El pintor Joaqu¨ªn Michavila refleja el deterioro ecol¨®gico de la Albufera

El pintor Joaqu¨ªn Michavila se ha dejado invadir, una vez m¨¢s, en su actual exposici¨®n de las galer¨ªas Theo y Galericuatro, de Valencia, por la luz del lago de la Albufera, transfigurada por el drama de su deterioro ecol¨®gico. El llac agrupa 35 cuadros de variadas dimensiones (todos ellos, vendidos d¨ªas despu¨¦s de la inauguraci¨®n), en los que se revive la ruptura con el fr¨ªo constructivismo, emprendida en 1978.

"Es sorprendente", afirma el pintor, "pero la Albufera les pas¨® desapercibida a Sorolla, Benlliure, Pinazo y otros tantos pintores valencianos de primera fila. Tal vez influy¨® el mito de las fiebres tercianas que pes¨® sobre el lago para que tuvieran horror de ir a pintar. Al margen de pintores domingueros nadie se ha preocupado por el lago".Michavila, despu¨¦s de un largo periplo est¨¦tico iniciado en los a?os cincuenta con el realismo estilizado, neocubismo y posteriormente constructivismo (m¨¢s c¨¢lido que el del valenciano Eusebio Sempere), quiso romper esta leyenda negra e inici¨® una apasionada aventura con este recinto natural de agua. Al mismo tiempo, la denuncia de los grupos ecologistas daba el acento social a esta oportunidad hist¨®rica de pintar el lago como nunca se hab¨ªa hecho. El desaf¨ªo se situaba entre la crisis de las formas y el deslumbramiento por el color atormentado.

Lenguaje crom¨¢tico

"El constructivismo me produc¨ªa un placer m¨¢s intelectual. Los cuadros me sal¨ªan infalibles", argumenta. "Ahora, en esta etapa, me lanzo al lienzo a cuerpo limpio, y el primer sorprendido de los resultados soy yo. En esta tercera exposici¨®n el lenguaje crom¨¢tico tiene valor en s¨ª mismo. Existen menos referencias a elementos visuales". La exposici¨®n no saldr¨¢ de Valencia, aunque ya tiene las siguiente comprometidas, con nuevos temas, en Alicante y Zaragoza.Catedr¨¢tico de Expresi¨®n Pl¨¢stica en la Escuela Universitaria de Formaci¨®n del Profesorado, Michavila particip¨® en Valencia en la gestaci¨®n de los movimientos de renovaci¨®n art¨ªstica que absorbieron los presupuestos de las vanguardias europeas desde la pr¨¢ctica y la teor¨ªa. Su nueva forma de pintura procede de todo lo anterior y rompe al mismo tiempo un est¨¦ril enquistamiento. En realidad, ha vuelto a reflexionar sobre el paisaje, que inici¨® su carrera, y la evocaci¨®n de la naturaleza.

"En El llac presento el paisaje con un punto de mira muy humanizado. Dejo arriba, en la parte m¨¢s alta del cuadro, el tema, la alquer¨ªa, el matorral, que representa el horizonte hacia el que siempre miramos, y luego reflejo abajo, con una representaci¨®n invertida, el tema, que de esta manera puedo abstraer a mi antojo. Si no hubiera elegido este punto de mira, habr¨ªa incurrido en el convencionalismo paisaj¨ªstico. Es un juego de realismo y abstracci¨®n".

Primero elabora apuntes en contacto directo con la Albufera tomados a diferentes horas del d¨ªa. Luego, recluido en sus estudios de Valencia y de Albalat dels Tarongers, depura el proceso de trabajo acomodado a las dimensiones de un lienzo. "Michavila mantiene la estructura del cuadro en esta etapa", asegura Vicente Aguilera Cerni, "pero ahora las superficies est¨¢n dramatizadas; y los campos de color, atormentados. Est¨¢ intentando plasmar los s¨ªmbolos de la tragedia padecida por una parcela de naturaleza viviente".