El APRA alcanza su sue?o de gobernar Per¨² en un momento cr¨ªtico para el pa¨ªs

Alan Garc¨ªa ha convertido, en realidad el sue?o mantenido por la Alianza Popular para la Revoluci¨®n Americana (APRA) durante m¨¢s de medio siglo: gobernar Per¨². La oportunidad llega en el peor momento de la historia del pa¨ªs, con una crisis econ¨®mica que condena a la gran mayor¨ªa de la poblaci¨®n a una situaci¨®n de pobreza y una actividad terrorista que constituye una amenaza constante para la d¨¦bil democracia peruana.
Con una perfecta combinaci¨®n del tradicional populismo aprista y del moderno socialismo democr¨¢tico aprendido en Europa, Man Garc¨ªa ha vencido el rechazo v¨ªsceral de parte de la sociedad peruana al partido fundado en 1924 por V¨ªctor Ra¨²l Haya de la Torre.El APRA se enfrenta a una situaci¨®n definida por las siguientes coordenadas: 130% de inflaci¨®n, casi 14.000 millones de d¨®lares de deuda externa (unos dos billones y medio de pesetas) y dos terceras partes de los ciudadanos que sobreviven gracias a la econom¨ªa sumergida. Para evitar la amenaza de una explosi¨®n social, Garc¨ªa ha anunciado una moratoria en el pago de la deuda -"si es negociada, mejor"- y la reestructuraci¨®n de la econom¨ªa sobre la base de dar prioridad a la agricultura, donde trabaja el 40% de la poblaci¨®n, pero que contribuye s¨®lo con el 9% al producto interior bruto.
Contra Sendero Luminoso, Garc¨ªa dispone de una receta que incluye "aplicar la ley con energ¨ªa" y "dar respuesta a la pobreza hist¨®rica". Son muchos en Per¨² los que est¨¢n convencidos de que el APRA ser¨¢ m¨¢s decidido a la hora de combatir al terrorismo de lo que fue el presidente Fernando Bela¨²nde Terry. La inc¨®gnita que tendr¨¢ que resolver durante su gesti¨®n es si ser¨¢ capaz de controlar la actuaci¨®n del Ej¨¦rcito, al que organismos internacionales han acusado de cometer graves violaciones de los derechos humanos.
Pero el APRA dif¨ªcilmente podr¨¢ entorpecer el trabajo de unos militares que entienden la lucha contra Sendero como una guerra a muerte en la que no valen actitudes tibias, sin escarbar en la herida de una incomprensi¨®n de a?os entre apristas y fuerzas armadas.
Las propias siglas del APRA definen un partido antimperialista. Con Alan Garc¨ªa se debe, producir l¨®gicamente un cambio de imagen. Su Gobierno promete ser m¨¢s activo en la pol¨ªtica hacia Centroam¨¦rica y m¨¢s cr¨ªtico con EE UU.
Los resultados de la primera vuelta despejan cualquier duda sobre qui¨¦n asumir¨¢ la presidencia de la Rep¨²blica el pr¨®ximo mes de julio, pero el segundo clasificado, Alfonso Barrantes, ha entrado de lleno, en cualquier caso, en la pol¨ªtica peruana. Tiene por delante, probablemente, un penoso v¨ªa crucis para plegar a la disciplina de la coalici¨®n Izquierda Unida a una diversidad de siglas marxistas leninistas, que nunca antes hab¨ªan ocupado tan importante parcela de poder. Barrantes, un mestizo de 57 a?os con imagen de maestro de escuela, ha sabido captar votos hablando de la salud y la alimentaci¨®n de los peruanos.
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