La Iiberaci¨®n de un pr¨®fugo nicarag¨¹ense desbloquea las negociaciones entre Contadora y Centroam¨¦rica
El Grupo de Contadora reanudar¨¢ el 21 de marzo en Panam¨¢ las negociaciones de paz con los cinco Gobiernos centroamericanos, interrumpidas en febrero por el litigio diplom¨¢tico surgido entre Managua y San Jos¨¦ a ra¨ªz de la detenci¨®n de Jos¨¦ Manuel Urbina, un pr¨®fugo que se asil¨® en la Embajada costarricense durante cuatro meses. El Gobierno sandinista ha anunciado que pondr¨¢ en lihertad a Urbina hoy, en un esfuerzo por desbloquear el di¨¢logo regional. Desaparece as¨ª el argumento empleado por Costa Rica, Honduras y El Salvador para boicotear la ¨²ltima reuni¨®n.
La nueva convocatoria no se ha dado a conocer a¨²n oficialmente, pero en medios diplom¨¢ticos de Panam¨¢ y M¨¦xico se da como segura la fecha del 21 de marzo, siempre que los nicarag¨¹enses cumplan su promesa.Urbina, que hab¨ªa sido condenado a cinco a?os de prisi¨®n, fue entregado ayer al embajador de Colombia en Managua y posteriormente trasladado a ese pa¨ªs, donde podr¨¢ elegir la naci¨®n en la que desea residir en el futuro.
El presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ha declarado que despu¨¦s de este gesto, que se suma a la retirada voluntaria de 100 asesores militares cubanos y a la renuncia a adquirir nuevos sistemas de armamento, no se pueden pedir a Nicaragua nuevas concesiones para impulsar la paz y para normalizar sus relaciones con EE UU.
"Hemos hecho un esfuerzo extraordinario, y no se nos puede pedir m¨¢s", dijo Ortega al llegar al aeropuerto de Managua despu¨¦s de asistir a la investidura del presidente uruguayo, Julio Mar¨ªa Sanguinetti. Agreg¨® que "as¨ª lo han reconocido gobernantes y l¨ªderes pol¨ªticos de Am¨¦rica Latina y Europa reunidos en Montevideo". A su juicio, no hay obst¨¢culos pendientes para que se reanuden las negociaciones de Contadora y Manzanillo. Explic¨® que el secretario di Estado norteamericano, George Shultz, le hab¨ªa informado que las conversaciones bilaterales entre los dos pa¨ªses no estaban rotas, sino suspendidas temporalmente, y que dej¨® abierta la posibilidad de su pr¨®xima reanudaci¨®n.
Las primeras declaraciones p¨²blicas del propio Shultz no parecen mostrar, sin embargo, ning¨²n cambio sustancial en la pol¨ªtica norteamericana respecto a los sandinistas. El secretario de Estado dijo que su ¨²ltimo encuentro con Ortega no hab¨ªa aportado grandes novedades y reiter¨® que el Gobierno sandinista sigue siendo el principal problema de Am¨¦rica Central.
Shultz enumer¨® por en¨¦sima vez las exigencias de EE UU: "Deseamos que dejen de apoyar a la insurgencia de enros pa¨ªses, principalmente de El Salvador; que reduzcan su armamento a un nivel consecuente con las necesidades de Centroam¨¦rica, y que renuncien a la gran cantidad de asesores cubanos y sovi¨¦ticos existentes en Nicaragua
La Administraci¨®n Reagan no concede ning¨²n valor a los gestos de Managua en materia de asesores y armamentos. Desde su punto de vista, es irrelevante la salida de 100 instructores militares cuarido todav¨ªa permanecen varios miles en el pa¨ªs, cifra que ha desmentido Ortega reduci¨¦ndola a "algunos cientos".
Una seria amenaza
Washington considera, por otra parte, que Nicaragua constituye una seria amenaza para sus vecinos incluso con su actual de armamento, a pesar de que analistas independientes han demostrado su incapacidad para llevar a cabo una guerra de agresi¨®n por falta de aviones, barcos y veh¨ªculos de transporte terrestre.Nada de esto impedir¨¢ al presidente Reagan redoblar sus esfuerzos para que el Congreso norteamericano le autorice a destinar 14 millones de d¨®lares (unos 2.600 millones de pesetas) a las guerrillas antisandinistas. El presidente Ortega entiende que si el Gobierno norteamericano logra incluir esta partida en su presupuesto, habr¨¢ optado definitivamente por una soluci¨®n militar en Centroam¨¦rica.
En medio de esta confrontaci¨®n, Ortega tiene que hacer frente a los duros de su Gobierno, convencidos de que por la v¨ªa de las concesiones no se consigue otra cosa que endurecer la pol¨ªtica de Washington, cuyos halcones consideran que la pol¨ªtica del garrote es la ¨²nica capaz de ablandar a los sandinistas. La supuesta ayuda a las guerrillas salvadore?as, el armamentismo nicarag¨¹ense y la presencia de asesores militares no son, a su Juicio, sino otras tantas cortinas de humo para enmascarar el objetivo final: domesticar a los sandinistas o derrocarlos.
Los dirigentes de la oposici¨®n armada nicarag¨¹ense, divididos en m¨²ltiples fracciones, realizan entre tanto esfuerzos para conseguir al menos una unidad de mando, que sin duda contribuir¨ªa a convencer a los congresistas de sus posibilidades reales para combatir al Gobierno de Managua. En una declaraci¨®n conjunta firmada en San Jos¨¦ con la ¨²nica excepci¨®n de Ed¨¦n Pastora -cuyos seguidores anunciaron ayer en Costa Rica la formaci¨®n de un "bloque opositor pol¨ªtico, ideol¨®gico y militar"-, dieron un ultim¨¢tum a los sandinistas para que inicien una negociaci¨®n formal con los alzados en armas antes del 16 de marzo.
El vicecanciller nicarag¨¹ense, V¨ªctor Hugo Tinoco, ha reiterado en Nueva York la negativa de su Gobierno a dialogar con los antisandinistas, a los que considera coipo un ej¨¦rcito mercenario al servicio de EE UU. Por ello, Managua prefiere discutir el tema de la guerra directamente con EE UU en Manzanillo.
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