Las dif¨ªciles, las mejor pagadas
I. DE LA F. Los letrados del Consejo de Estado, agentes de cambio y bolsa, abogados del Estado y notarios forman la c¨²pula del status social de los opositores. Son los pr¨ªncipes de los funcionarios p¨²blicos. Y tambi¨¦n los mejor remunerados. El precio a pagar para ingresar en tan altos cuerpos es, por tanto, el m¨¢s alto en cuanto a inversi¨®n personal, intelectual y econ¨®mica. Los abogados del Estado deben memorizar alrededor de 500 temas, de los que se examinan en cuatro ejercicios, dos orales y dos escritos. Entre los dos primeros orales s¨®lo media un mes, por lo que los 500 temas deben estar frescos. El sistema de azar, casi de bingo, que rodea a la elecci¨®n del tema, rito del que el otrora opositor Gabriel Mir¨® destacaba "su sensualidad" al sacar el boleto en el que se jugaba su futuro, no permite esa improvisaci¨®n. Si se desea ganar, hay que estudiar, porque seg¨²n un experto, los que pasan m¨¢s de tres o cuatro convocatorias, aunque sepan m¨¢s lo hacen peor, ya no tienen moral".
Notar¨ªas tambi¨¦n es particularmente dif¨ªcil, porque exige un primer examen oral de todo el programa, alrededor de 360 temas. Durante una hora y media, ni m¨¢s ni menos, el opositor tiene que convencer al tribunal de que domina el programa, por lo que debe bordar los temas que le toquen. Despu¨¦s hay un segundo ejercicio, generalmente ocho meses despu¨¦s de que los competidores hayan sido cribados, en los que se ajustan las plazas, es decir, que aprueba pr¨¢cticamente el n¨²mero que corresponde a las plazas existentes. Y hay un tercer ejercicio final que corrige lo que no se haya resuelto en el segundo.
Aun siendo menos duras, las de inspectores de Hacienda son realmente competitivas porque implican poder ingresar o no en la Escuela de Inspecci¨®n Financiera y Tributaria. En la ¨²ltima convocatoria, el Ministerio de Hacienda hab¨ªa convocado 200 plazas, pero el entonces director de la escuela, Alfonso Mantero, decidi¨® que el centro s¨®lo admitiera 106 plazas, por lo que la ferocidad entre opositores se potenci¨®. Una incertidumbre adicional era que el temario cambia en cada convocatoria, por lo que los candidatos conocieron el programa en octubre de 1982. La oposici¨®n se convoc¨® en enero de 1983, y los ex¨¢menes se celebraron desde finales de mayo hasta diciembre del mismo a?o. Eso obliga a empezar a estudiar al menos un a?o antes de que se conozcan a ciencia cierta los temas, porque el margen de tiempo entre el anuncio del programa y el examen ser¨ªa excesivamente exiguo.
Y competitiva de una manera m¨¢s refinada es la oposici¨®n de ingreso en la Escuela Diplom¨¢tica, donde los candidatos suelen ser hijos de embajadores o arist¨®cratas o, en todo caso, individuos brillantes, convincentes y viajados. Coordinar el rigor y la claridad expositivas en el tiempo justo es importante, por lo que es frecuente en esta oposici¨®n, como en las anteriores, que el candidato aparezca bien pertrechado de un infalible reloj digital.
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