Cirug¨ªas
Liquidada la fase de las reconversiones industriales m¨¢s o menos ,abruptas, entramos de lleno en la etapa de la reconversi¨®n salvaje de las im¨¢genes. Tan importante como la rentabilidad del acero es la productividad de la imagen, y por eso hay colas esta temporada delante de esos nuevos brujos que prometen ortopedia est¨¦tica all¨ª donde no llega la cirug¨ªa ¨¦tica. Fraga, el PCE, Leguina y Ruiz-Mateos, entre otros, parecen firmemente dispuestos a operarse de sus muy quebradas im¨¢genes en los m¨¢s prestigiosos quir¨®fanos de esta nueva especialidad cl¨ªnica a caballo entre el maquillaje, la acupuntura y la lobotom¨ªa.Yo creo que la culpa de este furor por la reconversi¨®n de imagen la tuvo Mor¨¢n. Desde que el ministro, seg¨²n cuentan los rumores, contrat¨® los servicios especiales de Alfredo Fraile, el antiguo manager de Julio Iglesias, el cambio fue tan espectacular que todos los pol¨ªticos se pusieron sobre la pista. De ser el blanco de los chistes m¨¢s lamentables de nuestra cultura tertuliana a ser en pocos meses el ministro m¨¢s respetado del reino media un espectacular trecho que no s¨¦ si ser¨¢ obra de los ensalmos de Fraile o de la automedicaci¨®n del propio Mor¨¢n, pero que en cualquier caso ha logrado excitar la libido pol¨ªtica.
No conviene, sin embargo, exagerar los m¨¦ritos de los reconvertidores de imagen. Con Mor¨¢n ni siquiera se necesit¨® anestesia en la intervenci¨®n quir¨²rgica: le extirparon la pajarita y las cejas, le injertaron una sonrisa, le sangraron el genio, le escayolaron la prosodia, y listo para seducir periodistas en los aeropuertos. Hay otras cirug¨ªas igual de sencillas. La del PCE, por ejemplo. Basta con cauterizar a Carrillo, o simplemente trepanarle la ambici¨®n personal, para que los comunistas recuperen la imagen perdida en la necia reyerta. Pero las cosas son mucho m¨¢s dif¨ªciles con el reconvertible por excelencia. Y no s¨®lo porque Fraga no se deja, sino porque sus hijos lo necesitan a¨²n m¨¢s. Ni el mism¨ªsimo Alfredo Fraile puede operar la imagen de una derecha que en un solo d¨ªa, el de ayer, delega al diputado Kirkpatrick al contubernio misino mientras que el senador Gallard¨®n celebra la rid¨ªcula sentencia contra el aborto farfullando en televisi¨®n que "con esto y un bizcocho, esta noche me emborracho".
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