"Desde el primer momento me encontr¨¦ muy a gusto con mi nuevo coraz¨®n"
Juan Alarc¨®n explic¨® a EL PA?S sus recuerdos del trasplante y su vida cotidiana en una entrevista concedida cuatro d¨ªas antes de morir
El pasado 1 de febrero, EL PA?S entrevist¨® a Juan Alarc¨®n Torres -el primer paciente que ha sobrevivido a un trasplante de coraz¨®n en Espa?a- en el bar Los Ma?os, de l'Hospitalet, donde acostumbraba a pasar buena parte de su tiempo libre. Esta entrevista y las fotos que la acompa?an -tomadas el mismo d¨ªa- deb¨ªan incluirse en un reportaje m¨¢s amplio sobre los trasplantes. El inesperado fallecimiento de Alarc¨®n -que durante la conversaci¨®n mostr¨® su satisfacci¨®n por su salud-, cuatro d¨ªas despu¨¦s de este encuentro, ha convertido la presente intervi¨² en el ¨²ltimo testimonio recogido sobre la vida cotidiana de un hombre de 30 a?os que vivi¨® nueve meses con un coraz¨®n de otro.
Juan Alarc¨®n Torres, Juanito, viv¨ªa en un ¨¢tico del barrio de La Florida, de I'Hospitalet de Llobregat (Barcelona), donde se produce un imperceptible temblor cada vez que pasan los ferrocarriles de v¨ªa estrecha de la Generalitat, a apenas 100 metros. Juan Alarc¨¢n, de 30 a?os de edad, era el segundo paciente al que se le trasplant¨® el coraz¨®n en Espa?a. Y no fue el primero por la ocurrencia del marqu¨¦s de Villaverde, que quiso emular al doctor Christian Barnard, aunque el resultado fuera el fallecimiento, a las 26 horas, de Juan Alfonso Rodr¨ªguez Grill¨¦, un ciudadano gallego del que pronto dej¨® de hablar la prensa de la ¨¦poca (1968).Juan Alarc¨®n no asimil¨® nunca lo de ser un trasplantado pionero, y hu¨ªa de los medios de comunicaci¨®n, que ten¨ªan que acercarse a ¨¦l con argumentos convincentes pero poco ortodoxos. Una revista del coraz¨®n le pag¨® hace unos meses 30.000 pesetas por unas fotos.
En el hospital de Sant Pau tuvieron desde el primer momento la sensaci¨®n de que Juan Alarc¨®n era un paciente id¨®neo. Incluso un m¨¦dico de la Unidad de Cirug¨ªa Cardiaca de ese hospital advirti¨® en privado, sorprendido por su actitud: "Ha ido al qu¨ªr¨®fano pensando que lo suyo era algo as¨ª como una apendicitis". Los informes psicol¨®gicos previos al trasplante, preceptivos en estos casos, constataron la buena disposici¨®n del paciente, a pesar de que Juan Alarc¨®n ech¨® con cajas destempladas a los dos psic¨®logos.
Pregunta. ?A usted no le impresion¨® ser el primer hombre al que se le trasplantaba un coraz¨®n en Espa?a, despu¨¦s de la experiencia fallida, hace 17 a?os?
Respuesta. Hombre, yo no sab¨ªa que esto de los trasplantes de coraz¨®n eran una cosa nueva; pensaba que habr¨ªan hecho otros cuando me lo ped¨ªan. Ya me extra?¨® que cuando en el bar Los Ma?os le dije a ¨¦se, al Moreno, lo del trasplante, no se lo creyera.
P. Despu¨¦s del trasplante apareci¨® en la prensa la noticia de que en el servicio militar le hab¨ªan declarado in¨²til, pero que nadie le hab¨ªa advertido ni a usted ni a su familia que tuviera problemas cardiacos. ?Es eso cierto?
R. Es verdad. En la mili ya me declararon in¨²til, pero fue por ser estrecho de pecho, aunque yo les dec¨ªa que me cansaba mucho cuando hac¨ªa esfuerzos. Cuando empec¨¦ a sentir que me ahogaba fue en el taller Claudio, en el barrio de Sants, de Barcelona, pues eso de pulir metales es muy duro. Durante mucho tiempo pens¨¦ que ten¨ªa un fuerte catarro, porque tos¨ªa mucho y devolv¨ªa todo lo que com¨ªa. No sab¨ªa lo que ten¨ªa, pero cada vez me encontraba peor. Durante untiempo intentaron darme trabajos menos fatigosos, como recados y as¨ª. Pero cuando ten¨ªa que llevar alg¨²n paquete me pon¨ªa fatal. Enrojec¨ªa, me ahogaba, me fallaban las piernas. Estos peque?os transportes los ten¨ªa que hacer con la, ayuda de una carretilla. Al final me dieron la baja y entonces empec¨¦ a ir de m¨¦dico en m¨¦dico.
"Mi coraz¨®n era tres veces mayor de lo normal"
P. Y finalmente le dijeron que ten¨ªa una cardiopat¨ªa congestiva.
R. As¨ª es. En los dos ¨²ltimos a?os estuve ingresado cuatro veces en el hospital de Sant Pau, de Barcelona. La ¨²ltima vez que ingres¨¦, en primavera de 1984, los m¨¦dicos advirtieron a mi familia que me quedaban dos o tres meses de vida. Mi coraz¨®n era tres veces mayor de lo normal. Yo no pensaba que iba a morirme, o no lo quer¨ªa pensar. Pero estaba que no me ten¨ªa.
P. En abril del pasado a?o, el equipo de cirug¨ªa cardiaca del hospital de Sant Pau estaba preparado para realizar el trasplante de coraz¨®n. Tras diversas pruebas, vieron que usted cumpl¨ªa las caracter¨ªsticas para la intervenci¨®n y le expusieron claramente que, si no se operaba, morir¨ªa. ?Cu¨¢l fue su reacci¨®n en aquel momento?.
R. Aquellos d¨ªas me puse muy nervioso. Pero no me lo pens¨¦ mucho. Ten¨ªa miedoal dolor, pero me aseguraron que no sufrir¨ªa en absoluto. Y la verdad es que no he notado nada. Al despertar me impresion¨® encontrarme con tantos tubos y agujas en el cuerpo. Pero cada d¨ªa me encontraba mejor. A los 10 d¨ªas empec¨¦ a comer. Sobre todo pan con tomate y jam¨®n dulce, mucho jam¨®n dulce.
P. ?Por qu¨¦ manifest¨® su sorpresa al ver la reacci¨®n de los medios de comunicaci¨®n? ?No era consciente de que hab¨ªa entrado en la historia de la cirug¨ªa espa?ola?
R. Yo no pensaba en eso. Y no me gustaba ser todo el d¨ªa fotografiado. Luego me sorprendi¨® ver, tras decir en una entrevista televisiva que une gustar¨ªa, tener un v¨ªdeo, que el equipo de f¨²tbol de l'Hospitalet me regalaba uno. El v¨ªdeo me hizo pasar buenos ratos en el hospital gracias a que las enfermeras me cambiaban pel¨ªculas. Recuerdo que pude ver la grabaci¨®n del Espa?a-Suiza. Y sigue siendo una de mis distracciones favoritas. Adem¨¢s, me he hecho socio de un club del barrio y lo he visto casi todo. ¨²ltimamente me llev¨¦ Acorralado que me ha gustado mucho. Prefiero las pel¨ªculas de acci¨®n. Tambi¨¦n tengo una cinta de v¨ªdeo con la entrevista que me hizo Mercedes Mil¨¢ para el programa Buenas Noches. Aquel d¨ªa pas¨¦ m¨¢s nervios que cuando me operaron. Suerte que ellame ayud¨® mucho.
P. ?Ha coleccionado los recortes de prensa sobre su persona?
R. No, guardo s¨®lo algunas revistas. Pero en el hospital, cuando me dieron el alta, me regalaron una colecci¨®n de art¨ªculos de prensa, que tengo en un arinario.
P. ?C¨®mo se encuentra ahora, nueve nieses despu¨¦s del trasplante?
R. La verdad es que estoy bien, aunque me canso si camino demasiado. Antes de operarme era un inv¨¢lidoy ahora he vuelto a hacer una vida normal: voy a ver los partidos al campo de l'Hospitalet, juego a la petanca, hablo con los amigos. Lo que no me atrevo es a ir a las discotecas porque bailar cansa mucho. Tampoco he vuelto a jugar f¨²tbol, aunque unas patadas al bal¨®n me atrever¨ªa a dar. Hago poco m¨¢s o menos lo que hace todo el mundo. Lo ¨²nico pesado son las revisiones peri¨®dicas.
P. ?Le han autorizado a comer todo tipo de alimentos?
R. Como casi de todo, pero mantengo el r¨¦gimen de alimentaci¨®n sin sal, que llevabaantes del trasplante, sobre todo como una medida de prudencia. Los jamones que hay colgando en el bar no me tientan. Alcohol puedo tomar un poco, pero tampoco bebo nada que no sea agua. Ni tampoco fumo. A pesar de todo, he engordado casi 20 kilos. Ahora peso 58, pero me ten¨ªa que haber visto hace un a?o. Se me marcaban las costillas, estaba hecho un enclenque.
"Estoy federado en un club de petanca"
P. En el barrio se dice de usted que es un magn¨ªfico jugador de petanca y que incluso est¨¢ federado. ?Estoy en lo cierto?
R. Casi cada ma?ana bajo las bolas a unas pistas que est¨¢n muy cerca de casa y organizamos campeonatos con la gente del barrio. Estoy federado en el Club Petanca La Florida y jugamos cada domingo. Este domingo tenemos partido en Vallcarca. No se me da mal. Si no voy m¨¢s a menudo a practicar es porque, cuando el sol me da mucho rato en la cabeza, me mareo.
P. ?Y aparte de la petanca y el v¨ªdeo, en que m¨¢s ocupa su tiempo?
R. Bueno, me gusta pasear y suelo venir al bar Los Ma?os, donde me conocen desde hace muchos a?os. Sobre todo desde que dej¨¦ mi trabajo en el taller de plater¨ªa. En el bar hablamos de f¨²tbol, tomamos alguna cosa y hacemos partidas de domin¨®. Las cartas no me gustan, s¨®lo alguna vez juego a las rondas.
P. ?Toma alguna medicaci¨®n especial?
R. La ciclosporina, que la traen de Suiza. La paga la Seguridad Social, pero yo tengo que adelantar el dinero, que son m¨¢s de 30.000 pesetas al mes y que me dejan muy poco dinero, porque cobro cuarenta y tantas mil pesetas al mes por la invalidez provisional.
P. ?Ha pedido ya la invalidez definitiva?
R. S¨ª, pero cuando hace un a?o fui a pedirla me pas¨® una cosa curiosa. Una mujer que me atendi¨®, supongo que ser¨ªa una doctora, mir¨® los electrocardiogramas y me dijo que lo m¨ªo no era tan grave como para darme la definitiva. Volv¨ª cuando me dieron el alta en el hospital, despu¨¦s del trasplante, y cogi¨® mi expediente. Otra vez volvi¨® a decirme que no me pusiera pesado, que mi coraz¨®n estaba bastante bien. Le dije que tan bien no estar¨ªa porque me lo acababan de trasplantar. Ya no insisti¨®, me asegur¨® que me tramitar¨ªa los papeles. Y en eso estoy.
P. ?En alg¨²n momento ha tenido la sensaci¨®n de tener un coraz¨®n que es de otro?.
R. No. Desde el primer momento me he encontrado muy a gusto con mi nuevo coraz¨®n. Y espero seguir estando bien y que los periodistas dejen de perseguirme. No me gusta ser noticia de los peri¨®dicos.
El donante
La operaci¨®n de trasplante de coraz¨®n se llev¨® a cabo el 8 de mayo de 1984. Aunque no suele saberse nunca qui¨¦n es el donante, la expectativa creada en torno a la noticia hizo que una publicaci¨®n manresana diera su identidad. Se trataba de Carles Manez Vilanova, de 21 a?os, que pasaba los fines de semana en Cardona (Barcelona) y que tres d¨ªas antes, despu¨¦s de la final de la Copa del Rey, fue a una discoteca de Solsona con unos amigos, con la mala fortuna de que el coche en el que viajaban patin¨® en el asfalto -aquel d¨ªa hab¨ªa lloviznado- dio dos vueltas de campana y se estrell¨® contra una valla. A ninguno de sus tres compa?eros le pas¨® nada, pero ¨¦l recibi¨® un impacto en el cr¨¢neo. Durante el d¨ªa siguiente estuvo en observaci¨®n, con un fuerte dolor de cabeza, y posteriormente entr¨® en coma irreversible en la madrugada.
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