Cuenca alta del Manzanares, un parque insuficiente
El autor resume la tortuosa trayectoria de los planes de protecci¨®n del monte de El Pardo y su entorno, al norte de la ciudad de Madrid, y critica la creaci¨®n de un parque regional que excluye del ¨¢mbito de protecci¨®n ambiental la reserva paisaj¨ªstica y ecol¨®gica del monte citado, perteneciente al Patrimonio Nacional.
En octubre de 1980, el grupo de trabajo creado por el Ayuntamiento de Madrid para elaborar una proposici¨®n de ley de protecci¨®n del monte de El Pardo y su entorno, dirigido por el catedr¨¢tico Fernando Gonz¨¢lez Bern¨¢ldez, culminaba su trabajo. Como expresi¨®n de la voluntad del equipo de gobierno municipal, formado por el PSOE y el PCE, se hizo p¨²blica una propuesta pol¨ªticamente necesaria, t¨¦cnicamente correcta, y viable, cuyos ejes b¨¢sicos ser¨ªan:a) El car¨¢cter estructurante del territorio del corredor verde que une la Sierra de Guadarrama con el municipio de Madrid hac¨ªa imprescindible un tratamiento integral de todos sus componentes.
b) Era, por tanto, necesario garantizar la centralidad del monte de El Pardo en el ¨¢rea a proteger por sus caracter¨ªsticas especiales (cercan¨ªa al n¨²cleo urbano, valores naturales ¨²nicos en la submeseta norte, peculiaridad de su fauna y flora, etc¨¦tera).
c) Junto al monte de El Pardo hab¨ªa que proteger, mediante un sistema integrado, el entorno constituido por el territorio que abarca el Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares (La Pedriza, sierra de Hoyos, Vi?uelas, etc¨¦tera), reci¨¦n aprobado.
Esta propuesta fue remitida a las Cortes Generales, apoyada por los grupos socialista, comunista y mixto, en noviembre de 1981. No fue tramitada. En la primavera de 1984, el portavoz comunista la someti¨® a la consideraci¨®n del Congreso de los Diputados. Fue rechazada y en el rechazo particip¨® de modo claro el Grupo Socialista, a trav¨¦s de Juan Barranco, argumentando que la Asamblea de Madrid iba a debatir un proyecto mucho m¨¢s amplio, t¨¦cnicamente m¨¢s acabado y con un planteamiento ajustado a la realidad de la Comunidad de Madrid.
En su ya largo camino de renuncias y concesiones, el PSOE, a trav¨¦s de la Consejer¨ªa de Ordenaci¨®n del Territorio, presenta al Parlamento regional en junio de 1984 la ley que anunciara Barranco ante el Congreso de los Diputados. Ya no se trataba del proyecto de ley del Monte de El Pardo y
su entorno, y tampoco del proyecto de ley del Parque Natural Monte de El Pardo-Cuerda Larga, sobre el que se hab¨ªa trabajado m¨¢s de dos a?os, sino del proyecto de ley de creaci¨®n del Parque Regional de la Cuenca Alta del Manzanares. Es decir, del proyecto inicial pasamos al semiproyecto. Nos quedamos con el entorno.
La posici¨®n comunista
?Cu¨¢l ha sido la actitud del Grupo Comunista en la Asamblea? Tras el rechazo de una proposici¨®n de ley presentada la pasada primavera, nos pusimos a trabajar en el proyecto remitido por el Consejo de Gobierno. Tras un per¨ªodo de consultas con la Federaci¨®n de Amigos de la Tierra, que culminaron en la celebraci¨®n de unas jornadas conjuntas el pasado oto?o, presentamos una enmienda a la totalidad con texto, alternativo y 23 enmiendas parciales. El planteamiento comunista ha sido en muy claro: incorporar el monte de El Pardo, que es parte inseparable del territorio que va a ser sometido a tratamiento.
En esa direcci¨®n ha ido nuestra propuesta alternativa. Entend¨ªa el PCE que al ser el monte de El Pardo un bien del Patrimonio Nacional y carecer de competencias la Comunidad en esa materia, la regulaci¨®n jur¨ªdica del espacio a proteger deber¨ªa canalizarse mediante ley de Cortes Generales, ejerciendo la Asamblea de Madrid la iniciativa legislativa, elaborando un proyecto y remiti¨¦ndolo al Gobierno de la naci¨®n. Asimismo, entend¨ªa que la figura m¨¢s adecuada ser¨ªa la de parque nacional, por ser
la de mayor rango en cuanto a garant¨ªas de protecci¨®n, seg¨²n la Ley de Espacios Naturales vigente, y porque la existencia de bienes del Estado as¨ª lo exig¨ªa.
Plante¨¢bamos tambi¨¦n que gran parte del territorio del monte de El Pardo (con la excepci¨®n del patrimonio hist¨®rico-art¨ªstico y del ¨¢rea de protecci¨®n de la residencia del jefe del Estado) se desvinculara de la dependencia del consejo de administraci¨®n del Patrimonio Nacional, a fin de garantizar una gesti¨®n integrada de todo el corredor verde desde el patronato que al efecto, y mediante la ley, se crear¨ªa (y cuyo presidente de honor ser¨ªa el Rey).
En el patronato habr¨ªa de estar representada de modo suficiente la Comunidad de Madrid, y la ley tendr¨ªa vigencia hasta que fuera adaptada la ley de Espacios Naturales de 1975 a la realidad auton¨®mica del Estado definida en la Constituci¨®n (necesidad, por otro lado, apremiante), tras lo cual la Comunidad habr¨ªa de tener plena competencia no s¨®lo sobre el entorno, sino sobre la mayor parte del monte de El Pardo, con las excepciones arriba se?aladas. Hasta aqu¨ª la propuesta comunista.
La ley aprobada
Como es obvio, la alternativa ha sido rechazada. Y ha salido adelante, con algunas modificaciones, el proyecto del Consejo de Gobierno. A nuestro juicio, y a pesar de que se ha ampliado el ¨¢mbito territorial con una larga franja al oeste del monte de El Pardo -dando al PCE parcialmente la raz¨®n-, la ley es insuficiente. Reconociendo el avance que supone con respecto a la situaci¨®n anterior, tan cara al Grupo Popular, la marginaci¨®n del monte de El Pardo supone un gran obst¨¢culo para el futuro.
En primer lugar, porque no existen v¨ªas claras que garanticen que el futuro plan rector de uso y gesti¨®n pueda influir de modo determinante sobre la situaci¨®n interna del monte, y hemos de quedar a la espera de los posibles convenios con el consejo de administraci¨®n del Patrimonio.
La argumentaci¨®n utilizada por el PSOE, en el sentido de que su interior est¨¢ suficientemente protegido y que el problema esencial es proteger el entorno, porque de ah¨ª viene el peligro del deterioro, es una verdad a medias.
Ya en 1980 (hace cuatro a?os y medio), en el documento rese?ado al principio del presente art¨ªculo se destacaban algunas acciones negativas sobre el monte, que es de suponer se han mantenido (al menos, no hay informaci¨®n en contrario): la existencia en sus proximidades de complejos deportivos como el Parque Sindical, el Club de Campo, Somontes o el hip¨®dromo, y la apertura sin restricciones de 900 hect¨¢reas en su margen est¨¢n teniendo un efecto de degradaci¨®n permanente por el tr¨¢nsito indiscriminado de personas y veh¨ªculos; en el sureste del embalse existen zonas alteradas por la extracci¨®n de ¨¢ridos para la construcci¨®n de la presa, y el control sobre el desarrollo de la fauna y las distintas especies vegetales es m¨¢s que discutible. Junto a ello, los madrile?os desconocen las medidas de protecci¨®n que sobre su ¨¢mbito se vienen aplicando y los usos cient¨ªficos y docentes que se desarrollan en su interior (usos que, seg¨²n la Ley 23/82 del Patrimonio Nacional, deb¨ªa potenciar su consejo de administraci¨®n). Es decir, para el PCE era imprescindible (y lo sigue siendo) su incorporaci¨®n al parque regional aprobado por la Asamblea de Madrid.
Pero, en todo caso, la ley ya es norma. Y junto a esta grave insuficiencia, no podemos obviar que se ha dado un paso adelante. Un paso, por otro lado, imprescindible para evitar el deterioro a que se estaba viendo sometido el pasillo verde Madrid-sierra de Guadarrama. Con ¨¦l se frenan operaciones especulativas sobre el territorio que hubieran supuesto una hipoteca futura pr¨¢cticamente insalvable (ya exist¨ªan 156,7 hect¨¢reas invadidas por urbanizaciones ilegales) y se frenan usos y actuaciones cuyo efecto ser¨ªa irreversible para el ecosistema.
Asimismo, quedan garantizados los usos agr¨ªcolas y ganaderos que son tradicionales en la zona y que son la base de la econom¨ªa de sus municipios. La asunci¨®n de algunas enmiendas del Grupo Comunista por parte del PSOE ha introducido algunas mejoras (protecci¨®n de embalses y recursos acu¨ªferos, de la fauna y de la flora acu¨¢tica) y el rechazo de todas aquellas que pretend¨ªa introducir el Grupo Popular en cuanto a recortes en el ¨¢mbito territorial nos permite hablar con esperanza de una situaci¨®n que es mejor que ayer pero que ha de mejorar ma?ana.
EL PCE exigir¨¢ la constituci¨®n a corto plazo del patronato del parque regional, la elaboraci¨®n del plan rector de uso y gesti¨®n y la puesta en pr¨¢ctica de las medidas necesarias para acordar con el consejo de administraci¨®n del Patrimonio Nacional v¨ªas de tratamiento de los desequilibrios en el ecosistema del monte de El Pardo y medidas de regulaci¨®n de los usos educativos y culturales de su interior. Trabajaremos para que el Parque de la Cuenca Alta del Manzanares pase del texto a la realidad cotidiana y para que su ampliaci¨®n sea un hecho.
es periodista, diputado por el PCE en la Asamblea de Madrid.
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