Izquierda Unida aspira a convertirse en la principal fuerza de oposici¨®n peruana
Alfonso Barrantes, peque?o, mestizo, culto y provinciano, se ha convertido en el elemento aglutinante de la izquierda revolucionaria peruana, tradicionalmente dividida en multitud de grup¨²sculos, que, bajo la direcci¨®n del alcalde de Lima, aspiran a llegar a la presidencia en las elecciones del pr¨®ximo 14 de abril. Las encuestas sit¨²an a Barrantes e Izquierda Unida (IU) en segunda o tercera posici¨®n, pero no es completamente descartable su victoria, y, en todo caso, es probable que se convierta en el principal grupo de oposici¨®n.
La sopa de siglas trotskistas, mao¨ªstas, centristas, prosovi¨¦ticas, proalbanesas, que en las elecciones legislativas de 1980 quedaron relegadas a fuerzas minoritarias con menos del 5% de los votos todas ellas, se convirti¨® en la tercera fuerza del pa¨ªs y la primera de Lima en las elecciones municipales de 1983, en las que Barrantes fue elegido alcalde de la capital peruana como n¨²mero uno de la candidatura de IU. Esos comicios fueron el triunfo de una manera personal de ejecutar la pol¨ªtica de izquierda, el triunfo de un hombre de firme convicci¨®n marxista, pero que promete alimentos y no la revoluci¨®n obrero-campesina.Siempre impecablemente vestido de traje y corbata, Alfonso Barrantes no exalta en sus m¨ªtines a las multitudes, las ense?a, las conduce, las recrimina con tono acad¨¦mico y aburrido, a las maneras de un profesor de escuela. Hu¨¦rfano, soltero, abogado de formaci¨®n cristiana, aunque hoy no es practicante, el l¨ªder de la izquierda revolucionaria peruana est¨¢ pol¨ªticamente educado en las filas de la Alianza para la Revoluci¨®n Americana (APRA), de las que fue expulsado en 1960 para pasarse al Partido Comunista peruano, que abandonar¨ªa pocos a?os m¨¢s tarde, cuando ¨¦ste se dividi¨® entre mao¨ªstas y prosovi¨¦ticos.
La trayectoria y el pensamiento de Alfonso Barrantes son un reflejo vivo de la pugna que se fibra en el seno de la izquierda peruana desde hace 60 a?os entre un socialismo ideologizado e internacionalmente homologable y una suerte de izquierda nacionalista que ha oscilado entre posiciones radicales y conservadoras. Es decir, la pugna entre Jos¨¦ Carlos Mari¨¢tegui, fundador del partido comunista, y V¨ªctor Ra¨²l Haya (te la Torre, creador y jefe del APRA durante m¨¢s de medio siglo.
La figura de Jos¨¦ Carlos Mari¨¢tegui sigue siendo reivindicada hoy por toda la izquierda revolucionaria peruana, desde los marxistas m¨¢s tibios hasta el grupo terrorista Sendero Luminoso, que adopt¨® precisamente ese nombre de una frase del dirigente pol¨ªtico muerto en 1930.
Apristas y mariategiistas han rivalizado durante a?os por imponer su concepci¨®n de la izquierda, pero mientras los primeros se han mantenido como un partido s¨®lido y organizado, los segundos se han dividido en decenas de min¨²sculos grupos radicalizados.
El per¨ªodo militar revolucionario iniciado por el general Velasco Alvarado en 1968, criticado por los grupos marxistas por su expl¨ªcito rechazo del socialismo como sistema pol¨ªtico) para el pa¨ªs, confundi¨® a¨²n m¨¢s las dif¨ªciles fronteras de la izquierda peruana.
Desde su posici¨®n independiente, Alfonso Barrantes hizo un primer intento de unir a todas las fuerzas situadas a la izquierda del APRA ante las elecciones de 1980, pero el esfuerzo fracas¨® por la negativa de Barrantes a aceptar como dirigente de la coalici¨®n al l¨ªder del Partido Revolucionario de los Trabajadores, Hugo Blanco, un trotskista con cierto carisma entre la poblaci¨®n.
Por fin, en 1983, Barrantes consigui¨® formar Izquierda Unida, dejando fuera a Blanco, pero contando con la participaci¨®n de dos partidos comunistas (uno prosovi¨¦tico y otro prochino), el Movimiento de Izquierda Revolucionaria (que desarroll¨® algunos episodios de guerrilla rural procastristas en 1965), el Partido Socialista Revolucionario (el ¨²nico no marxista-leninista de la coalici¨®n) y algunos otros grupos con planteamientos muy radicales, pero de reducid¨ªsima influencia social.
Mensaje moderado
Con la formaci¨®n de Izquierda Unida, Barrantes ha conseguido dar a la izquierda revolucionaria por primera vez cierta coherencia, un mensaje moderado aceptable para los electores y una precaria unidad basada sobre todo en las buenas perspectivas actuales. Desde la indispensable fidelidad a Mari¨¢tegui, Alfonso Barrantes ha iniciado incluso un acercamiento al APRA, a cuya base van dirigidos muchos de los discursos del candidato presidencial de IU.Durante esta campa?a electoral, IU se ha presentado, a pesar de los grupos que la integran, como tina opci¨®n serena de cambio, con un programa de gobierno progresista pero aplicable.
Barrantes ha prescindido en gran medida de la simbolog¨ªa marxista y ha insistido en que la coalici¨®n no es comunista. De ella forman parte, no obstante, algunas personas cuya actitud de comprensi¨®n hacia la actividad terrorista preocupa dentro de IU.
Est¨¢, por otra parte, sin resolver la duda sobre el grado de control que Barrantes tiene sobre la coalici¨®n, cuya supervivencia ser¨ªa dudosa en el caso de una derrota en las pr¨®ximas elecciones.
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