Carlos Cruz de Castro estrena su 'Concierto', con una m¨²sica "sin juegos laber¨ªnticos"
La Orquesta Nacional de Espa?a, bajo la direcci¨®n de V¨ªctor Pablo P¨¦rez, estrena en sus programas de esta semana el Concierto para orquesta, de Carlos Cruz de Castro, una pieza creada para "establecer una comunicaci¨®n, sin juegos laber¨ªnticos", seg¨²n el autor. A lo largo de una obra extensa y variada, y tambi¨¦n desde sus tareas como directivo de la Asociaci¨®n de Compositores Espa?oles (ACSE) y fundador del Festival Hispano-Mexicano de M¨²sica, el compositor madrile?o muestra perfiles propios, tanto, en los planteamientos ideol¨®gicos como en los procedimientos seguidos para mejor comunicarse con el p¨²blico.
Nacido en 1941, Cruz de Castro pertenece a la generaci¨®n de 1946, seg¨²n la ordenaci¨®n que establec¨ª hace a?os siguiendo los principios de Ortega-Mar¨ªas; una generaci¨®n en la que figuran, por citar algunos nombres suficientemente conocidos, Francisco Cano (1939); Jes¨²s Villa Rojo, Carlos Santos, Francisco Otero y Jos¨¦ Luis Berenguer (de 1940); Guinovart, Est¨¦vez, Eduardo Polonio, del mismo a?o que Cruz de Castro (1941); Tom¨¢s Marco (1942); Ibarrondo, Evangelista y Fern¨¢ndez Alvez (1943); Jos¨¦ Garc¨ªa Rom¨¢n (1945); Garc¨ªa Laborda (1946); Lloren? Barber (1948); Mart¨ªn Llad¨® y Briz (1950); Francisco Guerrero y Pablo Riv¨ªere, (1951) y Jos¨¦ Luis Turina (1952).Bueno ser¨¢ aclarar que Cruz de Castro, como Tom¨¢s Marco o Villa Rojo), funcionan en gran medida en constelaci¨®n con los creadores de la generaci¨®n anterior (la de Juan Hidalgo, Ram¨®n Barce, Jos¨¦ Cerc¨®s, Crist¨®bal Halffter, Luis de Pablo, Claudio Prieto, Gonzalo Olavide, Lewin Richter y Jos¨¦ Luis Del¨¢s), y ello precisamente por la amplitud de miras y el car¨¢cter poli¨¦drico del m¨²sico madrile?o, cuya primera obra -Disecci¨®n, para cuarteto- data de 1968.
En la formaci¨®n de Cruz de Castro ha jugado importante papel una, serie de elementos y circunstancias: un inconformismo radical, un aprendizaje severo en el conservatorio madrile?o con Francisco Cal¨¦s, el estudio y amistad estrecha con Gerardo Gombau, el contacto con los medios europeos, la vocaci¨®n hispanoamericanista que una y otra vez se realiza en importantes trabajos mexicanos, la consideraci¨®n de lo musical dentro de los fen¨®menos globales de la cultura y un inter¨¦s especial -incluso una aptitud- para las artes pl¨¢sticas y representativas: la pintura., el teatro o la danza.
Aprendizaje y vivencias
"De todo ello", dice Cruz de Castro, "quiero subrayar el aprendizaje y las vivencias que debo a un maestro extraordinario: Gerardo Gombau. ?l mismo fue capaz de llevar a cabo una evoluci¨®n casi violenta si la consideramos desde el exterior, al pasar de soluciones todav¨ªa nacionalistas a un lenguaje y unas estructuras plenamente contempor¨¢neas. De Gombau aprendirnos muchos de mi generaci¨®n y a trav¨¦s suyo entramos en contacto con las generaciones anteriores. Yo no s¨¦ qu¨¦ podr¨ªamos hacer para recuperar una figura desaparecida casi ayer mismo y, sin embargo, escasamente presente en los programas y las ediciones. Cuando menos deber¨ªa existir un estudio suficientemente extenso del hombre y su obra"."La influencia de Gombau ven¨ªa por el mejor camino: el de estimular nuestra propia personalidad sin presi¨®n estil¨ªstica alguna. Nos ayudaba a ver y comprender mejor a trav¨¦s de an¨¢lisis agud¨ªsimos".
La de Carlos Cruz de Castro rebasa crecidamente el medio centenar de partituras. Una de las ¨²ltimas, escrita por encargo de la Orquesta Nacional de Espa?a, es el Concierto para orquesta, que dirige V¨ªctor Pablo P¨¦rez. Es frecuente la forma o concepto del concierto en los compositores de las ¨²ltimas promociones, quiz¨¢ por la posibilidad de entender el t¨¦rmino desde muy diversos puntos de vista.
"Al no responder los conciertos para orquesta a una forma establecida, -dice el compositor- la manera como he organizado tal concepto ha sido la de separar, en general, las cuatro grandes familias de la orquesta (madera, metal, cuerda y percusi¨®n) para individualizarlas por grupos: flautas, oboes, fagotes, por ejemplo. Podr¨ªa decirse que es un concierto para las distintas secciones y grupos de la orquesta tratados en bloque, con excepci¨®n de las percusiones en algunos momentos de la obra. Como el t¨ªtulo surgi¨® antes que la obra, quiz¨¢ en el transcurso de mi trabajo se produjo una interinfluencia o tensi¨®n entre la intencionalidad compositiva y el t¨ªtulo, presente y actuante en todo moinento".
El concretismo
Desde hace tiempo Cruz de Castro desarrolla un procedimiento que denomina concretismo jerarquizante. Aunque, como ¨¦l mismo dice, se trata de conceptos, sistemas o hip¨®tesis de trabajo que importan sobre todo al compositor, ser¨¢ conveniente conocer, en s¨ªntesis dif¨ªcil, qu¨¦ es y en qu¨¦ consiste ese concretismo."El concretismo entendido como concepto opera por la descomposici¨®n del espectro sonoro, de la paleta de sonidos y procedimientos que el compositor tiene en la mano, para concretizar y caracterizar la obra por medio de un solo elemento o elementos provenientes de tal descomposici¨®n. En realidad es una jerarquizaci¨®n de los m¨¢s diversos elementos de que se nutre la m¨²sica, bien sean de naturaleza puramente sonora o relativos a modos de tratamiento del sonido, pues cualquier elemento extra¨ªdo de los cuatro par¨¢metros musicales es v¨¢lido como causa o idea generadora", afirma Carlos Cruz de Castro.
"En el Concierto no existe nada dejado a la aleatoriedad; el concepto del concretismo me ha llevado, poco a poco y a trav¨¦s de una serie de obras, a controlar al m¨¢ximo e inequ¨ªvocamente el material concretizado y evitar as¨ª la confusi¨®n que crear¨ªa la mera sugerencia si no se explicita con claridad lo concretizado sobre lo que puede ser de segundo orden".
"Quede claro que mi prop¨®sito ¨²ltimo no fue otro sino el de hacer m¨²sica capaz de establecer una comunicacion; nunca entregarme a juegos laber¨ªnticos", a?ade Cruz de Castro.
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