El mal ejemplo neozeland¨¦s
Estados Unidos ha reaccionado con vigor a la negativa de Nueva Zelanda de acoger en sus puertos a nav¨ªos norteamericanos que podr¨ªan llevar armas at¨®rnicas. Han anulado las maniobras navales previstas el mes pr¨®ximo en el Pac¨ªfico sur. ( ... )Y el Departamento de Estado ha lanzado una advertencia muy dura a todas las naciones aliadas que tuvieran la tentaci¨®n de no respetar sus obligaciones en materia de seguridad. La amenaza apenas velada de hacer pagar de una forma u otra su intransigencia al Gobierno de Wellington.
El primer ministro neozeland¨¦s, Lange, acaba de evocar rnuy claramente sus compromisos sobre armas nucleares. Su colega australiano, Hawke, que va a reunirse con Reagan el 7 de febrero, se, ha mostrado hasta ahora mucho m¨¢s conciliador con respecto a Washington, pero no puede ignorar las cr¨ªticas de que es objeto su pa¨ªs. ?Qu¨¦ valdr¨ªa el ANZUS para la defensa del Pac¨ªfico sur si los dosaliados de Estados Unidos en esta regi¨®n se reservan la capacidad de fijar l¨ªmites a su cooperaci¨®n militar?
Por otra parte, es evidente que la Casa Blanca teme el eventual efecto de contagio del mal ejemplo neozeland¨¦s. M¨¢s al norte, el problema se plantea en Jap¨®n, donde una gran parte de la opini¨®n es hostil -incluidos los conservadores, y pese a fuertes presiones norteamericanas- a una integraci¨®n m¨¢s profunda en la estrategia global de Estados Unidos, en particular a la acogida de armas nucleares en el territorio nacional.
, 7 de febrero
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