Las competencias de la polic¨ªa vasca aun no est¨¢n definidas
Los Gobiernos central y vasco a¨²n no han llegado a un acuerdo sobre la delimitaci¨®n exacta de las competencias que corresponden a la polic¨ªa aut¨®noma, creada hace cinco a?os. Concretamente, todav¨ªa no se ha se?alado con claridad si la Ertzantza puede actuar por s¨ª misma en la lucha antiterrorista o s¨®lo puede intervenir en este terreno bajo la dependencia de las Fuerzas de Seguridad del Estado. ?sta ha sido una de las cuestiones que, en relaci¨®n con el funcionamiento de la Ertzantza, ha originado tensos conflictos entre ambas administraciones.
La puesta en marcha de la polic¨ªa vasca -cuya financiaci¨®n se efect¨²a con cargo a los Presupuestos Generales del Estado, tras un laborioso pacto suscrito por el Gobierno de UCD y el Ejecutivo aut¨®nomo- ha supuesto, una larga serie de tensiones entre la Moncloa y Ajuria Enea, con las consiguientes suspicacias y desconfianzas mutuas.Los ex ministros del Interior Rodolfo Mart¨ªn Villa y Juan Jos¨¦ Ros¨®n, as¨ª como el actual titular del departamento, Jos¨¦ Barrionuevo, han mantenido sucesivamente numerosos contactos negociadores con el consejero del Interior vasco, Luis Mar¨ªa Retolaza, desde 1980.
Los representantes de ambos Gobiernos en la Junta de Seguridad (¨®rgano paritario creado para analizar cualquier posible conflicto de competencias en el ¨¢rea del orden p¨²blico), no ?tan tenido capacidad de decisi¨®n, y los problemas se han resuelto directamente en conversaciones rriantenidas entre los responsables de las carteras de Interior.
Algunos de estos conflictos, sin embargo, no han quedado todav¨ªa zanjados, fundamentalmente porque subsiste la discusi¨®n por las competencias en materia de terrorismo.
El art¨ªculo 17 del Estatuto de Autonom¨ªa Vasco reconoce a la Ertzantza plenas competencias en materia de orden p¨²blico, con la excepci¨®n de servicios extra y supracomunitarios, tales como la "vigilancia de puertos, aeropuertos, costas y fronteras, aduanas, control de entrada y salida en territorio nacional de espa?oles y extranjeros, r¨¦gimen general de extranjer¨ªa, extradici¨®n y expulsi¨®n, emigraci¨®n e inmigraci¨®n, pasaportes, armas y explosivos, resguardo fiscal del Estado, contrabando y fraude fiscal al Estado".
Lucha antiterrorista
La definici¨®n del contenido de estos servicios es la discusi¨®n que todav¨ªa hoy se mantiene abierta.
El Estatuto de Guernica no hace referencia alguna a la lucha antiterrorista, y este extremo es el que ha originado las pol¨¦micas m¨¢s fuertes entre el Ministerio del Interior y la Consejer¨ªa de Interior del Ejecutivo con sede en Vitoria.
Una de esas pol¨¦micas se entabl¨® en febrero de 1982 entre el director de la academia de la policia aut¨®noma, situada en Arcaute (?lava), Juan Porres, y el presidente de la representaci¨®n del Estado en la Junta de Seguridad, Fernando Jim¨¦mez.
Este ¨²ltimo hizo unas declaraciones en las que negaba a la Ertzantza competencias en materia antiterrorista y, a la vez, cuestionaba la facultad del Gobierno vasco para crear unidades especiales de la polic¨ªa aut¨®noma.
En junio de 1981, se origin¨® un nuevo problema, probablemente el m¨¢s grave registrado entre ambas partes con respecto a la polic¨ªa aut¨®noma, cuando la Administraci¨®n central intervino en el proceso de selecci¨®n de mandos militares que deseaban incorporarse a la Ertzaritza.
El 22 de junio se public¨® en el Bolet¨ªn Oficial del Estado un decreto de Presidencia del Gobierno por el que se convocaban cuatro plazas para jefes y oficiales de la polic¨ªa aut¨®noma vasca.
Un total de 11 jefes y oficiales de las Fuerzas Armadas, entre ellos el entonces comandante Carlos D¨ªaz Arcocha, enviaron las solicitudes al Cuartel General del Ej¨¦rcito, y de aqu¨ª se remitieron al Ministerio de Defensa, al frente del cual se encontraba Alberto Oliart (UCD).
Lista "manipulada"
Por causas a¨²n no aclaradas, D¨ªaz Arcocha y otros dos militares fueron eliminados de la relaci¨®n de solicitantes que fue enviada al entonces lendakari, Carlos Garaikoetxea, para que ¨¦ste eligiera a los que considerara m¨¢s adecuados.
Garaikoetxea denunci¨® p¨²blicamente que la lista de los militares candidatos hab¨ªa sido manipulada porque, seg¨²n precis¨®, faltaban los expedientes de al menos dos comandantes y un capit¨¢n de Infanter¨ªa.
El ministro del Interior, Juan Jos¨¦ Ros¨®n, reconoci¨® la falta de algunas candidaturas y se refiri¨® vagamente a "necesidades del servicio" para explicar la irregularidad. Una vez solucionado el problema, dos de los oficiales cuyos expedientes hab¨ªan sido reclamados por Garaikoetxea, entre ellos el de D¨ªaz Arcocha, figuraron entre los que el lendakari seleccion¨® para mandar la Ertzantza.
Precisamente D¨ªaz Arcocha fue nombrado superintendente de la polic¨ªa vasca, el m¨¢ximo mando operativo.
El clima de desconfianza se prolong¨® con otros conflictos, como los suscitados a ra¨ªz de la compra de motocicletas alemanas para los polic¨ªas de tr¨¢fico de la comunidad aut¨®noma (veh¨ªculos de importaci¨®n y m¨¢s potentes que los empleados por las fuerzas de la polic¨ªa estatal), los textos estudiados en la academia de Arcaute (por sus referencias a los conceptos de Espa?a y del Pa¨ªs Vasco), o las declaraciones favorables a ETA del comandante Ignacio Urrut¨ªkoetxea, uno de los mandos militares que se incorporaron a la Ertzantza, que fue fuiminantemente destituido tras publicarse sus palabras.
Posteriormente, a lo largo de 1983 se produjo un nuevo conflicto entre la Administraci¨®n central y el Gobierno Vasco, cuando ¨¦ste convoc¨® nuevas plazas de mandos para la polic¨ªa vasca. El Ejecutivo aut¨®nomo comunic¨® sus necesidades y la correspondiente orden ministerial de convocatoria de las plazas fue publicada en el Bolet¨ªn Oficial del Estado.
Relaciones personales
Seguidamente, la convocatoria deb¨ªa haber sido insertada en los diarios oficiales de los ej¨¦rcitos, ya que los militares acuden a esas publicaciones para conocer las vacantes profesionales a las que pueden aspirar.
Sin embargo, el plazo para cubrirlas expir¨® sin que las plazas hubieran sido publicadas en los diarios militares. Tras la co?siguiente protesta del Gobierno vasco, tuvo que hacerse una nueva convocatoria.
Pese a todo, las relaciones personales entre los sucesivos ministros del Interior y el consejero del Interior vasco, Luis Mar¨ªa Retolaza, han sido calificadas siempre por ambas partes como "muy cordiales".
De hecho, se trata de los departamentos que con m¨¢s fluidez mantienen contactos que, en ocasiones, han logrado ¨¦xitos pol¨ªticos tan importantes como el de la puesta en marcha de la reinserci¨®n social de etarras.
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