Una larga tradici¨®n

A lo que m¨¢s se parece Lina Morgan cuando act¨²a es a los queridos animalitos familiares de las pel¨ªculas de dibujos animados. El Picamaderas, el Correcaminos... Tiene la locuacidad que muestra a veces el pato Donald -y su estiramiento de cuello, y sus gestos de sorpresa-; y en el n¨²mero de ballet cl¨¢sico de la revista que ahora estrena en Madrid parece como inspirada en algunas im¨¢genes de Walt Disney. Hasta en una liger¨ªsima discontinuidad de movimientos, como la que antes produc¨ªa la t¨¦cnica del dibujo animado, y en una repetici¨®n de los efectos felices hay un parecido.Claro que los dibujos animados no se inspiraron de la nada, sino de los grandes c¨®micos del cine mundo, y ¨¦stos ven¨ªan de la tradici¨®n del circo, la de los payasos; y ¨¦stos a su vez arrancaban de la commedia dell'arte. Lina Morgan est¨¢ al cabo de una larga tradici¨®n. Mucho de su trabajo recuerda al arlequ¨ªn: las transformaciones de los gorritos blandos y expresivos, los gestos de las manos, los paseos por el escenario, el habla veloz, la mezcla por mitades de listeza e incomprensi¨®n al tratar de explicarse el barullo de la acci¨®n, la exageraci¨®n del gesto y, en fin, la complicidad con el p¨²blico. No s¨¦ si todo esto procede de un estudio personal o si lo recoge por intuici¨®n o por una inspiraci¨®n ancestral. Ella ha dicho que su lugar de estudio es la calle: lo que escucha y lo que ve, y tambi¨¦n parece muy posible. En todo caso hay en ella una enorme cantidad de trabajo, en cantidad y calidad. Lo que no se ve tan claro es la comparaci¨®n con actrices de la vena c¨®mica, como Loreto Prado. Lo importante en Lina Morgan es la capacidad para crear su personaje ¨²nico, lo cual est¨¢ tambi¨¦n inscrito en la gran tradici¨®n. Lo ha hecho siempre, lo hace ahora. El milagro de la comunicaci¨®n con el p¨²blico no se ha interrumpido.

Todo en torno a ella es insignificante. Apenas se sigue el enredo; los chistes consisten en la alusi¨®n a temas de actualidad. La m¨²sica es maquinal y los n¨²meros lo son porque en ellos est¨¢ Lina Morgan. Los actores cumplen con su misi¨®n de servicio a la estrella, con su trabajo de puntos de apoyo; la escenograf¨ªa y los figurines buscan la caracter¨ªstica de brillos, luces y colores del g¨¦nero. Es bastante sorprendente la calidad del ballet, sus lucidas y esbeltas se?oritas, sus muchachos un¨¢nimes y los rasgos de su coreograf¨ªa que se separan del t¨®pico.

El milagro de la comunicaci¨®n de Lina Morgan se produjo una vez m¨¢s: estaba su p¨²blico -desde los fijos del barrio hasta Fraga Iribarne- y seguir¨¢ acaparando espectadores todo el tiempo que quiera estar en el teatro. Heredera de una tradici¨®n, Lina Morgan es ella misma una tradici¨®n. Aplausos y risas la interrumpieron muchas veces y se convirtieron en ovaciones. Los colaboradores, presentados por Lina, fueron tambi¨¦n premiados por el p¨²blico.