Karen Ann Quinlan cumple hoy 10 a?os en coma
Se cumple hoy el d¨¦cimo aniversario de la entrada en coma de Karen Ann Quinlan, la joven norteamericana que se convirti¨® en el s¨ªmbolo del derecho a la. muerte. Todos los d¨ªas, su padre, Joseph Quinlan, va al centro sanitario de Morris Plains (Nueva Jersey) donde Karen vegeta desde que una sentencia permiti¨® que se le retirase la m¨¢quina que le ayudaba a respirar.
Seg¨²n su familia, Karen permanece en "el limbo, ni muerta ni viva en el sentido normal de estas palabras". Hace 10 a?os, la noche del 15 de abril de 1975, Karen Ann Quinlan, que entonces ten¨ªa 21 a?os, entr¨® en coma por causas todav¨ªa no determinadas claramente, aunque se cree que se debi¨® a la mezcla de alcohol y un tranquilizante. Los m¨¦dicos se?alaron que se encontraba en un estado vegetativo del que no se recuperar¨ªa nunca.
Batalla legal de un a?o
Sus Padres, Joseph y Julia, ambos devotos cat¨®licos, que hab¨ªan adoptado a Karen cuando contaba cinco semanas de edad, intentaron que se le retirase el respirador que se supon¨ªa le manten¨ªa con vida. El hospital donde se encontraba internada se resisti¨®, lo que dio lugar a una batalla legal de un a?o de duraci¨®n que finaliz¨® con una sentencia del Tribunal Supremo de Nueva Jersey que apoyaba la postura de los padres. En 1976 le fue retirado el respirador, pero no muri¨®, y de hecho todav¨ªa permanece viva. "Se trata de un h¨¢bito, una rutina que no podr¨ªa dejar de cumplir", ha dicho Joseph Quinlan de su visita diaria al hospital antes de ir a trabajar a una compa?¨ªa farmac¨¦utica en esta misma ciudad. Quinhan entra en la habitaci¨®n de su hija, baja la m¨²sica que suena permanentemente y le habla de asuntos familiares que ella no puede comprender. Su esposa visita el hospital varias veces a la semana, arregla la habitaci¨®n de su hija y le cepilla el pelo, pero ambos han dejado de so?ar con milagros.
A principios de este a?o, el mismo tribunal de Nueva Jersey dict¨® sentencia en un caso parecido, cuya jurisprudencia permitir¨ªa a los padres de Karen quitarle el tubo por el que se le suministra alimento, pero han anunciado que no desean hacerlo.
El doctor James Wolf, director m¨¦dico del centro sanitario, se?ala que nadie sabe cuanto tiempo puede vivir una persona en la situaci¨®n de Karen. "Hay gente que ha permanecido as¨ª durante m¨¢s de 20 a?os". Wolf explica que s¨®lo funciona una parte del cerebro de Karen, que controla funciones tales como el parpadeo y que el resto ha empezado a atrofiarse.
Karen, que pesaba 52 kilogramos cuando sufri¨® este accidente, pesa ahora unos 30 kilogramos y permanece tumbada en posici¨®n fetal. Su padre afirma que no quieren quitarle el tubo de alimentaci¨®n porque no le causa molestias, al contrario de lo que ocurr¨ªa con el respirador.
Lo paga el Estado
El coste del internamiento de Karen, que no recibe ning¨²n tratamiento m¨¦dico especial, se cifra en 32.500 d¨®lares anuales (5.525.000 pesetas), que paga el Estado. La puerta de la habitaci¨®n de Karen es electr¨®nica, instalada por sus padres para evitar la entrada de curiosos y curanderos, que en los primeros a?os, sobre todo, constituyeron una gran molestia para la familia. Aunque los periodistas ya no rodean continuamente la casa de los Quinlan, Joe Quinlan reconoce que la notoriedad que ha rodeado el caso sigue siendo un problema. "Es dif¨ªcil incluso ir al supermercado porque siempre hay alguien que nos reconoce. Sin embargo, la mayor parte de la gente en nuestro barrio y en el trabajo se ha mostrado sensible a nuestra situaci¨®n, y no hacen preguntas".
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