Incertidumbre en el Magreb
SE HAN intensificado en este primer mes de 1985 las gestiones para preparar una cumbre magreb¨ª, proyecto que est¨¢ pendiente desde hace varios meses. El jefe de la diplomacia tunecina, Beji Esebsi, estuvo en Argelia el 14 de enero, y el 16, en Marruecos. La segunda figura del Frente de Liberaci¨®n Nacional (FLN) argelino, Cherif Mesadia, visit¨® el 15 de enero al coronel Muammar el Gaddafi. Despu¨¦s de los recientes combates entre tropas marroqu¨ªes y el Frente Polisario, la cumbre puede ser m¨¢s conveniente a¨²n para evitar la extensi¨®n del conflicto. Sin embargo, y como en casos anteriores, ha surgido el tema complejo de la participaci¨®n del Frente Polisario. El ¨®rgano oficioso argelino, Mudjahid, lo ha abordado en un editorial del 16 de enero; en los siguientes t¨¦rminos: "?C¨®mo concebir esa cumbre en ausencia total de la representaci¨®n leg¨ªtima del pueblo saharaui? De una forma o de otra, el Frente Polisario... debe tener posibilidad de hacer conocer la posici¨®n del pueblo del qu¨¦ es vanguardia". Frase matizada, ya que da a entender que existen formas diversas -"de una forma o de otra"- de participaci¨®n. Esta relativa flexibilidad argelina refleja, sin duda, un deseo de buscar un terreno de conversaci¨®n.En realidad, despu¨¦s de m¨¢s de 10 a?os de conflicto, la pretensi¨®n marroqu¨ª de considerar el antiguo S¨¢hara occidental espa?ol como parte de su propio territorio est¨¢ cada vez m¨¢s debilitada en el plano internacional. La Organizaci¨®n para la Unidad Africana (OUA) ha reconocido a la Rep¨²blica ?rabe Saharaui Democr¨¢tica (RASD) como Estado miembro, lo que ha provocado la retirada de Marruecos. La ONU ha votado una resoluci¨®n, por gran mayor¨ªa, favorable a las tesis del Polisario. Marruecos ha roto sus relaciones diplom¨¢ticas con Yugoslavia porque ¨¦sta ha reconocido a la RASD, pero no puede hacer lo mismo en otros casos. Es m¨¢s, incluso
Libia -ligada a Marruecos en una Uni¨®n de Estados no ha retirado su reconocimiento de la RASD y sigue en el seno de la OUA. No es sensato pensar que vaya a invertirse esta tendencia internacional.
Por otro lado, la idea de que Marruecos se acerca a una soluci¨®n militar de la cuesti¨®n no responde a los hechos. Sin duda, los muros que ha construido le aseguran ventajas apreciables. Pero los recientes combates han puesto de relieve la capacidad del Frente Polisario para operar no s¨®lo cerca de la frontera argelina, sino a cientos de kil¨®metros, al sur de Yela (antigua Villa Cisneros). Por tanto, la perspectiva militar implica, por lo menos, la continuaci¨®n de una carga financiera considerable, y precisamente en un momento de grandes dificultades en la situaci¨®n econ¨®mica de Marruecos y cuando los proyectos de modernizaci¨®n anunciados por el monarca deber¨ªan implicar, l¨®gicamente, una disminuci¨®n de los enormes gastos militares. Tampoco parece que la guerra en el S¨¢hara sea en la actualidad un cemento pol¨ªtico suficiente -como s¨ª ocurri¨® en otras ¨¦pocas- para reconstruir un Gobierno de amplia unidad nacional, seg¨²n los deseos manifestados por Hassan II. El principal partido de la oposici¨®n, la Uni¨®n Socialista de Fuerzas Populares, acaba de rechazar su participaci¨®n en el Gobierno.
Los cambios con los que se especul¨® en algunos c¨ªrculos despu¨¦s de la firma del tratado de Uxda, estableciendo la Uni¨®n de Estados entre Libia y Marruecos, no se han confirmado. Ciertos ¨®rganos conjuntos han sido constituidos, pero no se advierte una convergencia en cuestiones de pol¨ªtica internacional. Gaddafi persiste. en una orientaci¨®n marcadamente -al menos en palabras- antinorteamericana. Por otra parte, Argelia refuerza su pol¨ªtica de no alineamiento y estrecha sus relaciones con T¨²nez y Mauritania. Por ello, no es f¨¢cil percibir cu¨¢les podr¨ªan ser los objetivos de una cumbre magreb¨ª, fuera de la cuesti¨®n del S¨¢hara. Es sintom¨¢tico que, precisamente en esta coyuntura, se vuelva a hablar en diversas capitales de posibles "soluciones intermedias" para el problema saharaui; por ejemplo, de una f¨®rmula federal que permitir¨ªa combinar la soberan¨ªa y autonom¨ªa del pueblo saharaui con la existencia de un lazo con Marruecos. F¨®rmula que permitir¨ªa, sin duda, a Marruecos, sin p¨¦rdida de prestigio, desprenderse de un engranaje en el que no ha obtenido hasta ahora ning¨²n beneficio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.