Los cuadros de una exposici¨®n

Las pinturas que componen esta muestra son como habitualmente suelen ser las representaciones nacionales en el extranjero: un muestrario que no por heterog¨¦neo deja de ser indicativo. Sin el t¨ªtulo que los agrupa, estas pinturas se convertir¨ªan en una desigual mezcla de buenas y menos buenas obras de una tendencia inexistente.Desde las pinturas na?f de intenci¨®n abierta e ingenuamente religiosa del reverendo Howard Finster, pasando por los paisajes id¨ªlicos y convencionales de April Gornik y Roger Brown hasta la vor¨¢gine abstraccionista de Louisa Chase y los inquietantes paisajes urbanos de Robert Yarber, el paseo por la sala del C¨ªrculo de Bellas Artes se permite sumimos en la reflexi¨®n acerca del sentido de este para¨ªso apocal¨ªptico y desquiciado que reclaman haber pose¨ªdo durante el sue?o americano, y que parecen haber recobrado en el despertar individual del entendimiento.

El reclamo ante este deseo o b¨²squeda de un para¨ªso frente a la amenaza de una p¨¦rdida total, perfilan una inexpresada o evidente intenci¨®n m¨ªstica que en conjunto se convierte en oraci¨®n. La oraci¨®n que se recuerda s¨®lo ante la amenaza.