El sector de fertilizantes: un acuerdo eficaz
El sector de fertilizantes pasa por una crisis cuyos efectos comenzaron a notarse con la elevaci¨®n de los precios del petr¨®leo, cuya incidencia en los costes de fabricaci¨®n de los abonos es muy notable y que ha venido manteni¨¦ndose hasta la actualidad. No hay duda de que, por otra parte, adolece de muchos de los males que aquejan a la industria espa?ola, como sobrecapacidad de la oferta (que en algunos de los productos alcanza cifras muy importantes), retraso tecnol¨®gico (que origina costes de producci¨®n que nos sit¨²an fuera de los mercados internacionales) y descapitalizaci¨®n creciente (que, a la vez que impide mantener las unidades productivas tecnol¨®gicamente al d¨ªa, carga las cuentas de resultados con unos costos financieros muy elevados).A la crisis estructural del sector hay que a?adir coyunturalmente la sequ¨ªa que nuestro pa¨ªs ha padecido los cuatro primeros a?os de esta d¨¦cada y que ha agravado m¨¢s si cabe los problemas que ya ten¨ªa. De hecho, las p¨¦rdidas de un sector como el que nos ocupa, cuyo nivel de ventas se sit¨²a algo por encima de los 100.000 millones de pesetas al a?o, han venido aumentando desde 1980 y han alcanzado en 1983 la cifra de 11.000 millones de pesetas.
Todas estas circunstancias y el hecho de tratarse de un sector b¨¢sico para la agricultura, as¨ª como de ser susceptible de lograr notables ahorros con inversiones relativamente modestas, son las razones que han impulsado a la Administraci¨®n, centrales sindicales y empresas a preparar un plan de acci¨®n que sit¨²e al sector en el horizonte de los a?os noventa en condiciones de suministrar a nuestra agricultura los fertilizantes necesarios en las mejores condiciones e incluso competir en los mercados internacionales.
El plan de reconversi¨®n
No es, probablemente el lugar ni el momento de explicar con detalle las actuaciones ni todas las consecuencias que el plan tiene, pero s¨ª quisiera destacar cuatro aspectos importantes con ¨¦l relacionados.
Uno de los fines que pretende el plan es la racionalizaci¨®n en el consumo de materias primas. La posici¨®n espa?ola en este aspecto es variada. Nos encontramos en ¨®ptima situaci¨®n en potasa y en ¨¢cido sulf¨²rico a partir de nuestra pirita. Tenemos relativamente cerca la roca fosf¨®rica que, junto con el ¨¢cido sulf¨²rico, nos hace competitivos en los fertilizantes fosfatados. Sin embargo, en nuestro pa¨ªs se sigue produciendo) amoniaco a partir de productos tan nobles como la nafta, y en muchos casos en plantas totalmente obsoletas.
Precisamente y bajo el punto de vista industrial es en la producci¨®n de amoniaco donde el plan prev¨¦ acciones m¨¢s intensas, tanto de reajustes en la capacidad de producci¨®n como de modernizaci¨®n y cambio a gas natural de las plantas que por el momento van a componer nuestro sistema de producci¨®n. Todas estas acciones deben llevar a lograr unos ahorros de m¨¢s de 6.000 millones de pesetas al a?o que hoy gravitan ¨ªntegramente sobre los Presupuestos Generales del Estado, al tratarse el amoniaco de un producto que est¨¢ subvencionado.
Otro aspecto que merece la pena destacar es que se trata de un plan de reconversi¨®n, pero tambi¨¦n de reindustrializaci¨®n. El plan contempla inversiones que hasta el a?o 1988 casi alcanzan los 32.000 millones de pesetas pr¨¢cticamente, a raz¨®n de 8.000 millones por a?o, destacando la correspondiente a la planta de abonos nitrogenados de Sagunto. Se trata, pues., de un notable giro en la pol¨ªtica inversora del sector, incentivada por el propio plan, y cuya consecuencia m¨¢s notable es que, junto con el resto de medidas, debe reducir en un 10%-12% nuestro nivel de costes, situ¨¢ndonos en cotas similares a las de los pa¨ªses comunitarios, y en algunos productos, en clara ventaja.
El plan incentiva tambi¨¦n la investigaci¨®n y desarrollo tanto de los procesos de producci¨®n como de nuevos productos, tales como abonos l¨ªquidos, solubles, org¨¢nicos, foliares, etc¨¦tera. Se trata de activar en este sector acciones que ya se enmarcan dentro de la pol¨ªtica del propio Ministerio de Industria y Energ¨ªa, pero que son especialmente aplicables al sector de fertilizantes, tanto porque existe infraestructura industrial que lo permite como por la variedad de nuestros cultivos y condiciones climatol¨®gicas que lo demandan. Con este fin, durante el plan se invierten casi 2.000 millones de pesetas.
En conjunto, el ritmo de inversiones previsto supone multiplicar por tres las que el sector efectu¨® en el a?o 1983.
Por ¨²ltimo, otro de los aspectos que el plan quiere mejorar y adecuar a las reales necesidades del campo espa?ol son todos los aspectos comerciales del producto, y que incluye mejoras en el tratamiento de la distribuci¨®n, racionalizando y abaratando el transporte, calidad y presentaci¨®n de los productos e incluso potenciaci¨®n de las mezclas que se adapten a las condiciones concretas de suelos, climas y tipos de cultivos. Tambi¨¦n prev¨¦ el plan el establecimiento de precios diferentes para los fertilizantes seg¨²n la ¨¦poca del a?o, que faciliten su compra y almacenamiento por parte de los consumidores y racionalicen la producci¨®n de las plantas.
Un acuerdo posible
Las negociaciones entre Administraci¨®n, patronal y centrales sindicales comenzaron normalmente a principios del pasado mes de diciembre, habi¨¦ndose alcanzado el acuerdo el pasado d¨ªa 21 de enero. Tal vez y a la vista de las fechas indicadas pueda sorprender su corta duraci¨®n en relaci¨®n a otras negociaciones de este tipo, as¨ª como tambi¨¦n el hecho de haber alcanzado un acuerdo que incluye a todas las partes negociadoras.
En primer lugar, tal vez convenga aclarar que si bien la negociaciones formales con los sindicatos y la patronal efectivamente comenzaron en diciembre, tambi¨¦n es cierto que han existido contactos con todos ellos desde la primavera pasada, momento en el que se inicia un estudio concienzudo del sector, propiciado desde la Administraci¨®n, analizando cuidadosamente la oferta, planta por planta, demanda futura y situaci¨®n de la industria en los pa¨ªses m¨¢s avanzados.
Desde ese momento se inician los contactos y se intercambia informaci¨®n entre todos los negociadores, raz¨®n por la que el grado de conocimiento del sector y de sus problemas reales era parecido, lo que no hay duda facilita la posibilidad de acuerdo.
Otro aspecto destacable es que para el reajuste laboral (en una primera estimaci¨®n, unas 1.500 personas), y dadas las caracter¨ªsticas de la pir¨¢mide de edades, no se deber¨¢ acudir te¨®ricamente a medidas traum¨¢ticas, solucion¨¢ndose el problema de excedentes por la v¨ªa de jubilaciones anticipadas y movilidad geogr¨¢fica limitada.
Por consiguiente, exist¨ªan las bases que hac¨ªan posible el acuerdo, pero ha sido necesario negociarlo intensamente, y los trabajadores del sector pueden estar satisfechos de la labor efectuada por sus representantes, que en todo momento han velado por sus intereses; trabajadores y accionistas pueden estar seguros de que sus negociadores han trabajado por sus empresas con seriedad y eficacia, y los que hemos representado a la Administraci¨®n tenemos la seguridad de haber defendido hasta sus ¨²ltimas consecuencias lo que es el patrimonio de LOGOS.
No hay duda de que las posturas al inicio eran diferentes y en alg¨²n caso frontalmente opuestas, pero la flexibilidad, el razonamiento y la discusi¨®n han hecho que el acuerdo haya sido posible. Ahora, entre todos, tenemos que hacer que sea eficaz.
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