Planes secretos de EE UU para instalar armas nucleares en Espa?a
Espa?a es uno de los ocho territorios en los que Estados Unidos quiere instalar armamento nuclear en caso de exigirlo una situaci¨®n de emergencia, seg¨²n planes elaborados desde hace 10 a?os por la Administraci¨®n norteamericana. Canad¨¢, Islandia, Puerto Rico, Portugal (Azores), Filipinas, Bermudas y la isla brit¨¢nica de Diego Garc¨ªa, en el oc¨¦ano Indico, son los otros pa¨ªses incluidos en el informe.
Estados Unidos tiene planes, desde 1975, que autorizan el despliegue de armas nucleares en Espa?a, de los que no hab¨ªa informado al Gobierno de Madrid, cuyo presidente, Felipe Gonz¨¢lez, se ha comprometido a no albergar armamento at¨®mico en el territorio nacional. El informe, hecho p¨²blico en Washington y no desmentido por la Administraci¨®n Reagan, asegura que el Pent¨¢gono tiene autorizaci¨®n del presidente para colocar cabezas nucleares en las citadas naciones y territorios. La cadena de televisi¨®n ABC , inform¨® anoche de que los Gobiernos afectados por este plan, que el Departamento de Estado se neg¨® ayer a desmentir o confirmar, ya han sido avisados por el Gobierno norteamericano.El The New York Times inform¨® ayer en su primera p¨¢gina de los planes norteamericanos para desplegar estas armas nucleares, pero no cit¨®, entre los territorios incluidos en el proyecto, a Espa?a, a Portugal, a Filipinas y a Diego Garc¨ªa. El peri¨®dico dijo que funcionarios gubernamentales hab¨ªan confirmado la existencia de estos planes. El documento, elaborado por William M. Arkin, director del proyecto de investigaci¨®n sobre armas nucleares del Instituto para Estudios Pol¨ªticos de la capital federal, s¨ª cita a Espa?a entre los pa¨ªses que recibir¨ªan en caso de necesidad armas at¨®micas. El peri¨®dico neoyorquino confirm¨® que los Gobiernos afectados no hab¨ªan sido advertidos por Washington y s¨®lo fueron informados despu¨¦s de que se produjeran las primeras filtraciones a la Prensa canadiense.
En la mayor¨ªa de los casos, la autorizaci¨®n del Ejecutivo al Pent¨¢gono se refiere al despliegue de cargas de profundidad con cabeza at¨®mica para destruir submarinos o bloquear las rutas que ¨¦stos utilicen.
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Las armas nucleares que Washington quiere desplegar son de poder algo menor al de la bomba de Hiroshima
Viene de la primera p¨¢ginaSeg¨²n el citado informe, fechado en 1975, Espa?a recibir¨ªa 32 cargas de profundidad del tipo B-57 que armar¨ªan a los aviones de 1cha antisubmarina P-3 Orion, que est¨¢n basados en la base de Rota, en la boca del estrecho de Gibraltar.
Estas cargas at¨®micas tienen una longitud de cinco metros, un peso aproximado de 250 kilos y un poder explosivo de 10 kilotones (10.000 toneladas de TNT), un poco menos que la bomba at¨®mica que arras¨® la ciudad japonesa de Hiroshima. Todos los pa¨ªses y territorios citados anteriormente recibir¨ªan tambi¨¦n 32 de estas cargas, excepto (afirma el informe) Islandia, que recibir¨ªa 48 y Filipinas, que adem¨¢s de este arma recibir¨ªa otro tipo de bombas nucleares.
El arsenal norteamericano cuenta actualmente con 900 cargas de profundidad del tipo B-57, de las cuales 560 est¨¢n desplegadas en bases en suelo estadounidense y 290 en cuatro bases en Inglaterra, Italia y Guam. Las B-57 pueden ser tambi¨¦n lanzadas desde aviones S-3 Viking y helic¨®pteros SH-3.
Funcionarios de la Administraci¨®n dijeron a The New York Times que se trataba de contingency plans (planes contingentes), y que el presidente no ha delegado autoridad previa al Pent¨¢gono para desplegar estas armas. En cualquier caso, a?adieron, su instalaci¨®n requerir¨ªa la, aprobaci¨®n de los Gobiernos implicados. La pol¨ªtica oficial norteamericana y de la OTAN es no confirmar ni desmentir la autenticidad de cualquier documento clasificado revelado por la Prensa, seg¨²n afirm¨® Alan Romberg, portavoz del Departamento de Estado.
La conformidad
Romberg hizo este comentario el pasado mes, cuando Arkin filtr¨® el documento a las autoridades canadienses y precis¨® que armas nucleares no ser¨ªan desplegadas ni en Canad¨¢ ni en otros lugares "sin conformidad con los planes de la OTAN y con el acuerdo previo de los Gobiernos implicados". Un d¨ªa despu¨¦s, el 11 de enero, el jefe del Estado Mayor de la Defensa canadiense, Gerard C. E. Theriault, dijo que sus ayudantes hab¨ªan confirmado los citados planes en conversaciones con oficiales norteamericanos. Hasta entonces, dijo, yo no sab¨ªa nada. El entonces ministro de defensa canadiense, Robert Coates, desminti¨® sin embargo posteriormente en el Parlamento de Ottawa la existencia de estos planes.
Explicaciones
Los Gobiernos de Bermudas, una colonia de la Corona brit¨¢nica cuya defensa est¨¢ asegurada por el Reino Unido, y de Islandia pidieron explicaciones a Washington cuando se filtr¨® la noticia en la Prensa canadiense. El 7 de diciembre pasado el primer ministro island¨¦s, Geir Hallgrimsson, afirm¨® que si un presidente americano ha dado permiso para estos despliegues se trata de "una clara ruptura del tratado de defensa entre los dos pa¨ªses". Canad¨¢, Islandia y Espa?a son miembros de la OTAN y siguen una pol¨ªtica de no permitir armas nucleares en sus territorios.
El informe del Instituto de Estudios Pol¨ªticos asegura que el Nuclear Weapons Deploymente Plan es un documento secreto que aprueba cada a?o el presidente para autorizar el despliegue de armas nucleares fuera de Estados Unidos. El plan especifica qu¨¦ armas at¨®micas pueden ser instaladas y en qu¨¦ pa¨ªses, en tiempos de paz, crisis o guerra. El plan, junto con el memor¨¢ndum de almacenamiento de armas nucleares, es uno de los dos documentos clave que el presidente aprueba para autorizar cada a?o la composici¨®n, el despliegue, la producci¨®n o la eventual retirada de cabezas nucleares del arsenal at¨®mico. Este plan es preparado por la Junta de Jefes de Estado Mayor, se pasa luego al secretario de Defensa, se coordina con el Departamento de Estado y es finalmente aprobado por el presidente. La autorizaci¨®n del jefe del Estado se hace mediante la firma del consejero nacional de Seguridad.
El Gobierno portugu¨¦s no tiene la intenci¨®n de autorizar la instalaci¨®n de armas nucleares en el territorio nacional, seg¨²n declar¨® el entonces ministro de Defensa, Carlos Mota Pinto, respondiendo a la pregunta de un periodista sobre las informaciones difundidas en el sentido de que en las bases portuguesas de Lajes, en las Azores y de Beja, cerca de la frontera espa?ola, podr¨ªan servir para almacenar componentes de armas nucleares destinadas a otros pa¨ªses.
Islandia
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores de Islandia, Geir HalIgrimmmson, manifest¨® en diciembre, al conocer los planes norteamericanos, que de ser ciertos supondr¨ªan una clara violaci¨®n de los acuerdos entre ambos pa¨ªses. Islandia no se opone a un almacenamiento de armas nucleares, en casos de emergencia y en el marco del acuerdo bilateral, pero exige ser consultada antes, seg¨²n sus autoridades.
En Puerto Rico, a pesar de que el acuerdo de 1967 de Tlatelolco, firmado tambi¨¦n por EE UU, proh¨ªbe la instalaci¨®n de armas nucleares en Latinoam¨¦rica, fuentes norteamericanas aseguran que existen instalaciones para almacenarlas en la base naval puertorrique?a de Roosevelt Roads. EE UU insiste en que s¨®lo se produce un tr¨¢nsito -sobrevuelo del territorio y aterrizaje de aviones que van de paso- de estas armas.
Acuerdo EE UU-Filipinas
Por su parte, Filipinas y Estados Unidos firmaron en junio de 1983 un nuevo acuerdo que revisaba las condiciones de utilizaci¨®n por parte de las fuerzas armadas norteamericanas de las bases de Subic Bay y Clark, cercanas a Manila. El Departamento de Estado norteamericano considera que ello permitir¨¢ hacer frente al incremento de la presencia militar sovi¨¦tica en el Pac¨ªfico, que Washington considera inquietante. El nuevo acuerdo preve¨ªa la concesi¨®n de una ayuda de EE UU de 900 millones de d¨®lares (cerca de 126.000 millones de pesetas) entre 1984 y 1989. Esta cifra supon¨ªa un aumento del 80% con relaci¨®n al acuerdo anterior.
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