El terrorismo de los GAL
EL ASESINATO de Javier Galdeano, corresponsal del diario Egin en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s, ha prolongado la sangrienta estela de cr¨ªmenes perpetrados por los Grupos Antiterroristas de Liberaci¨®n (GAL) en suelo franc¨¦s. La apresurada atribuci¨®n al fallecido -realizada por medios policiales espa?oles- de un elevado cargo de direcci¨®n en ETA Militar, de la que supuestamente habr¨ªa sido responsable de finanzas, ha sido desmentida por portavoces de Herri Batasuna y por el director de Egin. La hip¨®tesis policial tropezaba de antemano con la dificultad de explicar c¨®mo un alto dirigente de la organizaci¨®n terrorista pod¨ªa alternar sus trabajos clandestinos con la corresponsal¨ªa a plena luz de un diario donostiarra, labor que le obligaba a dejarse ver en lugares frecuentados y a cubrir informaciones y noticias en plena calle. Igualmente preocupante resulta, como muestra de la escasa sensibilidad moral de sectores de nuestra Administraci¨®n frente al crimen, la tendencia a discriminar a las v¨ªctimas de los atentados terroristas de acuerdo con su historial.No es f¨¢cil olvidar sin sonrojo las pol¨¦micas producidas en torno a la identidad de algunas personas asesinadas por ETA, acusadas por los terroristas de colaborar con los servicios de informaci¨®n estatales. Los intentos de demostrar que la imputaci¨®n era falsa parec¨ªan a veces llevar como corolario la idea de que el crimen perder¨ªa total o parcialmente su monstruosa condici¨®n si la v¨ªctima hubiese colaborado efectivamente con la polic¨ªa. ?Habr¨ªa ahora que exonerar de responsabilidad a los terroristas de los GAL si Javier Galdeano hubiera sido miembro de la direcci¨®n de ETA? La conjetura de que el asesinato ha querido servir de amenaza al diario Egin puede no ser gratuita. El terrorismo es una de las formas m¨¢s vulgares y alevosas de amordazar, mediante el amedrentamiento y la censura, la libertad de expresi¨®n. En cualquier caso, no es probable que la familia de Galdeano haga uso de la ley de Protecci¨®n Civil al Honor para demandar a Jos¨¦ Barrionuevo por la apresurada informaci¨®n facilitada por sus servicios de propaganda. Digamos como resumen que la tendencia a distinguir entre dos clases de ciudadanos, dos clases de terroristas y dos clases de v¨ªctimas por encima y al margen de la ley es definitivamente la m¨¢s peligrosa perversi¨®n moral a la que la lucha antiterrorista no sometida a derecho puede llevarnos. Y estamos seguros de que a la luz de estas reflexiones cobra perfiles m¨¢s definidos la decisi¨®n del Defensor del Pueblo de no recurrir ante el Tribunal Constitucional la norma antiterrorista.
Este nuevo crimen de los GAL, cercano en el tiempo y semejante en la crueldad al perpetrado hace escasos d¨ªas en Bayona, obliga a reflexionar sobre las razones de relanzamiento de esa espiral sangrienta y fr¨ªamente planificada tras un per¨ªodo de calma. Tal vez los responsables del que con tan poca fortuna calific¨® Felipe Gonz¨¢lez de terrorismo de respuesta hayan comenzado a inquietarse ante las perspectivas de una salida a corto plazo de la dolorosa situaci¨®n del Pa¨ªs Vasco y deseen animar la hoguera de los cruzados de la causa con acciones de venganza y de represalia. El asesinato del superintendente D¨ªaz Arcocha marc¨® un giro decisivo en las actitudes del Gobierno vasco y del PNV frente a la violencia. Pero la desaparici¨®n del terrorismo de ETA, en tanto que fen¨®meno diferenciado del mero bandolerismo asocial, no har¨ªa felices a quienes han encontrado en el terrorismo de los GAL una saneada fuente de ingresos y un arsenal de eventuales chantajes, econ¨®micos o pol¨ªticos.
Mientras estas cosas suceden, la Secci¨®n Segunda de la Audiencia Provincial de Bilbao, que ha aceptado el recurso de apelaci¨®n de la acusaci¨®n particular sobre el asesinato de Santiago Brouard, ha ordenado que se tome declaraci¨®n al fiscal Emilio Valerio Mart¨ªnez de Munia¨ªn, relevado del caso a comienzos del pasado mes de enero, y que se incluyan en el sumario sus afirmaciones p¨²blicas -hechas a trav¨¦s de una radio Ide Bilbao- de que el asesinato se pod¨ªa haber evitado y de que determinadas personas pod¨ªan tener conocimiento del atentado. Tambi¨¦n ha resuelto que el comisario de polic¨ªa que dirige las investigaciones del asesinato del dirigente abertzale rinda cuenta de las mismas ante el juez. (No olvidemos que un informe policial incluido en el sumario reconoce que un infiltrado en la extrema derecha ten¨ªa datos sobre el atentado.) Y ha resuelto no s¨®lo que la Comisar¨ªa General de Informaci¨®n ampl¨ªe su informe sobre el caso, sino que investigue tambi¨¦n "el origen, naturaleza, ¨¢mbito, objetivo, actuaciones, medios subversivos, organizaci¨®n interna, subvenci¨®n, relaci¨®n con otros organismos terroristas, elementos detenidos y acciones m¨¢s importantes" de los GAL. La hip¨®tesis seg¨²n la cual los cr¨ªmenes perpetrados en el Pa¨ªs Vasco franc¨¦s contra militantes o simpatizantes de ETA pudieran tener la misma naturaleza que el asesinato de Brouard merece ser estudiada y seguida con detalle. De esta forma, el Ministerio del Interior tendr¨¢ ocasi¨®n de demostrar su eficacia, no para detener a los criminales que operan en suelo franc¨¦s (fuera de su alcance), sino para descubrir a los autores del asesinato de Santiago Brouard en territorio espa?ol. Y para sacar a la luz las eventuales conexiones, protecciones y coberturas que esa banda terrorista pudiera tener a este lado de la frontera.
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