?ngel Gonz¨¢lez

?ngel Gonz¨¢lez, uno de los poetas m¨¢s representativos de la llamada, generaci¨®n del 50, se incorpora hoy a la universidad de Oviedo en calidad de profesor conferenciante. El autor de Palabra sobre palabra, que ense?a literatura espa?ola en la universidad norteamericana de Nuevo M¨¦xico desde hace 10 a?os, asegura emprender su nueva tarea docente "con aut¨¦ntica emoci¨®n y orgullo". Los pr¨®ximos tres meses ser¨¢n el ensayo general de su regreso definitivo a la capital asturiana, la ciudad en que naci¨® hace 60 a?os.

?ngel Gonz¨¢lez, preocupado desde siempre por el paso del tiempo -sin esperanza, con convencimiento-, pens¨® algunas veces en volver, porque "aqu¨ª se vive mejor: no s¨¦ c¨®mo, pero se vive mejor". Ten¨ªa, adem¨¢s, otras razones. Eran ya demasiados a?os, desde 1972, explicando literatura espa?ola a los hijos de aquellos norteamericanos del Sur.La que en principio fue "una experiencia muy interesante", la gran oportunidad para pedir la excedencia como t¨¦cnico de Obras P¨²blicas, iba camino de convertirse en una etapa demasiado larga. Un poco m¨¢s y casi iguala aquellos cinco trienios de funcionario, que recuerda ahora sin amargura, porque le permitieron vivir, escribir varios libros y perfeccionar el flamenco a la guitarra.

Sin embargo, para ?ngel Gonz¨¢lez cambiar de lugar constituye una necesidad vital: acaba de llegar a Oviedo y ya piensa en su piso vac¨ªo de Madrid, hoy una ciudad tan distinta de aquella que, en 1954 -¨¢spero mundo- le hizo sentirse "un hombre con un a?o para nada/ delante de su ast¨ªo para todo". Este de 1985, por el contrario, pasar¨¢ a su peque?a historia personal como algo m¨¢s que el a?o sab¨¢tico que le concede la universidad de Nuevo M¨¦xico, adonde regresar¨¢ para conseguir la jubilaci¨®n administrativa. Por fin, despu¨¦s de otros intentos fallidos, ha podido incorporarse temporalmente a la universidad de Oviedo, la misma en que estudi¨® y se licenci¨® en Derecho. A partir del pr¨®ximo martes explicar¨¢ comentario de textos en la facultad de Filolog¨ªa y hablar¨¢ de poes¨ªa espa?ola en un curso de invierno para extranjeros, en calidad de profesor conferenciante y sin ning¨²n privilegio: tendr¨¢ que dar nueve horas de clase a la semana.

Noct¨¢mbulo impenitente y apasionado de la m¨²sica -toca el viol¨ªn y el piano, entre otros instrumentos-, ?ngel Gonz¨¢lez ha venido a Oviedo con una de sus inseparables guitarras, fieles acompa?antes de sus noches de boleros y rancheras. Alarcos ya le ha dicho que le deja el despacho de la facultad sin condiciones, y Soledad, la ni?era que cuid¨® de ¨¦l cuando ten¨ªa cinco a?os -"mi vieja amiga", seg¨²n dice-, le ha ofrecido su casa y su amor maternal. Quiere encontrar, sin embargo, un apartamento en El Font¨¢n, la plaza que alberg¨® La Barraca de Federico Garc¨ªa Lorca. Tendr¨ªa m¨¢s independencia y estar¨ªa m¨¢s cerca de los pubs del Oviedo viejo, tantas veces escenario de sus recuerdos: octubre de 1934, Vicente Aleixandre y la generaci¨®n del 27.