Civiles y militares
Excelente el art¨ªculo del maestro La¨ªn y no menos excelente el libro de Carlos Seco, tan de agradecer ambos. Sin embargo, se me ocurren algunas reflexiones que pudieran ser ¨²tiles, empezando en torno a la dicotom¨ªa poder civil / poder militar. A estas alturas de la historia y la cultura, hablar de dos poderes se me antoja, cuando menos, una obsolescencia. Tan s¨®lo existe un poder: el de los ciudadanos, delegado en sus representantes cuando de situaci¨®n democr¨¢tica se trata. Reconocer un poder distinto del civil es prestar un flaco servicio a la sociedad, al Estado y a los militares. La distinci¨®n de los ciudadanos viene dada, sobre todo, por la funcionalidad, que nunca debe comportar poder a t¨ªtulo individual o de grupo per se.
De otra parte, sabido es que la historia no sirve para nada positivo. Si acaso, para evitar errores gruesos. Por tanto, el conoc¨ªmiento de nuestra propia historia no nos ayudar¨¢ a evitar las dos Espa?as. S¨ª, en cambio, la implantaci¨®n de un sistema educativo cabal que logre hacer de los espa?oles ciudadanos intelectual y ¨¦ticamente valiosos, discernidores de los principios b¨¢sicos de la convivencia, uno de los cuales pretende la carencia de poderes f¨¢cticos y parcializados. Totalmente de acuerdo, entonces, con las palabras del general D¨ªez-Alegr¨ªa, pero ampliadas a cualquier estamento que pretendiera lo contrario.
Adem¨¢s, convendr¨ªa no citar a Ortega (moda que vuelve) en aquello que se equivoca. ?C¨®mo hablar todav¨ªa de raza en nuestro caso? ?Y qu¨¦ es eso de los letrados y los guerreros como grupos enfrentados y necesitados, por lo mismo, de un sistema de relaciones id¨®neo?
Continuar aceptando la disociaci¨®n de un pa¨ªs en civiles y militares me parece peligroso y ofensivo para ambos grupos de personas. Como me lo parecer¨ªa escindirlo en civiles y eclesi¨¢sticos, etc¨¦tera. La tristeza del maestro La¨ªn, que comparto, podr¨ªa empezar a evitarse con una educaci¨®n ciudadana pertinente, que comience por no dividir a los espa?oles en dos grupos. As¨ª marginaremos la secular disputa y se intensificar¨¢ la esperanza, porque todos, desde situaciones distintas y empresas complementarias, vamos a colaborar humanamente a la buena marcha de la empresa com¨²n.-
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