Pintar sobre un retrato

Olga Picabia revis¨® uno a uno los cuadros que compondr¨ªan la exposici¨®n en Espa?a. Desde la muerte de su esposo, la viuda del artista se ha convertido en la m¨¢s celosa guardiana de la obra de Picabia, por quien, siente la m¨¢s profunda devoci¨®n. Esto le llev¨® a poner en duda la autenticidad de dos peque?as obras de juventud presentadas para esta antol¨®gica, descart¨¢ndolas de la exposici¨®n.Sin embargo, hay una pintura que se encuentra colgada en las salas Pablo Ruiz Picasso, pese a su objeci¨®n. Se trata de un interesante retrato del artista titulado Autorretrato, que se encuentra en la sala de paso al sal¨®n donde se proyectan las pel¨ªculas de Picabia. Esta pintura, de 1934, fue un retrato que le hizo a Picabia un amigo suyo; Picabia lo recibi¨® y al no gustarle decidi¨® transformarlo.

Pint¨® entonces encima un desnudo y un rostro de mujer, convirti¨¦ndolo en una obra que no puede calificarse como un original suyo, pero cuya intervenci¨®n innegable, sumada a la imagen que de ¨¦l da otro pintor, la convierte en una pieza original que no reniega en lo absoluto del esp¨ªritu general que anim¨® a este artista.

Desde que Oiga Mohler entr¨® a trabajar como institutriz de Lorenzo, el hijo de Picabia con Germaine Everling, se entusiasm¨® con el trabajo del artista y con el hombre. En las memorias de Germaine Everling ¨¦sta se queja de c¨®mo la institutriz fue abandonando al ni?o para dedicarse a ayudar al padre a mezclar sus pinturas.