Arniches, los Quintero y Ram¨®n
7 de junio de 1980En Velintonia. Hablamos de Bergam¨ªn, por quien Aleixandre no siente mucha simpat¨ªa desde que ley¨® un art¨ªculo suyo en S¨¢bado Gr¨¢fico, en el que atacaba injustamente a D¨¢maso Alonso, ataque que hizo luego extensivo a toda la generaci¨®n. Vicente le admira como ensayista, pero no le estima como poeta. De Bergam¨ªn pasamos a Arniches, que era su suegro. Me cuenta que gracias a Bergam¨ªn, cuya situaci¨®n en la zona republicana durante la guerra era muy s¨®lida, Arniches pudo obtener pasaporte para salir de Espa?a al comienzo de la guerra y marchar a Buenos Aires. "Recuerdo", me dice, "lo mal que me parecieron sus declaraciones a un peri¨®dico bonaerense, en las que atacaba a los gobernantes republicanos, a uno de los cuales, por cierto, Manuel Aza?a, deb¨ªa el haber podido salir del pa¨ªs". Le pregunto si conoci¨® a Arniches, y me dice que no, porque Arniches no, ten¨ªa ninguna relaci¨®n con los j¨®venes poetas, y no estimaba nada a la literatura joven de entonces: "Viv¨ªa algo aislado, en el mundo de sus sainetes madrile?os, que a m¨ª, sin embargo, y a Federico nos gustaban mucho. Recuerdo la impresi¨®n que nos causaron algunos de ellos, como tambi¨¦n los art¨ªculos de Ramon P¨¦rez de Ayala elogiando las obras de Arniches mientras pon¨ªa verde a Benavente. Arniches logr¨® una gran fama con sus sainetes y sus piezas dram¨¢ticas, y gan¨® una fortuna con ellas".
De Arniches pasamos -y va de teatro- a los hermanos Quintero. Le recuerdo el art¨ªculo de Cernuda elogiando sus comedias andaluzas. "Estoy de acuerdo", me dice, "con ese elogio de Cernuda, aunque hab¨ªa que recordar aquello de Unamuno: '?Contra qui¨¦n va ese elogio?'. Pero hay que reconocer que en este caso Cernuda ten¨ªa raz¨®n, pues algunas de esas comedias de los Quintero -El patio, por ejemplo- son deliciosas. Lo malo es cuando los Quintero se pon¨ªan a hacer comedias dram¨¢ticas, porque entonces desbarraban". Le recuerdo que Antonio Machado no ten¨ªa buena opini¨®n de las comedias de los Quintero. ?l mismo dice en alguna parte que una vez un amigo suyo le aconsej¨® que si quer¨ªa saber lo que era Andaluc¨ªa ten¨ªa que ir a ver las comedias de los Quintero. Atendiendo a la sugerencia de su amigo, don Antonio fue a ver una de ellas, y al salir le dijo a su amigo: "Pues si eso es Andaluc¨ªa, prefiero Soria". "Antonio Machado", comenta Vicente, "era un poeta hondo y grave, y la Andaluc¨ªa jovial y alegre de los Quintero no pod¨ªa gustarle. En cambio, seguro que aquellas co medias le gustaban a su hermano Manuel, m¨¢s identificado, quiz¨¢ por haber vivido m¨¢s a?os en Sevilla, con aquella Andaluc¨ªa zalamera y chispeante. A m¨ª personalmente, una comedia como El patio me parece m¨¢s fresca y verdadera que todo el teatro de los Machado, que me gusta bien poco, y no est¨¢ a la altura del gran poeta que es don Antonio. Por cierto, que veo ahora a los j¨®venes muy desde?osos con la poes¨ªa de Antonio Machado. Le encuentran provinciano y castellanista en exceso, olvidando al gran poeta simbolista de Soledades. Galer¨ªas, y de no pocos poemas de Campo de Castilla -y no me refiero a los castellanistas-, sin olvidar que tambi¨¦n es el autor de unos cuantos sonetos admirables, entre los m¨¢s hermosos de la poes¨ªa espa?ola. Antes, en los primeros 30 a?os de la posguerra, era Juan Ram¨®n el injustamente olvidado. Ahora Juan. Ram¨®n est¨¢ en alza, y me parece muy justo, pero sin que por ello debamos desde?ar a Machado". Hablamos de los ¨²ltimos premios literarios: "Es una l¨¢stima", comenta Vicente, "que el Premio Nacional de Poes¨ªa no haya sido para Antonio Colinas, pues su libro Astrolabio, que t¨² has comentado en ?nsula, era el mejor de los publicados en el a?o. Es absurdo que el jurado le pusiera pegas reglamentarias y Astrolabio no llegara a entrar en las votaciones". Le pregunto sobre Onetti, para quien ha sido el Premio Cervantes. "Lo he le¨ªdo poco", me dice, pero sin duda es un gran novelista. Lo que no me ha gustado es su respuesta a un periodista que le pregunt¨® qu¨¦ representaba para ¨¦l el Premio Cervantes. La respuesta de Onetti fue: 'Diez millones de pesetas'. Los 10 millones est¨¢n muy bien, pero el Premio Cervantes es algo m¨¢s que eso. Al menos para m¨ª el Nobel fue bastante m¨¢s que un premio econ¨®mico. Signific¨® que mi
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voz fue o¨ªda en muchas partes, aun las m¨¢s lejanas, del mundo. Logr¨¦ lo que siempre quise: que llegaran mis poemas a miles de corazones que antes los ignoraban".
Pasamos a un tema muy actual: el proyecto de divorcio que va a presentar el Gobierno. Piensa Vicente que la corriente antidivorcista del sector democristiano de UCD, influido por la Iglesia y el papa Wojtyla, cuya posici¨®n reaccionaria contra el divorcio y el aborto es lamentable, ha sido espoleada por los obispos espa?oles. "Hasta Taranc¨®n, que ha tenido siempre una posici¨®n progresista dentro de la Iglesia, ahora se ha contagiado de la actitud reaccionaria del Papa polaco".
Vuelve a decirme que est¨¢ muy contento con el libro colectivo de ensayos cr¨ªticos que hice sobre ¨¦l, y que ha publicado Taurus en la colecci¨®n El Escritor y la Cr¨ªtica. Le recuerdo la semblanza suya que hizo Ram¨®n G¨®mez de la Serna en su libro de retratos literarios, y que olvid¨¦ incluirla en mi libro. "Hiciste bien", me dice, "en no incluirla, pues la semblanza era muy floja. Ram¨®n conoc¨ªa muy poco de mi obra, quiz¨¢ s¨®lo la selecci¨®n que hizo Gerardo de mis poemas en su famosa antolog¨ªa. Y menos sab¨ªa de mi vida, por lo que tuvo que inventarse mi retrato de cabo a rabo, como se hab¨ªa, inventado tambi¨¦n el de Lautreamont, que va al frente de la traducci¨®n de sus Cantos de Maldoror, hecha por su hermano Julio, libro que influy¨® en m¨ª, por cierto. Sin embargo, cuando public¨® el retrato se lo agradec¨ª, pues estaba hecho con buena intenci¨®n, cosa que no se pod¨ªa decir siempre de los retratos literarios de Juan Ram¨®n. Yo he admirado siempre a Ram¨®n y le he cre¨ªdo un escritor de genio. Su obra, tan rica e imaginativa, influy¨® en nuestra generaci¨®n, como bien demostr¨® Cernuda en un ensayo en que le hace entera justicia. En Espa?a, a partir de la guerra, se ha sido injusto con Ram¨®n. En la posguerra se le ignor¨® totalmente. ?l, desde su exilio bonaerense, a?oraba a Espa?a y se hubiera venido a vivir de buena gana a Madrid, su pueblo, al que adoraba. Pero Luisita, su mujer, que era argentina, se neg¨® siempre a ello. El viaje que hizo Ram¨®n a Madrid en pleno franquismo fue preparado y manipulado por el Ministerio de Informaci¨®n, con visita al Pardo incluida y sumisa reverencia a Franco, con lo cual el descr¨¦dito en el que cay¨® el pobre Ram¨®n a los oJos de casi toda la intelectualidad antifranquista acab¨® con ¨¦l. Se ignor¨®, salvo excepciones, su obra extraordinaria y se intent¨® sepultarla bajo paletadas de tierra., Menos mal que ahora parece renacer de sus cenizas y comienza a interesar a los j¨®venes, al descubrir su batalla por la vanguardia y su simpat¨ªa por el surrealismo. Ven en ¨¦l a un precursor de la literatura de imaginaci¨®n, lo que es enteramente justo"'. Le pregunto si recuerda el retrato que hizo Ram¨®n de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez. "S¨ª", me dice, "de ¨¦l qued¨® la famosa frase 'es un gran poeta cursi', que Juan Ram¨®n no le perdon¨® nunca".
6 de diciembre
En Velintonia. Hablamos de Aza?a con motivo del ciclo de conferencias en que han intervenido Marichal, Ayala y ?ngel Latorre, y me dice que siempre admir¨® a Aza?a como escritor y le respet¨® como pol¨ªtico: "Siento no haber podido ver representada La velada de Benicarl¨®. Estoy deseando recuperar m¨¢s vista para ir a verla. Tengo ganas tambi¨¦n de leer las Memorias, quiz¨¢ su obra maestra por lo que me dicen. Veo a Aza?a como un gran desenga?ado. Y ese desenga?o doloroso de la Espa?a que so?¨® es lo que le llev¨® a esa meditaci¨®n amarga que reflejan sus ¨²ltimas obras, sobre todo La velada. Por eso me alegra el justo y necesario rescate que hoy se intenta de ese gran escritor, ignorado durante tantos a?os por los j¨®venes. Creo firmemente que Aza?a acabar¨¢ convirti¨¦ndose en un cl¨¢sico de nuestras letras, tan l¨²cido, dentro de esa corriente del desenga?o espa?ol, como un Jovellanos o un Larra".
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