Los socialistas y la pol¨ªtica vasca
EL IV Congreso del PSE-PSOE ha sido escenario del abierto conflicto entre dos candidaturas, encabezadas respectivamente por Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas y Ricardo Garc¨ªa Damborenea, que aspiraban a ocupar los ¨®rganos de direcci¨®n de los socialistas vascos. Aunque los intentos de eludir esa confrontaci¨®n y de presentar una lista unitaria de s¨ªntesis contaban con el patrocinio de las m¨¢s altas instancias del partido, y pese a que Alfonso Guerra hab¨ªa apadrinado personalmente las aspiraciones de Benegas a la reelecci¨®n, la avenencia result¨® finalmente imposible. El apurado margen de la victoria de Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas -un 54% de los votos emitidos-muestra hasta qu¨¦ punto las aspiraciones de la candidatura rival ten¨ªan fundamento. El gesto final de Ricardo Garc¨ªa Damborenea, que reconoci¨® noblemente su derrota y llam¨® a la unidad despu¨¦s de haber peleado duramente por la victoria, constituye, en cualquier caso, una estampa de buen estilo democr¨¢tico merecedora de elogio.La superficie de la disputa estuvo ocupada por los argumentos esgrimidos por Ricardo Garc¨ªa Damborenea contra la compatibilidad de la secretar¨ªa de organizaci¨®n del PSOE -que ha convertido a Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas en el tercer hombre de la jerarqu¨ªa del partido, tras Felipe Gonz¨¢lez y Alfonso Guerra- y la simult¨¢nea titularidad de la secretar¨ªa general de los socialistas vascos. No parece, en verdad, que ambas funciones, cuyo exigente nivel de dedicaci¨®n salta a la vista, puedan ser cumplidas de forma ¨®ptima por una misma persona. Pero el aut¨¦ntico problema de fondo que planteaba la eventual renuncia de Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas era la significaci¨®n pol¨ªtica de la persona destinada a reemplazarle en el cargo. Si el candidato para sustituirle hubiera sido alguien plenamente identificado con los planteamientos actuales del Gobierno (como Ram¨®n J¨¢uregui o Jos¨¦ Manuel Eguiagaray), Benegas habr¨ªa renunciado de buena gana a la secretar¨ªa general del PSE-PSOE, que le obliga a una casi esquizofr¨¦nica divisi¨®n de sus esfuerzos como secretario de organizaci¨®n del PSOE. Sucede, sin embargo, que las aspiraciones al cargo -tan leg¨ªtimas como indesmayables- de Ricardo Garc¨ªa Damborenea, cuya trayectoria de ¨¢spera confrontaci¨®n con el PNV se halla, en formal contradicci¨®n con el esp¨ªritu que anima los pactos de legislatura con el Gobierno Ardanza, s¨®lo pod¨ªan ser contrarrestadas -y con serias dificultades, tal y como se demostr¨® en la votaci¨®n final por Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas.
Ricardo Garc¨ªa Damborenea enlaza simb¨®licamente con las broncas tradiciones del socialismo de la margen izquierda del Nervi¨®n durante las primeras d¨¦cadas del siglo, sim¨¦tricamente enfrentadas a las actitudes del nacionalismo vasco fundamentalista. Se dir¨ªa que las diferencias de sensibilidad pol¨ªtica entre Vizcaya y Guip¨²zcoa son comunes al PNV y al PSOE, que padecen hoy una parecida divisi¨®n territorial de lealtades personales y de afinidades ideol¨®gicas en ambas provincias. Garc¨ªa Darriborenea tiene firmes apoyos entre los socialistas vizca¨ªnos, m¨¢s numerosos que sus compa?eros guipuzcoanos y alaveses, y en la UGT, tambi¨¦n poderosa en Vizcaya. Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas y el esp¨ªritu que representa gozan, en cambio de un amplio respaldo en Guip¨²zcoa y Alava. Recordemos, por lo dem¨¢s, que la derrota en el XXX Congreso del PSOE de Nicol¨¢s Redondo, enfrentado con Felipe Gonz¨¢lez a prop¨®sito de la pol¨ªtica econ¨®mica y de la salida de la Alianza Atl¨¢ntica, y el desaire sufrido en esa misma asamblea por el propio Garc¨ªa Damborenea, cuya candidatura a la presidencia de esa asamblea qued¨® desautorizada casi en el ¨²ltimo momento, son heridas todav¨ªa sin cicatrizar.
Pese al gesto de Garc¨ªa Damborenea al concluir el IV Congreso del PSE-PSOE, los socialistas vascos corren el serio riesgo de que la bicefalia de hecho de su liderazgo debilite su estabilidad organizativa interna, imprescindible para desarrollar el pacto de legislatura con el Gobierno del PNV. Aunque Jos¨¦ Mar¨ªa Benegas contin¨²e siendo el secretario general del PSE-PSOE, la dedicaci¨®n prioritaria de sus esfuerzos a la pol¨ªtica global y a la organizaci¨®n del PSOE en toda Espa?a le impedir¨¢ el seguimiento cotidiano de la compleja situaci¨®n vasca. Y aunque Ricardo Garc¨ªa Damborenea no figure oficialmente en la direcci¨®n del PSE-PSOE, el pol¨¦mico diputado contin¨²a al frente de la poderosa organizaci¨®n vizca¨ªna y cuenta con el respaldo mayoritario de UGT. Si los actuales conflictos del PNV tuvieran un reflejo m¨¢s o menos sim¨¦trico en el PSE-PSOE, las esperanzadoras perspectivas abiertas por el pacto de legislatura suscrito por el Gobierno Ardanza y los socialistas vascos podr¨ªan verse en peligro. No se trata ¨²nicamente de que la operatividad institucional, legislativa y administrativa de ese entendimiento quedara bloqueada o sufriese retrasos. Todav¨ªa m¨¢s grave resultar¨ªa que los debates intrapartidistas, al desembocar por su propia l¨®gica en conflictos entre los partidos, dificultaran o torpedearan la din¨¢mica de oposici¨®n frontal a la violencia y en favor de la paz y la negociaci¨®n que el acuerdo de legislatura entre el PNV y el PSOE ha hecho posible.
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