Margalef, "La naturaleza y el hombre son un todo"
El conocido ec¨®logo espa?ol se muestra esc¨¦ptico ante los movimientos ecologistas
Ram¨®n Margalef, ec¨®logo, uno de los m¨¢s conocidos cient¨ªficos espa?oles en el extranjero, analiza con tono esc¨¦ptico el mensaje de los movimientos que enarbolan la bandera de la defensa de la naturaleza. Apunta el peligro que se cierne sobre la humanidad con el uso abusivo de pesticidas que no son capaces de destruir las depuradoras, a las que tilda de "pol¨ªtica de pala y escoba". Margalef estuvo en Tenerife para intervenir en un curso de Biolog¨ªa Marina organizado por la Universidad Internacional Men¨¦ndez Pelayo.
Ram¨®n Margalef, reciente premio Ram¨®n y Cajal, califica a muchos ecologistas de "predicadores de Cuaresma", que denuncian la destrucci¨®n del medio ambiente y "luego se van a una tasca a discutir, en medio de una nube de humo, sobre el tema". Margalef est¨¢ convencido de que el medio rural es m¨¢s resistente que el hombre, al que define como un "bicho raro", y apuesta por un axioma ecologista que "profundice en la unidad funcional del hombre y la naturaleza". Confiesa que los proyectos para enterrar residuos radiactivos en las fosas marinas no le quitan el sue?o, "porque no entra?an ning¨²n riesgo".Pregunta. ?El hombre se preocupa m¨¢s ahora por la conservaci¨®n de la naturaleza?
Respuesta. Somos mucho m¨¢s independientes de la naturaleza pero yo concibo a la naturaleza y al hombre como un todo ¨²nico. Es verdad que han surgido sectores de la poblaci¨®n que esgrimen la bandera rom¨¢ntica de la defensa de lo natural, pero, cuidado, gran parte de esa reivindicaci¨®n tiene algo de postiza.
P. ?Est¨¢ usted desenga?ado con los movimientos ecologistas?
"Yo me siento ecologista muchas veces"
R. No. Yo me siento ecologista muchas veces. Ahora mismo estoy preocupado por que destruyan el lago de Ba?olas por las obras de los Juegos Ol¨ªmpicos de Barcelona. Lo que s¨ª pienso es que cierto ecologismo est¨¢ cargado de una fuerte motivaci¨®n emocional que no es buena para la ciencia. Muchas veces estos movimientos caen en la tentaci¨®n de amedrentar a la gente con excesivos riesgos imaginarios.
P. ?Qu¨¦ opina, entonces, del Partido Verde?
R. Pues que no va con mi temperamento. Veo con muy malos ojos que la ecolog¨ªa pueda ser utilizada con fines pol¨ªticos. El prototipo de individuo preocupado por la naturaleza debe ser independiente. Lo que s¨ª me parece bien, en cambio, es que los partidos pol¨ªticos en general pidan un voto para el ecologista.
P. ?C¨®mo valora el prop¨®sito de muchos pa¨ªses europeos de utilizar el mar para desembarazarse de los residuos radiactivos?
R. Es un tema que no me quita el sue?o lo m¨¢s m¨ªnimo. Opino que existen fosas marinas, que son como grandes rodillos, en los que ser¨ªa ideal depositar aquello de lo que la humanidad quiere desprenderse.
P. La explotaci¨®n indiscriminada de los caladeros, ?supone un serio riesgo para el futuro de las especies marinas?
R. La naturaleza no es tan d¨¦bil como pensamos. La acci¨®n del hombre sobre ella, que ha sido de dominio y deterioro, ha suscitado el afloramiento de mecanismos naturales de resistencia que la hacen cada vez m¨¢s impermeable a este tipo de agresi¨®n. En el caso del mar, tambi¨¦n funcionan los reguladores naturales. Cuando un caladero ya no rinde, los pescadores dejan de acudir a ¨¦l. El peligro surge cuando los Gobiernos subvencionan para que se siga pescando a pesar de que no sea rentable.
Los pesticidas, un grave problema
P. ?Los pesticidas son el veneno de la humanidad?
R. ?ste s¨ª que es un, problema en el que todos los esfuerzos de los ecologistas resultar¨ªan insuficientes. El hombre produce una lista de materiales entre los que figuran unos muy poco biodegradables, que son los pesticidas, y cuyas mol¨¦culas son dif¨ªciles ?le descomponer. Las depuradoras no son la soluci¨®n, porque no son capaces de desintegrar este tipo de mol¨¦culas. Yo admito que las depuradoras deben funcionar lo mejor posible, pero tambi¨¦n reconozco que no pasan de ser una importaci¨®n de tecnolog¨ªa y una pol¨ªtica de pala y escoba.
P. ?Cu¨¢l ha sido la aportaci¨®n m¨¢s nueva del hombre a la naturaleza?
R. El hombre no ha inventado nada nuevo. Ni siquiera los reactores nucleares, ya que exist¨ªan en el medio natural hace millones de a?os. Hay que profundizar en la idea filos¨®fica de que el hombre es ¨²nicamente parte de la naturaleza, y no precisamente la m¨¢s importante. Quiz¨¢ la principal inconveniencia para que este deseo fructifique alg¨²n d¨ªa sea la propia capacidad de explotaci¨®n del ser humano, que es una forma m¨¢s de su caracter¨ªstica intelectual. Somos una parte min¨²scula de un complejo sistema y no podemos pretender abarcarlo y comprenderlo en su inmensidad.
P. ?Es usted optimista al pensar en la posibilidad de que alguna vez se logre el equilibrio ecol¨®gico?
R. No existe el equilibrio ecol¨®gico, porque si el planeta posee una caracter¨ªstica que le define ¨¦sa es su variabilidad. La Tierra, a lo largo de millones de a?os de evoluci¨®n, ha adquirido una capacidad de resistencia tan grande que le ha permitido soportar los cambios provocados por el hombre, ese bicho raro que ella misma ha creado. En este sentido soy un optimista c¨®smico.
P. Profesor, usted obtuvo n? hace mucho el Premio Ram¨®n y Cajal de investigaci¨®n cient¨ªfica. ?Ha mejorado la investigaci¨®n en Espa?a?
R. Es una pregunta comprometida, pero me duele afirmar que el panorama de la ciencia en Espa?a no ha cambiado. Nuestro problema no es de organizaci¨®n, sino de escasez de ideas. No observo ning¨²n movimiento que permita augurar que estamos a las puertas del renacimiento de la ciencia en Espa?a.
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