Una visi¨®n no liberadora de la 'teolog¨ªa de la liberaci¨®n'
El documento Instrucci¨®n sobre algunos aspectos de la 'teolog¨ªa de la liberaci¨®n', del 3 de septiembre pasado, provoc¨® en Am¨¦rica Latina, y en general en el Tercer Mundo, sentimientos de incomprensi¨®n, reserva y cr¨ªtica antes que de entusiasmo. Las manifestaciones de apoyo, algunas cautelosas, se debieron a personas o grupos tradicionalmente contrarios a esta corriente teol¨®gica, o a presiones de los nuncios locales, que solicitaron expl¨ªcitamente esas adhesiones, que luego fueron publicadas en L'Osservatore Romano.Es innegable que el documento vaticano posee algunos m¨¦ritos, especialmente el de haber universalizado la conciencia sobre los problemas que se encuentran en la ra¨ªz de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n: la miseria, la explotaci¨®n, el hambre y la muerte prematura de gran parte de la humanidad. Frente a esta iniquidad social es importante obrar en forma liberadora, en la sociedad y en la Iglesia. Por esta raz¨®n, el pronunciamiento romano reconoce la validez de por lo menos una teolog¨ªa de la liberaci¨®n: la que hace converger el tema b¨ªblico de la liberaci¨®n y de la libertad con las aspiraciones libertarias de los pueblos, buscando la transformaci¨®n de las situaciones de opresi¨®n en situaciones de libertad.
Reduccionismo del documento
Esta perspectiva del documento no fue elaborada en el marco de la ¨®ptica de la teolog¨ªa de la liberaci¨®n, sino dentro de los par¨¢metros de una visi¨®n centroeuropea y extr¨ªnseca. No se reflexiona, como hacen los te¨®logos de la liberaci¨®n, a partir de la pr¨¢ctica de la liberaci¨®n de los oprimidos y de sus aliados (pr¨¢ctica gravosa y constantemente vigilada y reprimida), sino a partir del estudio tranquilo y acad¨¦mico del tema de la libertad y la liberaci¨®n, como est¨¢ elaborado en la Biblia, en la tradici¨®n y en las notas de alg¨²n diccionario teol¨®gico moderno. Reflexionar a partir de la pr¨¢ctica no es lo mismo que reflexionar a partir del tema. Siguiendo la primera modalidad, estamos dentro de la realidad hist¨®rica concreta, siempre conflictiva; siguiendo la segunda, nos encontramos en el campo sereno de la teor¨ªa.
El documento firmado por el cardenal Joseph Ratzinger y su secretario, el arzobispo Alberto Bovone, revela otras limitaciones. En el aspecto b¨ªblico, denota una fuerte tendencia fundamentalista. Esta mentalidad, perceptible en otros escritos del cardenal Ratzinger, se caracteriza por el excesivo valor que se otorga a la letra del mensaje cristiano. No se toman en su debida cuenta los condicionamientos hist¨®ricos del texto y la situaci¨®n concreta del oyente del mensaje. Teol¨®gicamente, el documento es preconciliar, porque abandona la visi¨®n de la unidad hist¨®rica frente a Dios, tan duramente conquistada, y recae en el individualismo religioso al no reconocer el estatuto del pecado social. Tambi¨¦n es v¨ªctima de una concepci¨®n liberal-burguesa de la sociedad como asociaci¨®n de individuos, en lugar de mantener la concepci¨®n m¨¢s antigua, griega y cristiana, de la sociedad como expresi¨®n del car¨¢cter estructuralmente social y comunitario de la existencia humana. El marxismo representado en el documento s¨®lo existe en la Academia Sovi¨¦tica de Ciencias, en Mosc¨², y en la Sagrada Congregaci¨®n para la Doctrina de la Fe, en Roma. Simplemente, se ignoran las discusiones y rupturas registradas durante los ¨²ltimos 30 a?os que dieron origen a varios tipos de marxismo, constatadas anteriormente por Pablo VI en Octog¨¦sima advenieens (1971). El marxismo todav¨ªa es presentado como un bloque monol¨ªtico, indivisible y esencialmente ateo.
S¨®lo podremos hablar en libertad cuando los oprimidos tomen conciencia de su opresi¨®n y, junto con sus aliados, inauguren una pr¨¢ctica generadora de m¨¢s libertad. El sujeto hist¨®rico de la liberaci¨®n es el propio cuerpo social de los marginados y los pobres.
Concepci¨®n paternalista
Existe una historia latinoamericana de resistencia ante la opresi¨®n social y pol¨ªtica, de rebeliones y de b¨²squedas de alternativas, que todav¨ªa no fue suficientemente narrada. Durante los ¨²ltimos 30 a?os, en especial, asistimos en toda Am¨¦rica Latina a una vasta movilizaci¨®n popular en pos de transformaciones profundas de la sociedad. En ella participaron muchos cristianos que por eso conocieron la represi¨®n, la tortura, el exilio y la muerte violenta, desde el arzobispo ?scar Arnulfo Romero hasta los centenares de campesinos martirizados por los ¨®rganos de seguridad de los reg¨ªmenes fuertes de Am¨¦rica Latina.
Pasa a la p¨¢gina 10
Viene de la p¨¢gina 9
Sobre esta gesta heroica el documento vaticano no conoce nada. En ning¨²n momento se hace referencia a las organizaciones populares, a sus luchas y a sus logros. No se dice una sola palabra de apoyo a lo que emprenden por ellas mismas. En cambio, se persiste en una visi¨®n paternalista que atraviesa todo el texto con expresiones como ¨¦sta: la Iglesia se preocupa por los pobres y por las v¨ªctimas de la opresi¨®n; lucha en provecho de los pobres.
En el aspecto asistencial se ve a los pobres con los ojos de los ricos. Por eso el pobre aparece apenas como alguien que no tiene y que debe ser ayudado por quienes tienen. No se admite el hecho constatado y asumido por la teolog¨ªa de la liberaci¨®n: el pobre es un explotado (es hecho pobre) que posee conciencia, la fuerza hist¨®rica y la capacidad evangelizadora de toda la Iglesia. La pastoral liberadora de la Iglesia parte de este supuesto: los oprimidos, organizados, pueden cambiar a la sociedad y a la Iglesia. ?sta se incorpora a ese movimiento, se solidariza con esa causa, comparte esas luchas. Por tanto, no basta una Iglesia para los pobres: es imperioso convertirla en una Iglesia junto con los pobres, hasta llegar a una Iglesia de los pobres.
El documento afirma que los instrumentos de la lucha de los pobres, como las comunidades de base, carecen de preparaci¨®n religiosa y de capacidad de discernimiento. Esta actitud no corresponde a la verdad y revela apenas una visi¨®n no liberadora de la liberaci¨®n. S¨®lo una Iglesia libre de paternalismo, con el cual se mantiene a los pobres en permanente dependencia, puede ser solidaria con el proceso que ¨¦stos llevan adelante, buscando paz, dignidad y libertad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.