"Hitler y Franco estaban muy inquietos", recuerda el conductor
Salvador Dom¨ªnguez Dom¨ªnguez condujo el tren que traslad¨® a Franco desde San Sebasti¨¢n a Hendaya y fue testigo del encuentro entre ambos. Tiene ahora 79 a?os y sigue viviendo en Ir¨²n, la ciudad en que naci¨® y donde ha transcurrido toda su vida. Su memoria se resiente de un derrame cerebral que sufri¨® recientemente, pero buceando en los recuerdos logra rescatar algunas im¨¢genes para el archivo de la historia."La entrevista, yo creo que dur¨® todo el d¨ªa, Hitler y Franco estaban muy inquietos, no paraban de moverse de un lado a otro, sal¨ªan y entraban continuamente del vag¨®n donde se estaba negociando para consultar a sus asesores. Al principio todo parec¨ªa muy amistoso, pero seg¨²n pasaban las horas se les ve¨ªa con la cara muy seria y al final, como no hab¨ªa arreglo, Franco y el otro terminaron con el ce?o puesto y todos los dem¨¢s muy preocupados".
El viejo maquinista no guarda un recuerdo precisamente agradable de aquella jornada. "Nos tuvieron todo el d¨ªa sin comer", dice mientras se ajusta la boina y remueve su cuerpo menudo en el asiento de un bar pr¨®ximo a la estaci¨®n de ferrocarril de Ir¨²n. "Y no nos dejaban salir, ni movernos de la m¨¢quina por si Franco decid¨ªa cortar la entrevista y salir pitando. Yo entonces era ayudante de maquinista y mis jefes me ordenaron que al d¨ªa siguiente llevara un tren con furg¨®n a San Sebasti¨¢n para recoger all¨ª a una personaldiad. Era mi turno de trabajo y yo tuve que ir y, por supesto, sin saber quien era esa personalidad tan importante. Sal¨ª desde aqu¨ª a las cinco de la ma?ana y luego en San Sebasti¨¢n tuvimos que esperar a Franco y a su s¨¦quito porque llegaron mucho m¨¢s tarde. Y claro, despu¨¦s tambi¨¦n nosotros llegamos a Hendaya con algun retraso, a pesar de que no hicimos ninguna parada en el camino. En la cabina iba tambi¨¦n el jefe de la m¨¢quina y un tal S¨¢nchez Mazas que dec¨ªa que era periodista".
Salvador Dom¨ªnguez no recuerda que en el trayecto ocurriera nada especial salvo un apag¨®n que moviliz¨® a los escoltas y a los empleados del tren. Dur¨® muy poco, menos de un minuto, pero claro, todos se pusieron muy nerviosos y menos mal que encontramos enseguida la aver¨ªa".
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