La dudosa existencia del cine 'gay'
Los homosexuales destacan la carencia de una verdadera filmograf¨ªa, propia
Hoy finaliza en Barcelona la VI Muestra de Cine Gay, que se ha venido celebrando a lo largo de la semana en el cine Padr¨®, organizada por el Frente de Liberaci¨®n Gay de Catalu?a (FAGC). Ocho pel¨ªculas de tan diferente factura como Murder, de Hitchcock; Hamlet, de Celestino Coronado, y Je t'¨¢ime, moi non plus, de Gainsbourg, integran la muestra. Como guinda del programa tendr¨¢ lugar el pase de una escandalosa pieza de colecci¨®n: Lot in Sodom, corto underground estadounidense de los a?os treinta, prohibido en su ¨¦poca. La muestra invita a una reflexi¨®n sobre la existencia o no de una cinematograf¨ªa homosexual y de un gusto espec¨ªficamente gay en cine.
Enrique, en ch¨¢ndal, se pasea lentamente por el piso mientras habla y va hurgando en cajas y cajones en busca de fotos. Tras ¨¦l trotan, llenos de vitalidad, dos gatos siameses -dos hembras- "Ten¨ªamos dos machos, como recordar¨¢s, pero uno se meti¨® en la lavadora y muri¨®. Luego se muri¨® el otro, tal vez de pena, entonces adquirimos a ¨¦stas", dice, y pone una sonrisa en su rostro barbudo, de mirada c¨®mplice, que cuando ¨¦l quiere sugiere el de un s¨¢tiro bondadoso. En un rinc¨®n de un cuarto, junto a la ventana, hay un maniqu¨ª vestido con la capa del estridente disfraz de mujer fatal que Enrique llev¨® en el carnaval gay del martes, celebrado en La Paloma.Enrique Bentz es uno de los miembros del colectivo cinematogr¨¢fico Els 5QK's, autor de unos 25 filmes en Super 8 -entre ellos varios largometrajes- y ¨²nico grupo de homosexuales confesos que se dedica en este pa¨ªs a hacer cine con regularidad. "Comenzamos a trabajar hace ocho a?os, filmamos en Super 8 por una l¨®gica cuesti¨®n de presupuesto, dado que todo lo que hacemos es autofinanciado. Originalmente ¨¦ramos cinco, pero dos, que eran pareja, se pelearon y era muy dif¨ªcil seguir trabajando juntos en esas condiciones".
Saga 'gay'
La extensa filmograf¨ªa de Els 5QK's, que ha recorrido toda Espa?a, incluye filmes de distintos g¨¦neros, desde el cine de suspense -Surcos, un experimento a lo Hitchcock- y el western -Al oeste del rancho Culvert-, hasta la desmesurada saga gay compuesta por los largometrajes Buscando el camino de tu amor, Tambien encontr¨¦ mariquitas felices, GuUarros crueles en el impetuoso torrente de la pasi¨®n y Los p¨¢jaros toman el ¨²ltimo tranv¨ªa."Solicitan nuestras pel¨ªculas desde todas partes, continuamente. En cada acto de corte homosexual que se realiza, los organizadores quieren contar con pel¨ªculas gay y acaban poni¨¦ndose en contacto con el FAGC, que nos avisa a nosotros". Hace algunos a?os, Enrique estuvo en Alphaville, en Madrid, donde se efectu¨® una proyecci¨®n de filmes de Els 5QK's y un coloquio en torno a la existencia o no de cine gay.
"Es una cuesti¨®n muy pol¨¦mica", asegura Enrique adoptando una actitud pensativa. "Nosotros, por ejemplo, no hacemos cine homosexual, tan s¨®lo hacemos cine, sin etiquetas. Cuando se habla de cine homosexual, la gente espera ver un cine militante. Els 5QK's nos limitamos a jugar con argumentos de todos los g¨¦neros cinematogr¨¢ficos, pero transformando a la protagonista, a la hero¨ªna, en h¨¦roe. La verdad es que s¨®lo esa trasposici¨®n ya crea situaciones de lo m¨¢s hilarante y provocativo".
Enrique considera que las dos cosas que distinguen a sus pel¨ªculas de otros productos de tem¨¢tica homosexual son que "nosotros somos homosexuales en la vida cotidiana y, por otro lado, en niaestras obras no hay moraleja final. En los otros filmes, generalmente, todo es dr¨¢matico, o lo gay proviene de un equ¨ªvoco y se resuelve en un chiste. Aqu¨ª, de eso nada", dice.
"En Espa?a no hay cine espec¨ªficamente homosexual", ceintin¨²a Enrique, "ni de militancia, ni did¨¢ctico, ni de ning¨²n tipo. Ni siquiera se realizan pel¨ªculas a nivel underground. Lo que s¨ª se puede encontrar es algunos rasgos gay en ciertos realizadores. El ejemplo m¨¢s claro es Eloy de la Iglesia: en sus pel¨ªculas siempre aparece un personaje homosexual que nunca es negativo, quiz¨¢ sea una forma de militancia indirecta".
Mujeres divinas
Sobre el tema de la mitolog¨ªa gay, Enrique explica que existe "algo semejante a una cultura homosexual, o m¨¢s bien una serie de signos culturales que est¨¢n m¨¢s acentuados cuanto m¨¢s involucrado se encuentra el gay en el gueto de la homosexualidad. Aparte de las preferencias de cada uno, hay unos mitos cinernato¨¢r¨¢ficos comunes como Marlene Dietrich, Joan Crawford o Rita Hayworth. Esas mujeres son el reflejo de la imagen que de la mujer tiene el hombre; adoptan en la pantalla papeles fant¨¢sticos, son muy divinas, muy mujeres; exageradamente mujeres incluso, y son mujeres objeto, deseables, codiciables, como le gustar¨ªa ser a un hombre si fuera mujer".Entrar en la subcultura, en los mitos menores, es m¨¢s duro. "Yo s¨¦ que es d¨ªficil de entender lo de Juanita Reina, lo de nuestro folclorismo. La verdad es que no tiene una explicaci¨®n racional. Mira, por ejemplo, qu¨¦ lamentable es que a un gay de izquierdas le guste esa se?ora, s¨ªmbolo de todo lo que ha combatido a lo largo de su vida. Pero es as¨ª. ?Qu¨¦ me gusta a m¨ª, por poner otro ejemplo, de Sara Montiel?, no s¨¦, quiz¨¢ que es tan mujer y tan mala... y eso que en su ¨²ltimo disco ya ni siquiera canta, grazna".
?ngel, uno de los dos propietarios de Celuloide, tienda de material m¨ªtico-cinematogr¨¢fico, tiene su propia teor¨ªa para explicar la pasi¨®n por Juanita Reina. "Ella es el mito indiscutible, ten¨ªa una pureza como no ha tenido nunca ninguna actriz", explica arrobado desde el mostrador de su peque?o comercio de paredes cubiertas por fotos desva¨ªdas.
?ngel y su compa?ero tienen grabadas en v¨ªdeo todas las pel¨ªculas de Juanita Reina. Ambos con sideran que el mejor cine es el que se hac¨ªa en Espa?a "de los cuaren ta para atr¨¢s". Sara Montiel -en foto y en un ¨®leo del m¨¢s puro sabor kitsch-, Pastora Imperio, Anto?ita Moreno y Concha Piquer aprueban silencios; amente desde los viejos affiches, ante la consternaci¨®n de las relegadas Mima Loy y Jean Harlow.
"As¨ª est¨¢n las cosas", explica a la salida de la tienda Pedro S¨¢nchez, uno de los responsables, junto con su compa?ero, del cine Padr¨®. "A la mayor¨ªa no les gusta el rollo intelectual, no entienden a Fassbinder y, si me apuras, tampoco a Lindsay Kemp. Prefieren a Juanita Reina y a Joe d'Alessandro".
El ciclo de cine gay inclu¨ªa, precisamente, unos pases en sesi¨®n golfa de Canelita en rama, con Juanita Reina y Pastora Imperio. Sin embargo, S¨¢nchez considera, como Enrique, que no hay un cine espec¨ªficamente homosexual. "Fuera de esos peque?os grupos de mit¨®manos, los gustos de los gay son iguales que los del resto del p¨²blico y, en cuanto a las pel¨ªculas que abordan el tema de la homosexualidad, la verdad es que es dif¨ªcil encontrar alguna que no presente una visi¨®n tr¨¢gica, desenfocada o estridente".
De la misma opini¨®n es Jordi Petit, dirigente del FAGC, que asegura estar todav¨ªa esperando un filme como Paseo por el amor y la muerte, "pero en versi¨®n homosexual". Para Petit, no existe un cine gay, sino un cine "con gays dentro" y asegura que casi todas las pel¨ªculas sobre homosexualidad son "muy anecd¨®ticas, desmesuradas y dram¨¢ticas".
"Cuando se toca el tema, todo queda reducido a t¨®picos, como las mariquitas amargadas de Los chicos de la banda o la pareja de normal y travestido, t¨ªpica y poco subversiva, de La muerte de Mikel. Y mira que es frecuente ver en Euskadi parejas de chicarrones del norte barbudos", a?ade.
"Me parece nefasto que no se presenten en la pantalla relaciones normales, igual que en el caso heterosexual. ?Por qu¨¦ no hay un Love story homosexual?, la homosexualidad est¨¢ necesitada de visiones objetivas y tranquilas, pero, claro, lo gay s¨®lo es comercial cuando escandaliza o hace re¨ªr".
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.