'Las aventuras de Jeremiah Johnson', una admirable aventura
Los problemas que habitualmente ha tenido Sidney Pollack para convencer a productores y distribuidores del inter¨¦s de sus proyectos (Propiedad condenada; Danzad, danzad, malditos; Tal como ¨¦ramos; Un instante, una vida) fueron protagonistas en la preparaci¨®n de Las aventuras de Jeremiah Johnson. Lograr que el filme se rodara en escenarios naturales sin aumentar con ello un solo d¨®lar del presupuesto original fue una batalla tan dura como la que interpreta el protagonista de la historia. M¨¢s tarde, la pel¨ªcula obtuvo un clamoroso ¨¦xito de taquilla y sus financieros como es habitual en estos casos se dieron por satisfechos.La raz¨®n del ¨¦xito no s¨®lo es
trib¨® en la popularidad de Robert Redford, entonces en la cima de su glamour (1972), sino en el pun to de vista con que el director contemplaba las relaciones del hombre blanco con los indios antes de que comenzara el genoci dio, hacia la mitad del siglo pasado.
Las aventuras de Jeremiah Johnson se emite hoy a las 22
00 horas por la segunda cadena.
Jeremiah Johnson decide ais larse en las monta?as, olvidar el mundo y establecer una relaci¨®n cordial con la naturaleza. Sus dificultades y satisfacciones van es calonando el filme. Con gran sencillez narrativa, Pollack -ayudado por el guionista John Milius, hoy penoso director de Amanecer Rojo- dividi¨® su periplo en tres partes: el aprendizaje de la vida en la monta?a, las relaciones con su improvisada familia y su definitivo enfrentamiento con los crows.
Respetando los t¨¦rminos de una balada, la pel¨ªcula objetiva el mito de Jeremiah Johnson como el comedor de h¨ªgados con que, al parecer, pas¨® a la historia; profundiza en la concepci¨®n del individualismo tan t¨ªpicamente americano, conecta con la pasi¨®n ecologista que en el decenio de los 70 comenzaba a sustituir las inquietudes m¨¢s directamente pol¨ªticas y ofrece, en definitiva, un canto a la pureza de una etapa primitiva de la vida que dif¨ªcilmente puede ya soportar un hombre urbano: "Quiz¨¢ demuestre la pel¨ªcula" dijo el director, "que antes de huir de la civilizaci¨®n hay que comen zar por aceptarla".
Sin perder un curioso sentido de la iron¨ªa, al que Robert Redford colabora con sutileza, y un obligado respeto por la dif¨ªcil sencillez narrativa que se eligi¨®, Las aventuras de Jeremiah Johnson ofrece un curioso espect¨¢culo que no cuenta con los ingredientes t¨®picos o, al menos, habitua les del cine brillante. "Cuanto en la pel¨ªcula es f¨ªsico", continu¨® Pollack, "es aut¨¦ntico". "La manera de colocar las trampas, de pescar y preparar el fuego, la vestimenta de las gentes, el sistema de mantenerse caliente durante la noche haciendo un agujero en el suelo, colocando en ¨¦l trozos de carb¨®n ardiendo y cubri¨¦ndolos de tierra, la manera de descuartizar los animales y c¨®mo hacen los cuchillos con que hacerlo es aut¨¦ntico, al menos de acuerdo a mis informaciones. No hay nada en la pel¨ªcula concerniente a los detalles t¨¦cnicos que no sea aut¨¦ntico".
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