Los profesionales del tenis de mesa
Los 24 mejores jugadores de Europa disputan en Barcelona el prestigioso torneo Europa Top 12
La min¨²scula bola tiene un di¨¢metro inferior a los cuatro cent¨ªmetros y un peso de entre los 2,40 y 2,53 gramos. Los jugadores profesionales la esconden entre sus dedos; la lanzan al aire -a veces hasta dos metros por encima de sus cabezas- y la colocan con sus paletas al otro lado de la red de una mesa verde de unos tres metros de longitud. Esa bolita llega a alcanzar los 150 kil¨®metros por hora cuando el golpe es violento. Los profesionales se entrenan horas y horas para dominar esa bolita y ganar millones.Parece f¨¢cil, pero es complicad¨ªsimo. Para ser un buen jugador de tenis de mesa hay que tener unos m¨²sculos predestinados. Todo el cuerpo tiene que estar preparado para una explosi¨®n de fuerza. Las piernas recorren kil¨®metros durante un partido; los brazos est¨¢n siempre en movimiento; las mu?ecas se doblan continuamente en busca de efectos inalcanzables; y el cerebro funciona al 100 por 100en busca de la m¨ªnima debilidad del rival. De ah¨ª que se necesiten largas sesiones de entrenamiento f¨ªsico con un doble objetivo; afinar la velocidad y reflejos, y conseguir mayor resistencia para soportar los largos campeonatos. Se necesita una concentraci¨®n extraordinaria para controlar la velocidad de un partido, los efectos constantes de rotaci¨®n de la bola, y los reflejos imprescindibles para devolver el golpe m¨¢s inoportuno. Ya en la elite, la diferencia es m¨ªnima, y entran en juego los factores psicol¨®gicos. Hay jugadores que se hunden cuando fallan un golpe f¨¢cil. Otros se crecen ante lo dif¨ªcil.
Los 24 mejores jugadores de Europa est¨¢n gastando sus paletas desde el viernes en el Palacio de Deportes de Barcelona. Su juego es espectacular, con saltos, movimientos, reflejos y velocidad dignos de los mejores atletas. Son profesionales. Es decir, viven de jugar al tenis de mesa.
El para¨ªso alem¨¢n
Que los jugadores de los pa¨ªses del ¨¢rea socialista se dediquen todo el d¨ªa a un deporte parece entrar ya en la l¨®gica actual. Pero es m¨¢s dif¨ªcil en el mundo occidental. En Europa se organizan torneos profesionales, en los que los ganadores reciben importantes premios econ¨®micos. Recientemente, en la Rep¨²blica Federal de Alemania (RFA) se disput¨® un campeonato cuyo premio era un Porsche ¨²ltimo modelo. El brit¨¢nico Desmond Douglas, uno de los participantes en el torneo Top 12, gan¨® unos 40 millones de pesetas en el ¨²ltimo a?o. El dinero, sin embargo, est¨¢ concentrado en pocos mercados. As¨ª, la mayor¨ªa de los jugadores de elite participan en la Bundesliga alemana, representado a clubes con los que suscriben importantes contratos. Los jugadores de los pa¨ªses del Este m¨¢s liberales, como Hungr¨ªa o Yugoslavia, buscan a lo largo de su carrera los permisos necesarios para poder disfrutar del para¨ªso alem¨¢n.Suecia es en estos momentos la primera potencia del tenis de mesa europeo. Cuatro suecos est¨¢n entre los cinco primeros en la clasificaci¨®n europea. Los t¨¦cnicos creen que su ¨¦xito est¨¢ basado en la excelente preparaci¨®n f¨ªsica que reciben todos los ni?os en las escuelas. Los suecos, como en el tenis al aire libre, han cambiado el estilo espectacular por la sobriedad del juego matem¨¢tico. Juegan mucho m¨¢s cerca de la mesa y huyen de las complicaciones que representa separarse de la mesa. Anta?o hab¨ªa m¨¢s espectacularidad, y los jugadores sol¨ªan jugar a varios metros de la mesa.
La URS S domina en la categor¨ªa femenina. Los sovi¨¦ticos utilizan el mismo sistema de selecci¨®n que en el ajedrez. Los ni?os ya son controlados en las escuelas, y los que reciben mejores puntuaciones ingresan en centros especializados para potenciar al m¨¢ximo sus virtudes en el tenis de mesa. En la elite femenina s¨®lo hay una jugadora occidental, la holandesa Bettine Vriesekoop, cuarta en Europa y ganadora del Top 12 en 1982.
El caso de la holandesa Bettine Vrieskoop es singular. Nacida para este deporte en un pa¨ªs donde tiene tan poca importancia como en Espa?a, Bettine se ha encaramado a los primeros lugares de Europa a base de sacrificio. Se entrena seis horas diarias durante siete d¨ªas a la semana, y su juego es tan superior al de sus compatriotas que es la ¨²nica mujer que participa en las competiciones masculinas de Holanda. Y, para mayor sorpresa, ha ganado a todos los jugadores masculinos de su pa¨ªs.
Espa?a est¨¢ en pa?ales. Seg¨²n los t¨¦cnicos extranjeros que han trabajado con los mejores jugadores espa?oles, ¨¦stos son demasiado vagos. No dedican tantas horas a los entrenamientos como ser¨ªa necesario en un deporte cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil. Adem¨¢s, el clima tampoco ayuda. En un pa¨ªs de temperaturas bonancibles, como Espa?a, es dif¨ªcil conseguir que los ni?os y adolescentes se entrenen cuatro y cinco horas en un local triste y gris, mientras el sol domina la calle .
La superioridad china
Gerard Bakker, el entrenador de Bettine, no se lo piensa dos veces cuando se le pregunta si el mejor europeo podr¨ªa compararse a su hom¨®nimo chino: "Yo creo que el mejor europeo no podr¨ªa ganar ni al n¨²mero 50 en la clasificaci¨®n china". El dominio de los jugadores de la Rep¨²blica Popular China es aplastante. El tenis de mesa es el deporte nacional en China, y se calcula que lo practican m¨¢s de 100 millones de personas.Existen diferencias radicales de estilo. Adem¨¢s de ser mucho m¨¢s ¨¢giles y r¨¢pidos, los chinos cogen la paleta s¨®lo con dos dedos y con el mango hac¨ªa arriba. A diferencia de los europeos, que cogen la paleta con el mango colocado en la palma de la mano, los chinos utilizan s¨®lo uno de los lados de la paleta, y desconocen lo que es golpear de rev¨¦s. Esta diferencia permite, seg¨²n los t¨¦cnicos, un mayor dominio de la bola, un mejor movimiento giratorio de la mu?eca, y una mayor potencia en los smash.
Los t¨¦cnicos europeos han detectado, sin embargo, un retroceso en el tenis de mesa chino. Al no ser ol¨ªmpico -aunque ser¨¢ deporte de exhibici¨®n en Se¨²l en 1988-, el tenis de mesa ha visto como parte de las ayudas gubernamentales se han desviado hacia la gimnasia y el atletismo. Los ¨¦xitos de los gimnastas -con las medallas de Li Ning en Los ?ngeles- y del atleta Jianhua en salto de altura -con el bronce de Los ?ngeles y su r¨¦cord del mundo- son considerados como m¨¢s rentables para la imagen del pa¨ªs. El tenis de mesa sigue siendo el deporte m¨¢s popular, pero ya no est¨¢ tan mimado como en la ¨¦poca en que fue utilizado como el arma diplom¨¢tica que permiti¨® el acercamiento entre Estados Unidos y China, en 1972, a?o en el que el entonces presidente norteamericano Richard Nixon realiz¨® una visita oficial a Pek¨ªn. La diplomacia del pimp¨®n parece ya jubilada.
Un franc¨¦s con cara de chiste
Es enclenque, relativamente bajo, con poco pelo, y cara y apellido de chiste. Cuando se despoja de su modesto chandal y se coloca ante la mesa de pimp¨®n, sufre una transformaci¨®n absoluta. Salta, corre, se agacha, y golpea la bola con una facilidad descarada. El franc¨¦s Jacques Secretin es, con casi 40 a?os, el ¨²nico jugador que ha estado en todas las ediciones del torneo Europa Top 12, aunque nunca ha ganado esta competici¨®n. Secretin lleva 15 a?os entre los 12 mejores del continente y, adem¨¢s, ha ganado el suficiente dinero para vivir tranquilo el resto de sus d¨ªas.Secretin, que no es tonto, aprovech¨® su dominio de la paleta para montar un espect¨¢culo que lleva de ciudad en ciudad y con el que gana millones. En el espect¨¢culo, Secretin hace re¨ªr a carcajadas. Para ello utiliza los mil trucos posibles. Desde saltar metros y metros, hasta sacarse dos o tres bolas de la manga en un saque y sorprender a su compa?ero con tres trayectorias distintas. De repente, Secretin va hacia la bolsa. Mete su paleta y saca otra min¨²scula, apenas m¨¢s grande que la bola. Otras veces, la paleta sustituta tiene un di¨¢metro de casi un metro. La mesa tambi¨¦n sufre sustituciones, y Secretin se lanza a un desenfrenado peloteo sobre una mesa de dos palmos de longitud.
En Barcelona, cuando TVE le pidi¨® permiso para rodar unas escenas de su peloteo con un jugador polaco, Secretin pr¨¢cticamente orden¨® al c¨¢mara que se colocase agachado en su lado de la mesa. Era un buen plano. La c¨¢mara recog¨ªa los golpes del adversario, y el franc¨¦s se encargaba de devolver la bola detr¨¢s de la c¨¢mara. Nueva orden de Secretin, y el c¨¢mara se traslad¨® enfrente. El franc¨¦s comenz¨® a saltar cada vez que golpeaba la bola. Los que le conocen dicen que nunca dejar¨¢ la competici¨®n. Para ¨¦l, jugar a tenis de mesa siempre es una diversi¨®n.
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