Un triste adi¨®s a Ajuria Enea
Una comida familiar en un escenario repleto de ramos de flores y telegramas, en una casa enclavada en su ciudad natal de Pamplona, lejos del trasiego pol¨ªtico, sin medidas de seguridad, ni citas de reuniones, ni protocolos, fue el preludio de la nueva vida de Carlos Garaikoetxea, el pasado 24 de enero. Atr¨¢s quedaban los saludos de despedida, el agradecimiento de algunos compa?eros por su labor durante los cinco ¨²ltimos a?os y el lamento de otros por "las cosas que no se han hecho bien". Atr¨¢s quedaba, en suma, la sensaci¨®n de haber sido el convidado de piedra durante las dos ¨²ltimas sesiones del Parlamento.Precipitadamente, Carlos Garaikoetxea abandon¨® las dependencias del Parlamento en la ma?ana del viernes 24 de enero, atravesando el pasillo rebosante de periodistas, para reposar, por ¨²ltima vez, en el asiento del coche oficial que le trasladar¨ªa a Ajuria Enea. All¨ª le esperaba su mujer, Sagrario Mina, que hab¨ªa seguido el desarrollo de la sesi¨®n ante un televisor del palacio presidencial.
A Garaikoetxea le habr¨ªa gustado salir de ah¨ª casi tan deprisa como lo hizo de las dependencias de la C¨¢mara. No pudo porque la tardanza del nuevo lendakari y las ¨²ltimas fotos que le solicitaban algunos periodistas le retuvieron casi dos horas m¨¢s de lo previsto. Y en realidad todo ello era necesario, incluso el obligado encuentro con el nuevo inquilino de la casa para efectuar el traspaso de llaves.
Durante los d¨ªas que precedieron a la celebraci¨®n de la sesi¨®n de investidura de Jos¨¦ Antonio Ardanza, la familia Garaikoetxea se dedic¨®, con la ayuda de sus m¨¢s ¨ªntimos colaboradores, a efectuar el traslado de sus enseres personales. Jon, el ch¨®fer imprescindible y amigo, se encarg¨® de casi todo el embalaje para depositarlo en una furgoneta que pertenece al Gobierno vasco. Las personas m¨¢s allegadas al ex lendakari se regodeaban en su asombro al comprobar el inter¨¦s que en el ¨²ltimo momento suscit¨® la mudanza de la familia Garaikoetxea cuando, seg¨²n dec¨ªan, nadie se hab¨ªa preocupado en brindarles ayuda, quiz¨¢ porque los sucesores estaban aturdidos por la precipitaci¨®n de los ¨²ltimos acontecimientos.
El mayor de los hijos del ex lendakari, Carlos, de 17 a?os, estudia. en Estados Unidos, mientras que sus otros dos hermanos, Iban, de 15, y Mike1, de 13, lo hacen en una ikastola de Pamplona desde el 7 de enero.
Carlos Garaikoetxea abandon¨® Ajuria Enea en compa?¨ªa de su mujer, conduciendo su propio coche -un Talbot Horizon matriculado en Navarra-, que se compr¨® hace varias semanas.
En el palacio presidencial quedaron dos conserjes y dos telefonistas a la espera de que el nuevo Gobierno les comunique su particular situaci¨®n laboral. Los tres colaboradores de Garaikoetxea: su secretaria personal, Maritxu; la jefa de relaciones p¨²blicas, Bego?a Ezpeleta, y el responsable de Prensa, Gorka Kn?rr, comenzaron ese d¨ªa a tramitar los papeles del desempleo.
Jon insiste en ir a Pamplona con Garaikoetxea para prestarle su colaboraci¨®n, al menos durante unos meses, aunque el ex lendakari ha rechazado, en principio, los servicios (un coche, un ch¨®fer y protecci¨®n) que al parecer le ha ofrecido el nuevo Gobierno vasco.
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