Las elecciones salvadore?as se celebraron con normalidad gracias a un fuerte dispositivo militar
ENVIADO ESPECIAL Los electores de Tejutepeque (cerca de 3.000) pudieron votar ayer sin contratiempos, amparados por un fort¨ªsimo dispositivo militar. Hace un a?o ni siquiera llegaron a instalarse las urnas, porque, en la madrugada anterior a la jornada electoral, la guerrilla elimin¨® f¨ªsicamente a una compa?¨ªa del Ej¨¦rcito y caus¨® la muerte de 65 soldados. Este cambio refleja con bastante exactitud lo ocurrido ayer en todo El Salvador. La jornada electoral discurri¨® bajo una normalidad armada, aunque con una asistencia de votantes menor que en comicios anteriores.
Los ¨²nicos incidentes registrados hasta el mediod¨ªa fueron los intercambios de disparos surgidos a primera hora de la ma?ana cerca de San Miguel (tercera ciudad del pa¨ªs en importancia) y a unos tres kil¨®metros de Santa Elena, peque?o poblado del departamento de Usulat¨¢n. La guerrilla no atac¨® en ning¨²n caso directamente los centros de votaci¨®n, que por razones de seguridad se agruparon esta vez en una sola calle, un parque o un campo de f¨²tbol.La intensa campa?a realizada contra el transporte por carretera provoc¨®, sin embargo, que miles de electores no pudieran desplazarse el s¨¢bado a los municipios en los que est¨¢n censados. Este problema les ha impedido votar, ya que por primera vez los salvadore?os estaban obligados a depositar su papeleta en el lugar de empadronamiento.
Esta cl¨¢usula, particularmente obligada por tratarse de elecciones municipales y parlamentarias, forz¨® una elevada abstenci¨®n t¨¦cnica. Miles de desplazados por la guerra quedaron al margen del proceso por esta raz¨®n. Incluso aquellos que hubieran querido votar y tuvieran el dinero para pagarse el autob¨²s se encontraron con que el s¨¢bado no hubo transporte por carretera, ya que los empresarios decidieron no exponer sus veh¨ªculos a las represalias de la guerrilla, a pesar de que el jefe del Estado Mayor, general Adolfo Bland¨®n, asegur¨® que el Ej¨¦rcito controlaba todas las carreteras.
De los 2,7 millones de salvadore?os censados como electores potenciales es dificil que votara ayer m¨¢s de la mitad. El Gobierno se considerar¨ªa feliz si se rebasase esa barrera, teniendo en cuenta que el registro nunca ha sido depurado y que s¨®lo en Estados Unidos viven no menos de 600.000 salvadore?os.
Al margen de estas razones t¨¦cnicas, ayer se apreciaba ante las urnas una menor afluencia que en anteriores elecciones, a pesar de que la concentraci¨®n de masas en un solo lugar facilitaba la aglomeraci¨®n. En muchos pueblos cercanos a la capital la afluencia a la procesi¨®n del Domingo de Ramos compiti¨® con ventaja sobre la observada ante las urnas, al menos a primeras horas de la ma?ana.
El espect¨¢culo, que se dio en las elecciones constituyentes de 1982 y en las presidenciales del a?o pasado, con miles de personas caminando por todas las carreteras del pa¨ªs para acudir a votar desde distancias de hasta 10 kil¨®metros, no se repiti¨® ayer m¨¢s que en un m¨ªnima proporci¨®n, a pesar de que tampoco esta vez hubo transporte por carretera.
Dir¨ªase que, con la lenta vuelta a la normalidad, los salvadore?os han emprendido tambi¨¦n el camino de la abstenci¨®n. El pueblo intuy¨®, por lo dem¨¢s, que no era muy alta la cuota de poder que se jugaba en las elecciones de ayer, ya que es un pa¨ªs en el que quien gobierna realmente es el presidente, sin que la Asamblea pueda cambiar sus planes. El propio Duarte se encarg¨® de decirlo dos d¨ªas antes de forma bastante brutal: "Con o sin mayor¨ªa en la Asamblea mantendr¨¦ mi programa pol¨ªtico, que no es otro que buscar la normalidad democr¨¢tica".
'Plan libertad'
La ¨²nica diferencia respecto a otras elecciones, aparte de la automarg¨ªnaci¨®n de toda la izquierda (el voto m¨¢s progresista es aqu¨ª el de la Democracia Cristiana) hay que buscarlo en el impresionante aparato militar que rodea todo el proceso. El Ej¨¦rcito lo ha llamado plan libertad.
Su primer objetivo era lograr que se votara en el mayor n¨²mero posible de ayuntamientos S¨®lo en 19, sobre un total de 262, no pudieron instalarse urnas, pero en la mayor¨ªa de los casos se trat¨® de pueblos que han sido abandonados por sus habitantes a causa de la guerra. A fin de facilitar el voto, se instalaron mesas en las localidades m¨¢s cercanas controladas por el Ej¨¦rcito. Sus alcaldes ser¨¢n m¨¢s bien simb¨®licos, ya que no tendr¨¢n m¨¢s que un pueblo fantasma en el que ejercer su autoridad.
El segundo objetivo era asegurar el transporte por carretera. Las amenazas de la guerrilla s¨®lo en parte permitieron cumplirlo. El ametrallamiento de un autob¨²s en Usulat¨¢n, con una mujer muerta, caus¨® un efecto disuasorio inmediato. Desde el viernes, las carreteras quedaron vac¨ªas, sometidas s¨®lo al tr¨¢nsito de convoyes militares.
La ¨²ltima fase del plan libertad consist¨ªa en proteger los centros de votaci¨®n desde una cierta distancia, a fin de impedir el acceso de personas armadas, pero sin interferir en el proceso mismo. La ausencia de ataques directos por parte de la guerrilla contribuy¨® a que el dispositivo militar no tuviera que entrar en acci¨®n. La etapa posiblemente m¨¢s complicada iba a iniciarse a partir de las seis de la tarde, (seis horas m¨¢s en Espa?a peninsular) con el inicio del escrutinio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.