La 'puesta a prueba', como alternativa a la pena de prisi¨®n
Resulta obvio que distamos mucho de la profec¨ªa de los indios precolombinos que recrea Eduardo Galeano, en el tomo II de Memorias del Fuego cuando dice "y no ser¨¢n necesarios el castigo ni el perd¨®n, porque no habr¨¢ ni prohibici¨®n ni culpa". Pero mientras tanto, hoy y ahora, no basta humanizar las c¨¢rceles, es preciso adem¨¢s buscar alternativas a la pena privativa de libertad, como respuesta m¨¢s humana y eficaz de la sociedad frente al fen¨®meno delictivo.La experiencia nos va mostrando, d¨ªa a d¨ªa, que la c¨¢rcel no sirve, porque se limita a cumplir la finalidad m¨¢s rechazable desde el prisma del progreso humano: la vertiente expiatoria de la pena de prisi¨®n. Para esta misi¨®n la mayor¨ªa de las c¨¢rceles est¨¢n perfectamente preparadas, tanto las que aparecen infradotadas -edificios ruinosos, sin espacios adecuados- a la convivencia, funcionarios insuficientes o formados hist¨®rica y exclusivamente bajo la idea de la vigilancia, sin programas educativos, culturales, formativos o l¨²dicos, o sin medios para llevarlos a cabo cuando alguien los propone, sin talleres, o en condiciones de hacinamiento que pone en peligro la seguridad de los internos- como aquellas supertecnificadas de algunos pa¨ªses europeos donde una de las principales preocupaciones de las autoridades penitenciarias es c¨®mo evitar el progresivo aumento de suicidios.
No es de extra?ar, por tanto, que el Consejo de Europa venga recomendando a los pa¨ªses miembros la adopci¨®n de medidas alternativas a las penas privativas de libertad, que ¨²nicamente han de ser impuestas cuando aqu¨¦llas no se hayan mostrado eficaces frente a la reincidencia en el delito. Y entre otras medidas alternativas, como las pecuniarias o el trabajado en favor de la comunidad, el Consejo de Europa recomienda la probation.
En respuesta a estas recomendaciones, resulta encomiable la labor realizada por el Instituto de Reinserci¨®n Social (IRES) de Barcelona. Por razones de espacio me referir¨¦ exclusivamente a tres hitos importantes en los ¨²ltimos a?os: 1. Aparece como miembro fundador de la Conferencia Europea de la probation. 2. Organiza con el Consejo de Europa y con la cooperaci¨®n del Ministerio de Justicia, el Departamento de Justicia de la Generalitat de Catalu?a y la Conferencia Europea de la probation, el Simposio Internacional sobre probation y otras medidas alternativas a la prisi¨®n en junio de 1983. 3. Presenta en la Secretar¨ªa T¨¦cnica del Ministerio de Justicia en octubre de este a?o una propuesta de que la probation, como medida alternativa a la prisi¨®n recomendada por el Consejo de Europa, sea recogida por el futuro C¨®digo Penal. Propuesta que es el fruto del trabajo de una comisi¨®n de juristas y trabajadores sociales constituida a partir del simposio de 1983 para el estudio de esta instituci¨®n anglosajona y su posibilidad de introducci¨®n en nuestro sistema penal.
Evitar otros delitos
El objetivo de la probation no es otro que pretender que el autor de un delito no vuelva a delinquir, pero ?c¨®mo conseguirlo? Someti¨¦ndolo al cumplimiento de unas determinadas obligaciones, tareas o "pruebas" durante un per¨ªodo de tiempo, pasado el cual, y superadas aqu¨¦llas con ¨¦xito, ya no se le impone la pena de prisi¨®n que le hubiera correspondido por el delito cometido.
?Y con qu¨¦ medios? Prest¨¢ndole la ayuda y vigilancia necesaria a trav¨¦s de los trabajadores sociales o Agentes de Prueba y del juez.
Tambi¨¦n cabe preguntarnos sobre su rentabilidad. Como respuesta, bastar¨ªa decir que evitan los efectos negativos de la prisi¨®n. Pero es que en los pa¨ªses que tienen incorporada la probation a su ordenamiento jur¨ªdico, est¨¢ claramente demostrada su rentabilidad social: en Inglaterra, en 1982, el 76% de los que terminaban ese a?o el per¨ªodo de prueba lo coronaron con ¨¦xito, es decir, un fracaso del 24%, en tanto, en ese mismo pa¨ªs est¨¢ constatado que el 60% de los ex presos son reincidentes dentro de los dos a?os de alcanzada la libertad. Y en Italia el porcentaje de fracaso de la probation alcanza escasamente el 6%.
A¨²n cabr¨ªa hablar incluso de rentabilidad econ¨®mica. Veamos algunos datos comparativos. Mientras el costo medio por persona y a?o del servicio de probation (Inglaterra en 1982) fue de 480 libras, el de persona y a?o en c¨¢rcel fue de 6.000. O en Alemania Federal, donde, en 1977, una pena de prisi¨®n de seis meses supuso un coste de 9.300 marcos, en tanto una medida de probation durante tres a?os su coste fue de 3.300. Evidentemente, por la naturaleza del problema, no estamos ante una cuesti¨®n de costos econ¨®micos, sino ante un debate de pol¨ªtica criminal en la lucha contra el delito. Continuar fundamentando la negativa a la prabation en razones estrictamente econ¨®micas es tanto como marginar doblemente al autor de un delito. Y no debemos olvidar que la salud social se mide por la atenci¨®n que se presta a los marginados.
No se me oculta los riesgos de aumento de control social que esta instituci¨®n lleva consigo. Pero, hoy por hoy, y si se prev¨¦n los oportunos resortes correctores, resultar¨ªan mayores las ventajas que los inconvenientes.
Se hace totalmente necesario que la sociedad tome conciencia del problema sin alarmismos, por cuanto esta medida sustitutiva de la prisi¨®n est¨¢ aplic¨¢ndose en Europa ¨²nicamente a los delitos de menor entidad. Para los m¨¢s graves no se ve, aqu¨ª y ahora, otra v¨ªa que la pena privativa de libertad.
Pero es que adem¨¢s la sociedad ha de ver que el ¨¦xito de esta instituci¨®n depende en gran parte, no s¨®lo de la presi¨®n social que se ejerza sobre los poderes p¨²blicos para una adecuada dotaci¨®n de medios personales y materiales, sino del grado de apoyo que se preste a los sometidos a ella. Y me atrever¨ªa a decir tambi¨¦n que si las comunidades aut¨®nomas y los entes locales no aceptan este reto dif¨ªcilmente la instituci¨®n conocida como probation -o puesta aprueba de quienes han cometido un primer delito- cumplir¨¢ su objetivo.
Se?alar¨¦ por ¨²ltimo, de un lado, que los medios de comunicaci¨®n social est¨¢n contribuyendo eficazmente a este proceso de sensibilizaci¨®n de la sociedad espa?ola informando puntualmente de estas cuestiones, y de otro que el inter¨¦s por el estudio de esta instituci¨®n ha motivado que en el seminario organizado por la Conferencia Europea de la probation en Berna (Suiza) del 22 al 26 de octubre ¨²ltimo, han participado por primera vez representantes o comisionados del Ministerio de Justicia y de la Generalitat de Catalu?a, as¨ª como del Consejo General del Poder Judicial, o que la probation, haya sido objeto de especial atenci¨®n en el seminario sobre medidas alternativas a la pena de prisi¨®n organiz¨® en Madrid la Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos los d¨ªas 5 y 6 de este mes de noviembre.
Hechos como estos pueden contribuir a la implantaci¨®n en nuestro pa¨ªs, sin mimetismos, de una instituci¨®n que est¨¢ ya incorporada en el resto de los pa¨ªses europeos occidentales.
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