La Europa de los trabajadores
El autor niega que el proceso de integraci¨®n europeo pueda quedarse reducido a un mero club de car¨¢cter econ¨®mico, o m¨¢s simplemente mercantil. Por el contrario, opina que es preciso construir una Europa al servicio de los trabajadores. En concreto, "una Europa m¨¢s justa, menos de los mercaderes y m¨¢s de los trabajadores".
La Uni¨®n General de Trabajadores viene manifestando desde hace largo tiempo su postura favorable a la adhesi¨®n de Espa?a a la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE). Aclaremos en primer lugar que no nos hacemos vanas ilusiones en cuanto a lo que es, hoy por hoy, ese conjunto de instituciones supranacionales conocido con la denominaci¨®n, ya de suyo bastante significativa, de Mercado Com¨²n. Nos negamos a admitir, sin embargo, que el proceso de integraci¨®n de Europa pueda quedarse reducido a un mero club de car¨¢cter econ¨®mico o, m¨¢s simplemente, mercantil. Los trabajadores europeos jam¨¢s aceptaremos las limitaciones que comportar¨ªa una concepci¨®n semejante.Por el contrario, la UGT siempre ha considerado la decisi¨®n de construir Europa -y as¨ª lo ha destacado- como el empe?o de hacer realidad una entidad dedicada a poner al servicio de los trabajadores los frutos del progreso econ¨®mico y social en un marco de libertad. De ah¨ª que, desde nuestra perspectiva de trabajadores y sindicalistas, la adhesi¨®n de Espa?a a las comunidades europeas suponga la consecuci¨®n de, al menos, tres grandes objetivos, sentidos desde hace mucho tiempo por los trabajadores espa?oles y a los que hemos dedicado no pocos de nuestros esfuerzos.
Tres objetivos
En primer lugar, la integraci¨®n de pleno derecho en la Comunidad supone un espaldarazo y el reconocimiento a nuestro proceso democr¨¢tico, tan arduamente conseguido. No es necesario subrayar que la pertenencia a una comunidad de pa¨ªses de s¨®lida tradici¨®n democr¨¢tica habr¨¢ de servir para reforzar y profundizar nuestra joven democracia.
En segundo lugar, el hecho de que nuestro pa¨ªs se integre en la CEE va a exigir la adaptaci¨®n de nuestro aparato productivo a una realidad supranacional m¨¢s desarrollada y m¨¢s competitiva. Inevitablemente, se plantea un importante reto de adecuaci¨®n de nuestra econom¨ªa que, indudablemente, habr¨¢ de suponer un est¨ªmulo para desarrollar nuestra capacidad industrial y comercial. Rec¨ªprocamente, los pa¨ªses comunitarios, ante esta tercera ampliaci¨®n, deber¨¢n acometer igualmente algunas sustanciales reformas que han de confluir en el tercero de los objetivos que supone nuestra adhesi¨®n. Es decir, el ingreso de Espa?a y Portugal en la actual Comunidad Econ¨®mica Europea consolida el dise?o de una Europa m¨¢s unida y m¨¢s fuerte, en el sentido y en el esp¨ªritu de la Carta Fundacional de las Comunidades. Quiz¨¢ sea ¨¦ste el objetivo de m¨¢s largo alcance, cuya consecuci¨®n requiera de una decidida voluntad pol¨ªtica que haga de la ampliaci¨®n comunitaria un factor din¨¢mico y positivo de cara a un planteamiento pol¨ªtico, econ¨®mico y social m¨¢s ambicioso de lo que se ha emprendido hasta ahora y con una clara vocaci¨®n de futuro. Es la pervivencia de Europa como realidad pol¨ªtica, econ¨®mica, social y cultural lo que est¨¢ en juego.
La aguda y prolongada crisis por la que atraviesan, al igual que Espa?a, la pr¨¢ctica totalidad de los pa¨ªses europeos, con un considerable ¨ªndice de paro en todos ellos, hace hoy m¨¢s dif¨ªcil, pero, a su vez, m¨¢s necesaria la integraci¨®n pol¨ªtica y social -adem¨¢s de econ¨®mica- de Europa.
Grandes sacrificios
Sabemos que la nueva ampliaci¨®n de la Comunidad va a requerir grandes sacrificios de quienes nos incorporamos a ella. Pero tambi¨¦n los pa¨ªses comunitarios tendr¨¢n que hacer, sin duda, un notable esfuerzo de solidaridad a fin de que, con este nuevo crecimiento, Europa se dirija hac¨ªa metas de igualdad y de justicia acordes con su esencia y personalidad hist¨®ricas. Nuestra entrada en el marco institucional de la Comunidad Econ¨®mica Europea permitir¨¢ concertar una pol¨ªtica que favorezca a toda la clase trabajadora en general, y, m¨¢s en concreto, har¨¢ posible una estrategia sindical com¨²n, que suponga una alternativa real frente al problema del desempleo, problema que ning¨²n pa¨ªs por s¨ª solo puede llegar a resolver.
Afirmamos, por tanto, la necesidad de superar los ego¨ªsmos nacionales, exacerbados por efecto de la crisis, en la convicci¨®n de que Europa constituye hoy un ¨¢mbito id¨®neo para poner en pr¨¢ctica actitudes solidarias, no solamente a trav¨¦s de los mecanismos ya existentes y nada desde?ables (fondo social europeo, fondo de desarrollo regional), sino tambi¨¦n mediante todas aquellas otras iniciativas con que los trabajadores seamos capaces de responder a la grave situaci¨®n del mundo contempor¨¢neo.
Por nuestra parte, hemos desarrollado esfuerzos propios de acercamiento a Europa. Y en este terreno cobran especial relieve las relaciones y los trabajos comunes que tanto la UGT como todas las organizaciones afiliadas a la Confederaci¨®n Europea de Sindicatos vienen desarrollando para construir una comunidad de intereses solidarios que afecta a todos los trabajadores del viejo continente. Como hemos manifestado y defendido en otras ocasiones, nuestro sindicato est¨¢ a favor de una Europa cada vez m¨¢s justa, menos de los mercaderes y m¨¢s de los trabajadores.
es secretario general de UGT.
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