Lo bonito
Se dice que un alto representante del Gobierno espa?ol le coment¨® a un alto cargo del Gobierno nicarag¨¹ense que la revoluci¨®n sandinista no era bonita. Diantre. Uno estaba preparado para cr¨ªticas m¨¢s radicales, pero hab¨ªa dejado abierta la puerta trasera del esp¨ªritu, confiado en que la banalidad no tiene sentido ante una peripecia tan dram¨¢tica como la que est¨¢ viviendo Centroam¨¦rica.Las revoluciones tienen su est¨¦tica. Por ejemplo, la revoluci¨®n que ha hecho posible la existencia de un mundo dividido en empresarios y obreros, la Revoluci¨®n Francesa, re¨²ne la belleza de las masas asaltando la Bastilla y del cuello de Mar¨ªa Antonieta seccionado implacablemente, con esa implacabilidad que tienen las guillotinas. Gracias a la guillotina francesa, hombres como Garrigues Walker, Segurado, Cuevas, Roca, Verstrynge, etc¨¦tera, tienen hoy hasta ideolog¨ªa.
?Fue bonita o fea la Revoluci¨®n Francesa? Pues seg¨²n. Para Mar¨ªa Antonieta, la revoluci¨®n no fue ni fea ni bonita, fue una faena. ?Qui¨¦n se atreve a calificar como feas o bonitas las revoluciones mexicana, sovi¨¦tica, castrista, indochina ... ? Las revoluciones no son may¨®licas para poner encima del piano, y hay que medirlas por su necesidad, por su objetivo emancipador y por la crueldad que generan durante ese esfuerzo emancipador. La revoluci¨®n sandinista era necesaria, era emancipadora y ha sido una de las revoluciones menos crueles que en el mundo han sido, a pesar de que hac¨ªa frente -y hace frente- a desmedidas crueldades legitimadas por la defensa de unos supuestos valores de Occidente.
Indudablemente, desde el punto de vista de lo bonito o lo feo, no puede compararse a la -revoluci¨®n de los claveles portuguesa. Pero es que Caetano no era Somoza, aunque Salazar casi lo hab¨ªa sido, y la guerrilla mercenaria que combate al sandinismo no dispara hortensias y confetis. Por todo ello, me sigue resultando enigm¨¢tico que un alto representante del Gobierno espa?ol le comentara a un alto cargo del Gobierno sandinista que su revoluci¨®n no era bonita. Demasiado posmodernismo para el cuerpo.
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