Circulan centenares de cuadros falsos de Mir¨®, seg¨²n el experto Jaqaues Dupin

El n¨²mero de falsificaciones de cuadros de Joan Mir¨® no ha cesado de aumentar desde la muerte del artista catal¨¢n en diciembre de 1983. Jacques Dupin, uno de los expertos m¨¢s importantes en la obra del genial pintor y amigo personal suyo, estima que hay en circulaci¨®n centenares de cuadros falsamente atribuidos a Mir¨®, as¨ª como millares de litograf¨ªas, igualmente falsificadas, en manos de coleccionistas y marchantes de arte en todo el mundo.

La semana pasada le fue mostrado a Dupin un supuesto cuadro del artista que hab¨ªa sido adquirido por 50.000 d¨®lares (m¨¢s de ocho millones y medio de pesetas), y tras una penetrante mirada a la firma, los colores, la composici¨®n y los trazos del pincel, el experto y vaticin¨®: "Es falso. Y ni siquiera es una buena falsificaci¨®n. Es horrible".Los subastadores norteamericanos de obras de arte, que en las ¨²ltimas semanas han tenido en sus manos obras supuestamente atribuidas al pintor espa?ol por valores que oscilan entre los ocho millones y los 12 millones de pesetas cada una de ellas, aprovecharon el paso de Dupin por EE UU para pedirle su opini¨®n de experto. "Cuando una imitaci¨®n es buena, mi trabajo es interesante", dijo Dupin, que recibi¨® a los interesados en una sucursal de Nueva York de la galer¨ªa Maeght Lelong. "Distinguir una buena imitaci¨®n es como resolver un crimen. Una buena imitaci¨®n est¨¢ siempre hecha con inteligencia y sensibilidad por un verdadero artista".

Autorizado por la familia

Dupin lleva 30 a?os atestiguando la autenticidad de obras del artista, y desde el fallecimiento de Mir¨® es el ¨²nico experto autorizado por la familia para realizar ese trabajo. La reciente sesi¨®n que le dedic¨® a John Kuhn, de una compa?¨ªa de subastas de Milwaukee en EE UU, es muy representativa de su trabajo. El cuadro que le mostr¨® Kuhn pertenece a un coleccionista norteamericano que lo hab¨ªa adquirido a cambio de dos peque?as pinturas de Chagall. El cuadro era bueno seg¨²n el Museo de Arte de Dallas, estaba valorado en 50.000 d¨®lares y su propietario quer¨ªa que se sacara en subasta. Despu¨¦s de desempaquetar el cuadro, Dupin lo contempl¨® durante unos segundos, escrut¨® la firma, le dio la vuelta y lo golpeo suavemente por detr¨¢s. Tras un minuto de meditaci¨®n, dej¨® el lienzo y se encogi¨® de hombros. "Todo est¨¢ mal. Es imposible no ver que es una falsificaci¨®n. Para empezar", dijo el cuadro est¨¢ pintado sobre una superficie que jam¨¢s utiliz¨® Mir¨®". Adem¨¢s, la firma garabateada en la parte inferior derecha parec¨ªa bien ejecutada, pero correspond¨ªa a una ¨¦poca de los a?os veinte en que el pintor firmaba as¨ª, mientras que la tela era supuestamente de los setenta. Adem¨¢s, los colores eran planos, los trazos inseguros y la composici¨®n d¨¦bil.

El trabajo del experto franc¨¦s se basa en su conocimiento personal del artista, sobre el que ha escrito un libro, a lo que suma una serie de t¨¦cnicas que van desde el an¨¢lisis de los pigmentos a la comprobaci¨®n de la fecha de las telas por medio de procedimientos especializados.

Aunque Mir¨® no es tan imitado y falsificado como Dal¨ª, su obra est¨¢ recibiendo cada d¨ªa mayor atenci¨®n de los pintores fraudulentos, de forma que se le podr¨ªa clasi¨¢car junto a Picasso en esta categor¨ªa. "Mir¨® parece f¨¢cil de falsificar, pero no lo es" dijo Dupin, "porque si la forma es sencilla. no ocurre lo mismo con la t¨¦cnica".