La cuesti¨®n
Tiene raz¨®n el gran escritor ruso Alexandre Zinoviev en el ¨²ltimo n¨²mero de la revista Traverses, dedicado a las pol¨ªticas fin de siglo: es muy f¨¢cil prever las consecuencias catastr¨®ficas de la tercera guerra mundial -ese esfuerzo de imaginaci¨®n lo hace cualquiera, incluso ya empieza a ser inequ¨ªvoco s¨ªntoma de imaginaci¨®n fatigada-, pero son muy pocos los que se representan las consecuencias sociales que implicar¨ªa el gran caos nuclear, es decir, el sistema pol¨ªtico que triunfar¨ªa sobre el planeta el d¨ªa despu¨¦s.En ese futurible jam¨¢s mencionado reside precisamente el meollo de la cuesti¨®n. La hip¨®tesis de Zinoviev es impecable: la tercera guerra mundial, sea cual sea el resultado b¨¦lico, tendr¨¢ como consecuencia inevitable el fin del capitalismo como forma de organizaci¨®n social de los supervivientes, sean ¨¦stos muchos o pocos, quemados o enteros, de la OTAN o del Pacto de Varsovia. "Despu¨¦s de la cat¨¢strofe", concluye el disidente y disolvente ruso, "los hombres s¨®lo podr¨¢n hacer frente al caos a condici¨®n de crear una organizaci¨®n comunista". No se trata de hacer una apolog¨ªa del marxismo ni mucho menos de la experiencia sovi¨¦tica -que alguien mencione el nombre de Zinoviev delante de los viejecitos del Kremlin-, sino de entender algo elemental: la maquinaria comunista surge en situaciones l¨ªmite, poscatastr¨®ficas, para organizar la supervivencia de los hombres en medio de la devastaci¨®n, no por razones te¨®ricas, filos¨®ficas o ideol¨®gicas. Hay que admitir que el panorama del d¨ªa despu¨¦s no parece el m¨¢s apto para el renacimiento del tinglado capitalista, ni siquiera en caso de apabullante victoria de los misiles del libre mercado. En el invierno nuclear ¨²nicamente es posible un sistema pol¨ªtico siberiano, con Stalin al fondo.
La corrosiva hip¨®tesis de Zinoviev provoca una lluvia de paradojas. Que si la ¨²nica organizaci¨®n social posible despu¨¦s de la tercera gran guerra es el comunismo real, y yo estoy convencido de ello, ya me dir¨¢n qu¨¦ rayos pretenden Reagan y sus compinches de la OTAN. Y ya me dir¨¢n tambi¨¦n los dirigentes sovi¨¦ticos para qu¨¦ tanto asesinar a Stalin cuando es el ¨²nico ruso que resucitar¨¢ de entre los muertos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.