Reagan dicen que ayudar a los 'contras' es luchar por la paz

Rechazar la ayuda a los contras es "un voto contra la paz", ha afirmado Ronald Reagan al iniciar una campa?a de presi¨®n sin precedentes sobre el Congreso y la opini¨®n p¨²blica para que el Parlamento apruebe 14 millones de d¨®lares (unos 2.400 millones de pesetas) para los rebeldes que, con ayuda de la CIA, tratan de acabar con el r¨¦gimen sandinista. Es la primera vez en la historia que un presidente norteamericano presiona p¨²blicamente al Congreso para que ayude a una guerrilla que persigue acabar con un Gobierno con el que EE UU mantiene relaciones diplom¨¢ticas.

Las iglesias, organizaciones humanitarias, intelectuales y hasta estrellas de Hollywood tratan, por su parte, de contrarrestar la campa?a de Reagan con un esfuerzo similar de propaganda dirigido a que los rebeldes no reciban dinero del contribuyente.El Senado y la C¨¢mara de Representantes deber¨¢n votar la semana pr¨®xima, y las previsiones son que a la Administraci¨®n le faltan unos 30 votos en la C¨¢mara para ganar, mientras que en el Senado, dominado por los republicanos, el resultado es dudoso. Reagan dedicar¨¢ toda esta semana a presionar a los 50 o 60 legisladores dudosos, como hizo recientemente con ¨¦xito para conseguir fondos para el misil nuclear MX. La oposici¨®n dem¨®crata est¨¢ considerando un plan alternativo a la propuesta de Reagan que podr¨ªa ser aceptable por los republicanos.

El presidente dijo el lunes por la noche, en una cena en Washington, que una negativa a aprobar la ayuda a los contras es una invita ci¨®n para la extensi¨®n del comunismo en Centroam¨¦rica. Reagan utiliz¨® el lenguaje m¨¢s beligerante que ha empleado hasta ahora contra el Gobierno de Managua, al que acus¨® de "brutalidad" y de torturar a sus opositores. "El rechazo de los luchadores de la libertad es el rechazo de la moderaci¨®n, desde la Iglesia hasta los pa¨ªses de Contadora, que claman por la democracia en Nicaragua. Una negativa a conceder la ayuda supondr¨ªa inevitablemente el fin de la presi¨®n sobre los sandinistas para que cambien su pol¨ªtica", afirm¨® Reagan en una cena para recoger fondos para Nicaragua, a 250 d¨®lares (42.500 pesetas) el cubierto.

Todos los medios son buenos para que Reagan logre su prop¨®sito en esta batalla, que plantea en t¨¦rminos de blanco o negro. El presidente envi¨® un avi¨®n a Miami para recoger al presidente de Costa Rica, Carlos Alberto Monge -que se encontraba recibiendo tratamiento m¨¦dico en esa ciudad-, para trasladarlo a Washington para que apoyara su pol¨ªtica hacia Nicaragua. Tambi¨¦n Reagan ha conseguido el apoyo p¨²blico de otras personalidades conservadoras ya convencidas: Jeane Kirkpatrick, hasta hace poco embajadora en la ONU, y Zbigniew Brzezinski, ex consejero de seguridad nacional de Carter.

La ¨²ltima oportunidad

La Administraci¨®n insiste en que el resultado de esta batalla legislativa tendr¨¢ importantes consecuencias sobre la imagen de Estados Unidos en el mundo. Para un alto funcionario, "es la ¨²ltima oportunidad para lograr una alternativa razonable entre el uso de la fuerza militar en Centroam¨¦rica y la abdicaci¨®n de las responsabilidades norteamericanas en la regi¨®n". Hasta ahora, la C¨¢mara de Representantes ha negado en tres ocasiones la ayuda que solicita el presidente para los contras, que desde que iniciaron su lucha contra los sandinistas han recibido 80 millones de d¨®lares (casi 14.000 millones de pesetas) del presupuesto norteamericano.El Gobierno de Managua es muy impopular en el Congreso, pero los legisladores no aprueban los medios que utiliza la Administraci¨®n para hacerles cambiar de pol¨ªtica. Para Reagan, la ayuda a los contras es un "reto mortal" al que EE UU debe contestar. Pero con la oposici¨®n de un buen n¨²mero de iglesias, incluida la cat¨®lica, a su pol¨ªtica beligerante, el presidente no tiene ganado el debate sobre la moralidad de su cruzada. Los grupos cr¨ªticos, en su mayor¨ªa anticomunistas y antisandinistas, atacan el programa de Reagan como inmoral, ilegal y contraproducente.

Estos grupos han preparado un cortometraje que pregunta si un voto para los contras es un "voto por el hero¨ªsmo o el terrorismo". Monjas norteamericanas que viven en Nicaragua est¨¢n recorriendo los despachos de los congresistas para relatar las "atrocidades" de los rebeldes. En ocasiones se cruzan con refugiados nicarag¨¹en ses que describen la "crueldad" de los sandinistas. La organizaci¨®n Ciudadanos por Reagan ha movilizado a 100.000 personas para que bombardeen con telegramas y llamadas telef¨®nicas a los miembros del Parlamento. Cada lado se acu sa mutuamente de desinf¨®rmaci¨®n en esta guerra de opini¨®n p¨²blica, que est¨¢ contribuyendo a que el norteamericano medio tome con ciencia de la existencia de un peque?o pa¨ªs llamado Nicaragua.