La desaparici¨®n de Jos¨¦ Maldonado

El cerco de silencio sobre la figura de Jos¨¦ Maldonado Gonz¨¢lez, ¨²ltimo presidente de la Il Rep¨²blica Espa?ola en el exilio, se rompi¨® ¨²nicamente para informarnos precisamente de su desaparici¨®n. Ese silencio ha sido la t¨®nica general de todos los medios de comunicaci¨®n social (y este diario es una excepci¨®n) en torno a un hombre que merec¨ªa un tratamiento diferente por parte de los espa?oles que hoy vivimos una experiencia democr¨¢tica, puesto que Maldonado era en s¨ª mismo una lecci¨®n de democracia. No se debe olvidar que ¨¦l, diputado republicano por Asturias en el momento de producirse la sublevaci¨®n militar de 1936, llev¨® con otros la antorcha democr¨¢tica recogida de la Rep¨²blica al destierro, conservando la herencia popular democr¨¢tica y republicana en el extranjero, y que en cuanto tuvimos las primeras elecciones democr¨¢ticas y comenz¨® la andadura de la transici¨®n este hombre decidi¨® disolver el Gobierno republicano en el exilio, por entender que los espa?oles ya hab¨ªan decidido libremente lo que quer¨ªan y que no conven¨ªa plantear problemas de legitimidad. Y esto lo hizo de la manera m¨¢s honrosa y ¨¦tica: sin ning¨²n tipo de condiciones y reconociendo a la Monarqu¨ªa como la nueva forma de Estado para Espa?a.Su regreso posterior fue discreto y an¨®nimo. ?Es que el ¨²ltimo presidente de la II Rep¨²blica espa?ola era una amenaza? Luego, ning¨²n gobernante le recibi¨® en la Moncloa o lugar similar, quiz¨¢ por temor a que eso no fuese "procedente".-