Una crisis que a todos importa
La asamblea del PNV de Guip¨²zcoa, que en una conflictiva noche de los cuchillos largos otorg¨® en la madrugada del viernes a Jos¨¦ Antonio Ardanza la condici¨®n de parlamentario, para que sea propuesto como candidato a lendakari, lejos de cerrar la crisis del partido con la responsabilidad de hacer gobernable el territorio m¨¢s conflictivo del Estado, la ha profundizado.El voto de censura a Ardanza, por haber contribuido a la ca¨ªda de Garaikoetxea; la recusaci¨®n de Rom¨¢n Sudupe como presidente del Ejecutivo nacional del PNV y la destituci¨®n del ejecutivo peneuvista en Guip¨²zcoa revelan, como era previsible, que la crisis contin¨²a, lo que a?ade problemas adicionales al esfuerzo convergente de todas las fuerzas pol¨ªticas estatales para ayudar a la normalizaci¨®n y pacificaci¨®n de un territorio convulsionado por el terrorismo y la crisis econ¨®mica.
Sin aparecer por la asamblea provincial, donde acababa de inscribirse como militante, Garaikoetxea ha maniobrado en la sombra y ha pasado factura a los que le han desalojado de Ajuria Enea. ( ... ) Lo que aparece claro es que, tras la reuni¨®n de Zarauz, el riesgo de fraccionamiento del partido es m¨¢s evidente.( ... ).
La crisis del PNV no agota su incidencia en el Pa¨ªs Vasco, sino que puede poner en riesgo el equilibrio constitucional de todo el Estado. ( ... ) Desde esa perspectiva, quienes colaboren en la fragmentaci¨®n de un partido que se presentaba hasta hace algo m¨¢s de un a?o con disciplina y coherencia ideol¨®gica, que algunos la achacaban a su car¨¢cter de movimiento nacionalista, contribuyen a que el Pa¨ªs Vasco siga siendo, como en alguna ocasi¨®n ha dicho Garaikoetxea, la piedra en el zapato de Espa?a".
Ardanza acceder¨¢ a la presidencia del Gobierno vasco con menos apoyo moral que el que tuvo Garaikoetxea. ( ... ) En esas condiciones, la estabilidad del pacto de legislatura al que pueda llegar con los socialistas vascos se encontrar¨¢ en permanente entredicho. Si Garaikoetxea logra nuclear una corriente minoritaria que propugne una concepci¨®n de Euskadi distinta a la que doctrinalmente lidera Xavier Arzallus, la posibilidad de que con el desbloqueo del desarrollo del Estatuto se encontrara una v¨ªa de normalizaci¨®n quedar¨¢ bastante cuestionada. Sobre todo, si el todav¨ªa lendakari en funciones trata de buscar apoyos en otras formaciones pol¨ªticas m¨¢s abertzales, como EE ¨® HB.
De otra parte, la crisis del PNV, ya apuntada durante el debate constitucional, pone de relieve la fragilidad de los pactos a los que entonces se lleg¨®, tanto entre las dos corrientes del nacionalismo vasco que se vienen enfrentando, abierta o soterradamente, desde principios de siglo, como sobre las concesiones a las que se vio obligado Adolfo Su¨¢rez con la disposici¨®n adicional primera de la Constituci¨®n, que tiene su reflejo en la correspondiente del Estatuto de Guernica. La actualizaci¨®n de los derechos hist¨®ricos forales debi¨® quedar cerrada en el texto constitucional, y el Tribunal Constitucional, al que le corresponde ahora interpretar dichas disposiciones adicionales, est¨¢ retrasando en exceso su pronunciamiento sobre el recurso de Coalici¨®n Popular contra la ley de Territorios Hist¨®ricos. La sentencia sobre la misma del supremo int¨¦rprete de la Constituci¨®n, supuesto que el PNV se ha declarado dispuesto a aceptarla, podr¨ªa contribuir a despejar incertidumbres en la salida de esta crisis que a todos nos importa.
6 enero 1985.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.