fernando el Cat¨®lico, en la que se ve al monarca sentado, sosteniendo los s¨ªmbolos del poder real, flanqueado por dos obispos con sus b¨¢culos, y todo ello enmarcado con las letras "NO DO" -acr¨®stico de "no manejado"-, el lema her¨¢ldico del Rey.
Generador el¨¦ctrico
A continuaci¨®n del sal¨®n-comedor se encuentra la cocina, con alacenas de madera y una peque?a pila de dos cuerpos, dotada de un horno el¨¦ctrico en el que calentar la comida, y un hornillo de petr¨®leo de dos cuerpos de la casa Brillant. Todo el vag¨®n est¨¢ recubierto con planchas de maderas nobles, entre las que parecen apreciarse, debajo de la capa de polvo y barnices cuarteados, maderas de ra¨ªz y de caoba. El vag¨®n cuenta con un generador para proporcionar su propia energ¨ªa el¨¦ctrica, y, como las restantes unidades de la serie SS3, tiene una puerta central, adem¨¢s de las dos terminales. Exteriormente, el vag¨®n se significaba por los dos escudos, hoy en paradero desconocido, sujetos a su chapa, el de Espa?a y el de Obras P¨²blicas citados antes.
Antonio Ayala no se muestra especialmente preocupado por los trabajos de restauraci¨®n. "Nuestros carpinteros est¨¢n perfectamente preparados para devolver al vag¨®n y al mobiliario su estado original. En marzo, espero, podr¨¢ quedar expuesto en el Museo Nacional del Ferrocarril".
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