La ense?anza del espa?ol

S¨®lo buenas intenciones para pasar la frontera. Con este t¨ªtulo aparece un excelente art¨ªculo en EL PAIS del 5 de febrero, escrito por ?ngel Garc¨ªa. Mis padres nacieron en Espa?a, y nosotros, sus hijos, en Estados Unidos. Entre mis padres y la escuela p¨²blica aprendimos a hablar un poco el espa?ol, pero sin ninguna gram¨¢tica.Ahora estoy casado y tengo dos hijos, uno de 14 a?os y otro de 12. No deseo que a mis hijos les pase lo que a m¨ª. Quiero que aprendan a hablar bien el espa?ol. Con este prop¨®sito, me dirig¨ª a la Casa de Espa?a en Nueva York para matricularnos: mis hijos, en cursos para principiantes, y yo, en un curso intermedio. Cu¨¢l no ser¨ªa mi sorpresa cuando me comunicaron que no daban clases de espa?ol. En el programa que me presentaron hab¨ªa clases de teatro, guitarra, exposiciones de arte, proyecciones de pel¨ªculas, recitales de canto y baile, conferencias sobre cultura espa?ola, etc¨¦tera. Pero ?no clases de espa?ol! Y ahora me pregunto yo: ?qu¨¦ presupuesto se necesita para dar clases de espa?ol en la Casa de Espa?a en una ciudad donde el espa?ol se hace cada d¨ªa m¨¢s imperativo? ?Y c¨®mo comprender y apreciar lo arriba expuesto sin el menor conocimiento del idioma? ?Por favor, hagan por corregir este lamentable descuido! Para corregirlo no se necesita pensar en un presupuesto adicional, s¨®lo se necesita pensar en los miles de estadounidenses, yo entre ellos, que desean aprender la lengua de nuestros padres y tambi¨¦n el enorme deseo de saber m¨¢s de Espa?a y su cultura.- Antonio L¨®pez.