Hungr¨ªa, para¨ªso socialista
Flexibilidad econ¨®mico-pol¨ªtica y pluriempleo han generado un modelo de bienestar ¨²nico
Es un secreto a voces. Los h¨²ngaros ganan un sueldo medio de 5.000 forintos, moneda nacional, del que se gastan 6.000, invierten 4.500 y el resto lo ahorran para comprarse un coche nuevo. Para que un pueblo ¨¢gil y agudo como el h¨²ngaro se busque la vida no hace falta siquiera fomentar sus claras posibilidades, basta con no imped¨ªrselo. Por eso casi todos los ciudadanos que trabajan tienen un segundo empleo que permite que cuadren cuentas tan incuadrables como las descritas.
Un peque?o grupo destac¨® recientemente por su entusiasmo. Se hicieron socios y decidieron abrir un hotel. El primer hotel completamente privado del Pacto de Varsovia se llama hotel Victoria, es peque?o, est¨¢ en un lugar envidiable junto al Danubio, enfrente del monumental parlamento neog¨®tico de la capital h¨²ngara. Cuando fueron a pedir el permiso les debieron creer locos o borrachos. Pero, se?ores, ?ustedes saben cu¨¢nto cuesta un hotel? Respondieron que, al fin y al cabo, quer¨ªan un hotel modesto, no excesivamente lujoso y que pensaban que con algo m¨¢s de 30 millones de forintos que hab¨ªan ahorrado podr¨ªan arreglarse.?De d¨®nde sacan un par de socios en un pa¨ªs socialista con un sueldo medio de 5.000 forintos esta cantidad millonaria? En todo caso, el hotel funciona ya, en un viejo edificio renovado, y tiene todas las habitaciones reservadas hasta octubre pr¨®ximo.
En la plaza de Marx, junto a la bonita estaci¨®n del Oeste, que se ha quedado peque?a para el intenso tr¨¢fico ferroviario con Occidente, confluyen dos de las grandes avenidas que forman el cintur¨®n interior de la capital, la avenida de San Esteban y la de Lenin. San Esteban, patr¨®n de Hungr¨ªa, fue el rey que unific¨® a la naci¨®n en el siglo X. De Lenin aqu¨ª todo el mundo ha o¨ªdo hablar. En este c¨¦ntrico cruce se alzan los grandes almacenes Metro, de la cooperativa Skala, que a los turistas venidos de otros pa¨ªses socialistas les parece el ed¨¦n del consumo, el cuerno de la abundancia y sue?o para afanes consumistas reprimidos por la pobreza de la oferta en sus pa¨ªses de origen.
Jovencitas de Alemania Oriental y de Checoslovaquia se compran aqu¨ª indumentarias completas de Benetton, zapatillas de deporte con rayas de colores y pantalones tejanos con el nombre de inspiraci¨®n m¨¢s americana posible. Despu¨¦s de las vacaciones podr¨¢n coquetear en sus ciudades ante las miradas envidiosas de rivales vestidas con la ropa sint¨¦tica de aburridos colores de la confecci¨®n nacional.
Los ahorros conseguidos a base de un r¨¦gimen espartano durante todo el a?o no permiten a los turistas de los pa¨ªses hermanos excesivas alegr¨ªas en los gastos. Una joven enfermera de la ciudad alemana oriental de Dresden manifestaba hace unos d¨ªas, apesadumbrada, que Budapest, su ¨²nica posibilidad de zambullirse en lo que considera "lo m¨¢s occidental asequible", se ha convertido en una ciudad de precios prohibitivos para ella.
Llama la atenci¨®n la cantidad de florister¨ªas que hay en la capital. Los grandes escaparates muestran una rica variedad de flores y plantas para sugerir el cumplimiento de una tradici¨®n tan centroeuropea como el regalar flores, con o sin pretexto. Tambi¨¦n estas tiendas son en gran parte privadas y permiten a sus propietarios unos ingresos nada desde?ables y, lo que no es menos importante, apenas fiscalizables.
Aerobic, bodybuilding
En la ciudad de Szekesfehervar, en Hungr¨ªa occidental, un grupo de amigos con ideas decidi¨® un d¨ªa aprovecharse de la moda que, procedente de Estados Unidos, les recuerda a los europeos lo bonito y er¨®tico que resulta el tener un cuerpo musculoso y moverse al ritmo de m¨²sicas campanilleantes, por supuesto norteamericanas. Crearon un club de aerobic y bodybuilding, y como los h¨²ngaros tambi¨¦n son conscientes de que estar a la moda cuesta dinero, tienen suculentos ingresos por suministrar esfuerzos planificados a sus clientes.
Restaurantes como el Vad Rozsa, en el monte de Buda, no lejos de la plaza de Mosc¨², ofrece platos de lujo gastron¨®mico a precios realmente nada baratos. La familia propietaria gana obviamente enormes cantidades de dinero, dif¨ªcil de fiscalizar con el actual sistema impositivo. Al igual que muchos otros propietarios de restaurantes, tambi¨¦n m¨¦dicos, artesanos, mec¨¢nicos y miembros de otras profesiones liberales o de servicios conducen autom¨®viles de importaci¨®n occidental, BMW, Mercedes, Opel y otros, llevan caros relojes suizos y se compran la ropa en Mil¨¢n, Par¨ªs o Londres. Cenan en restaurantes de lujo, como el citado, o en los grandes hoteles con mucha m¨¢s frecuencia de lo habitual entre las clases altas occidentales.
El Ballet Cipo es un peque?o local que se encuentra detr¨¢s de la ¨®pera, magn¨ªficamente renovada, en la avenida de Nepkoztarszasag (avenida de la Rep¨²blica Popular), en el que se re¨²nen j¨®venes intelectuales en tertulia, mientras escuchan canciones melosas de la Hungr¨ªa de los a?os veinte. Este local fue uno de los primeros privados que buscaron un ambiente espec¨ªfico, para atraer a los clientes.
El Ballet Cipo, al igual que el Miniatur u otros muchos locales que, con ambiente ciertamente decadente, se han abierto en los ¨²ltimos a?os, funcionan muy bien y hacen buenas cajas, ya que no son en absoluto baratos. Sin embargo, el p¨²blico es en su gran mayor¨ªa h¨²ngaro, y en Hungr¨ªa los locales de lujo han dejado de ser para invitados extranjeros o miembros de la estrecha capa dirigente, como sucede en otros pa¨ªses de la regi¨®n.
Las diferencias sociales han aumentado dr¨¢sticamente en los ¨²ltimos a?os. El descenso del nivel de vida para los pensionistas, j¨®venes y otros sectores que no se han visto favorecidos por las nuevas posibilidades creadas es un hecho que el congreso del partido comunista reconoci¨® abiertamente. Las dificultades econ¨®micas se trataron en general con una claridad y franqueza nada habituales en Europa del Este.
En el barrio obrero de Csepel, una de las dos islas que forma el Danubio a su paso por Budapest, los comercios est¨¢n plenamente abastecidos, sin grandes diferencias con la oferta existente en el centro de la ciudad. Esto obedece a una pol¨ªtica del r¨¦gimen por evitar tensiones entre las clases que, como reconoce, existen en el pa¨ªs.
'Desviacionismo' a la vista
No obstante, las diferencias entre los grandes bloques de viviendas prefabricadas -los grandes cubos caracter¨ªsticos de las urbes de la Europa socialista- de Csepel y las grandes villas modernistas que cubren los altos de Buda o las grandes casas que se construyen los nuevos ricos en las afueras de la ciudad, son evidentes y han creado l¨®gico malestar entre grupos que consideran que con las reformas se est¨¢ desviando el pa¨ªs de un proyecto de construcci¨®n socialista, y esto traer¨¢ defectos sociales propios del capitalismo.
Las reformas econ¨®micas y pol¨ªticas llevadas a cabo por el r¨¦gimen se van a continuar. Tras el trauma de 1956, los h¨²ngaros saben d¨®nde est¨¢n, conscientes plenamente de su situaci¨®n geopol¨ªtica. Fieles a la Uni¨®n Sovi¨¦tica -quieran o no, tienen que serlo-, circunscriben sus afanes innovadores a su propio territorio, no hacen declaraciones ampulosas sobre pol¨ªtica exterior, pero siguen su camino. El m¨¢ximo dirigente, Janos Kadar, es el prototipo del h¨²ngaro. Posiblemente por eso goza de la m¨¢xima popularidad de que ha gozado nunca un l¨ªder comunista en el poder.
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