Propuestas de pacificaci¨®n

Lo que resulta notable en la ¨²ltima ronda de conversaciones de pacificaci¨®n en Oriente Pr¨®ximo es la ausencia de dramatismo, la calidad del procedimiento, el sentido de la prudencia que, al menos privadamente, muestran en la comprensi¨®n de las dif¨ªciles condiciones que se imponen unos a otros. Es ¨¦ste un proceso estimulante en una zona en la que se producen con frecuencia gestos dram¨¢ticos y excesos alternativos de ilusi¨®n y desesperaci¨®n.Es verdad que entre los ¨¢rabes existe cierta tendencia a hablar ahora o nunca, que refleja tanto la impaciencia real como el prop¨®sito de quebrar las vacilaciones de la Administraci¨®n Reagan. ( ... ) Hay tambi¨¦n, entre los ¨¢rabes moderados que han ido a Washington, una cierta modestia. Saben perfectamente que sus ofrecimientos, el velado compromiso de paz formulado por la OLP de Yasir Arafat y Hussein de Jordania hace un mes, no satisfacen las exigencias americanas de un reconocimiento de Israel por la OLP. El presidente Reagan lo dej¨® bien claro la noche del jueves. Parece que buscan, aunque no con entusiasmo, una f¨®rmula que permita a la diplomacia norteamericana situarse a su lado y tambi¨¦n junto a los israel¨ªes.

Los moderados no han abandonado su familiar y fundamental petici¨®n a Estados Unidos para que acceda a un acuerdo sobre Israel. Tienen los ojos puestos en la escena pol¨ªtica israel¨ª y lo que ellos esperaban, con el Gobierno laborista en el poder, es la real perspectiva de un compa?ero para que la entidad palestina pueda llegar a un acuerdo. Pero el abismo es todav¨ªa muy grande. ( ... )

, 25 de marzo