La electr¨®nica espa?ola, bajo el control pol¨ªtico de Ias multinacionales
La pol¨¦mica surgida en las ¨²ltimas semanas en torno a la posibilidad de que la inversi¨®n a realizar por la multinacional americana AT&T -en torno a 35.000 millones de pesetas- quedase en suspenso si Espa?a no firmaba su integraci¨®n al COCOM, no es sino la punta de un iceberg de mayores dimensiones. Hoy por hoy parece claro que Espa?a se integrar¨¢ en el sistema de relaciones multilaterales de control que impone el organismo de vigilancia, entre otras cosas porque no parece que existan otras alternativas.Se podr¨ªa aspirar a firmar acuerdos bilaterales, pero hasta su vertebraci¨®n jur¨ªdica resulta m¨¢s complicada, y al final para obtener los mismos resultados, ya que la mayor parte de las patentes tecnol¨®gicas son de origen norteamericano, pa¨ªs con el que abr¨ªa que firmar. Pero es que, por otra parte, el panorama tecnol¨®gico espa?ol no puede permitirse el lujo de prescindir de la tutela tecnol¨®gica americana, aunque en una buena parte de los casos seamos receptores de tecnolog¨ªa de "segunda mano".
Pese a que se va avanzando en este terreno, los datos son elocuentes. El conjunto de lo que gastaron las empresas espa?olas en investigaci¨®n y desarrollo -t¨¦cnicamente conocido por las siglas I+D- durante el pasado a?o se elev¨® a unos 42.000 millones de pesetas, de los que aproximadamente la mitad, en torno a los 20.000 millones, correspondi¨® al conjunto del sector p¨²blico (INI, Telef¨®nica, Renfe, etc¨¦tera). Si a esta cifra se a?aden las presupuestadas para otros organismos oficiales como universidades o el Centro Superior de Investigaciones Cient¨ªficas, entre otros, resulta que todo el pa¨ªs gasta en I+D unos 115.000 millones de pesetas, cifra a todas luces rid¨ªcula en comparaci¨®n con la potencia industrial a que se aspira.
La miseria de la investigaci¨®n
Con todo, esta cifra supone una mejora comparativa con situaciones anteriores. Tradicionalmente -y aqu¨ª la estad¨ªstica espa?ola hace un flaco favor-, se ven¨ªa dando como buena la cifra del 0,3%, sobre el producto interior bruto, lo que se destinaba a invest¨ªgaci¨®n tecnol¨®gica. La cifra ahora ser¨ªa del orden del 0,5%. En los pa¨ªses de nuestro entorno, con excepciones, los porcentajes oscilan entre el 1% y el 2,5%.
Sin embargo, esta parquedad de recursos destinados al desarrollo tecnol¨®gico no parece ser lo m¨¢s grave. El problema para los expertos radica en la dificultad o escasa capacidad de las empresas espa?olas en asimilar la tecnolog¨ªa que han pagado. Esto se demuestra, por ejemplo, en el hecho de que las empresas que m¨¢s pagan por tecnolog¨ªa no son luego las que m¨¢s venden. De todas formas, la balanza comercial en este terreno viene a demostrar dos cosas. Una negativa que se traduce en la enorme diferencia entre lo que se paga y los ingresos que se obtienen; y, la otra, de car¨¢cter positivo, que supone haber frenado la tendencia en ese d¨¦ficit comercial.
Seg¨²n las ¨²ltimas previsiones de que se dispone, las empresas espa?olas pagar¨¢n este a?o por tecnolog¨ªa unos 90.000 millones de pesetas e ingresar¨¢n unos 20.000 millones, lo que de hecho viene a representar el mantenimiento del mismo cociente del a?o anterior. No obstante, para los expertos, detr¨¢s de estas cifras sigue existiendo un problema grave y sintom¨¢tico. Aproximadamente el 80% de los pagos que realizan las empresas espa?olas lo es en concepto de asistencia t¨¦cnica y no por compra de patentes. Esto, traducido en otras palabras, implica un tipo de relaci¨®n tecnol¨®gica de nuestro pa¨ªs con los cedentes casi tercermundista.
Ingresar en el COCOM
En estas condiciones, no parece que queden m¨¢s alternativas que la de firmar nuestro ingreso en el COCOM. Y no b¨¢sicamente por lo que de negativo tenga el no hacerlo de cara a las reexportaciones a pa¨ªses del Este, sino por el castigo que los norteamericanos pueden infligir a nuestra industria, cortando suministros tecnol¨®gicos. A nivel global, los l¨ªmites en los que se mueve la tecnolog¨ªa de doble uso son indefinidos.
En una base puramente te¨®rica se podr¨ªan establecer tres niveles tecnol¨®gicos sensibles. El primero afectar¨ªa a los productos y complementos y en ¨¦l cabr¨ªan desde un radar hasta un ordenador, pasando por los equipos de telecomunicaciones. En definitiva, este primer segmento afectar¨ªa b¨¢sicamente a aquellos productos que la sociedad reclama, tanto desde el punto de vista de su propia seguridad como desde las necesidades derivadas del propio desarrollo industrial.
El segundo nivel podr¨ªa centrarse en los componentes, como semiconductores, microprocesadores y circuitos integrados. Vulgarizando, se tratar¨ªa de los corazones de todos los adelantos que est¨¢n invadiendo y modificando nuestros usos sociales. Calculadoras, ordenadores personales, relojes, determinadas partes de los autom¨®viles, etc¨¦tera, entrar¨ªan en este nivel. Una ligera modificaci¨®n en un circuito integrado puede ubicarse en la espoleta de un misil. La propia Ford aplica en estos momentos retazos de su tecnolog¨ªa aeroespacial a la fabricaci¨®n de sus coches.
El tercer nivel comprende los procesos de fabricaci¨®n. Ser¨ªa el caso de la implantaci¨®n en Espa?a de la multinacional americana AT&T y representa b¨¢sicamente el desarrollo en nuestro pa¨ªs de productos que llevan aparejada alta tecnolog¨ªa. Desde esta perspectiva, la dependencia tecnol¨®gica espa?ola es total, salvo en el caso de los productos.
Un buen futuro
En el pa¨ªs de los ciegos tambi¨¦n hay tuertos notables. Empresas como Aurki, Intersofware, Ceselsa, Piher Electr¨®nica, Tagra, ICuatro, Electromedicina, alguna del grupo de Telef¨®nica, incluida la casa matriz, entre otras, est¨¢n exportando tecnolog¨ªa en estos momentos. Posiblemente, la parte m¨¢s desarrollada en esta ¨¢rea de la tecnolog¨ªa espa?ola sea la del campo de la ingenier¨ªa y el dise?o, que son, por otra parte, los m¨¢s rentables. Conviene se?alar que en otras actividades industriales, como por ejemplo la construcci¨®n, la tecnolog¨ªa espa?ola se encuentra muy desarrollada y en algunos aspectos se ha llegado a ser l¨ªderes mundiales.
Dentro del sector de la electr¨®nica y la inform¨¢tica y en lo que afecta a productos es donde se puede empezar a esbozar una sonrisa de optimismo. De acuerdo con los ¨²ltimos datos conocidos -que comprenden el per¨ªodo eneroseptiembre de 1984-, las importaciones hab¨ªan crecido respecto al a?o anterior en un 48,2%, mientras que las exportaciones lo hab¨ªan hecho en un 223,7%. En cifras absolutas, las importaciones en ese per¨ªodo fueron de 219.173 millones de pesetas y las exportaciones de 113.650 millones.
Un an¨¢lisis pormenorizado de estas cifras permite adivinar los primeros resultados de la pol¨ªtica que actualmente se est¨¢ siguiendo en este sector. As¨ª, por ejemplo, mientras la electr¨®nica de consumo, como los televisores, incrementaba sus exportaciones en un 101%, ve¨ªa c¨®mo ca¨ªan las importaciones en un 12,3%. Otro caso significativo ser¨ªa el del subsector de inform¨¢tica, donde las exportaciones de IBM han permitido un crecimiento total de las ventas al exterior del 732,9%, frente a un aumento de las importaciones del 151,1%. Es previsible que en el momento en que empiece a producir la nueva f¨¢brica de Nixdorf -la firma del proyecto con el Ministerio de Industria se llev¨® a cabo la pasada semana-, la tasa de cobertura sea a¨²n mayor que el actual 70,8%. Las mayores dotaciones al organismo p¨²blico CEDETI, la ultimaci¨®n de la Ley de Ciencia y los esfuerzos que se est¨¢n haciendo desde Industria para captar inversores multinacionales -en la actualidad hay en marcha m¨¢s de doce proyectos- son algunos de los apoyos oficiales que se est¨¢n dando para reducir la dependencia tecnol¨®gica espa?ola. Una dependencia que fuerza al tutelaje extranjero para cualquier planteamiento de reindustrializaci¨®n del pa¨ªs que se haga actualmente.
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